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domingo, 3 de noviembre de 2013

Rincón del freak #129: Whisky vs. manzanilla



José Luis Sáenz de Heredia, autor de una película titulada FRANCO: ESE HOMBRE y "completador" necesario de aquella mítica e incomprensible RAZA, dedicó casi toda su carrera posterior a glorificar los valores patrios más rancios, con una visión abovinada del españolito medio y salpicando sus industrias con el hit del momento, dando igual el ye-ye de los sesenta, el copleo, el veranismo a pie de playa y otras patas quebradas... "Landismo", Conchitas, "Pilimilis"o la tabarra de Martínez Soria, el caso era mantener a la audiencia bien abnegada en sus quehaceres diarios con las dos pesetas del cine ahorradas con uñas negras.
Así las cosas ¿cómo resistirse a Manolo Escobar? Porque hablamos quizá del representante máximo de la España inmovilista... aunque con matices. Inmovilista para los demás, pero con los plácemes del edificio inexcrutable y hecho trovador para el mecánico con calendario atrasado. PERO... ¡EN QUÉ PAÍS VIVIMOS! es sólo una de las muchas colaboraciones del trío SdH, Conch(ita)a Velasco y el trovador de cabeza oscilante y tupé imperturbable, y su demencial guion incluía un concurso a nivel nacional donde se enfrentaba la canción tradicional contra los "modernos", con el MC Joaquín Prat y el eslogan "Manzanilla contra Whisky... ¿Qué canta España?". Una locura por la que también deambulaban, cómo no, Alfredo Landa, Gracita Morales o Antonio Ferrandis. Hoy día nos parece una cosa propia de los cuarenta y seis años que tiene, pero si nos fijamos bien ¿qué programas son los que copan rateramente la parrilla televisiva, influyendo decisivamente sobre el ser y el parecer de este jodido país a pique? Efectivamente: gente enfrentada. Cantantes, bailarines, holgazanes, subnormales, fachas, progres, mujeres, hombes, viceversa... Esto es España y aquí hay que mamar...
Saludos.


* (Sí, ya sé que no es lo que se dice un homenaje adecuado al recientemente fallecido Manolo Escobar, pero como dijo una vez el gran Mr. Lombreeze en este mismo blog "tampoco nadie hablará (bien) de nosotros cuando hayamos muerto"... Hala)

domingo, 23 de diciembre de 2012

Rincón del freak #90: El mito de Faust(ina) 5



A mí la broma me hace poca gracia, aunque la tiene, he de reconocerlo. Y es que buscarle sensatez a un sainete filmado que intenta, por todo mérito, introducir las no pocas habilidades seductoras (y de las otras) de la gran María Félix en una España tan depauperada como cartonpiedresca, tiene, siendo infinitamente benevolentes, su miga troceada. El experimento se tituló FAUSTINA, y comenzaba con un incipiente Fernando Rey en plan espeleólogo/dominguero con descapotable y churri empañolada, que encontraba una cueva en la que, tras quedar atrapado, su sorpresa es mayúscula al hallarse a aquel enjuto Fernando Fernán Gómez pescando, a la sazón un desencantado demonio menorcillo que atendía al sugerente nombre de Mogón. Toda la película es un enorme flashback que comienza con la invocación de Mogón por parte de una señora de avanzada edad, la Faustina del título, que le requiere para volver a ser joven y lozana, pero que, oh casualidad, una vez repuesta resultaba ser el antiguo y fatal amor de aquel desdichado. Ya con el tapete dispuesto, todo transcurre por el terreno de la fruslería sin importancia, con cameos de altura, como el del inolvidable Pepe Isbert, el recientemente desaparecido Tony Leblanc o uno de los mejores histriones del cine español, Juan de Landa como un diablo simplemente hilarante. Y... María Félix, everywhere para más señas. No me extraña que el ciclón de Sonora no encontrase acomodo en éste nuestro país, con aversión al despelote de los sentidos y convirtiendo a aquella bomba sexual en una señora con aspiraciones de miss de pueblo o cantante que, al no cantar, recitaba las noticias del periódico, mientras a los señores de boina, puro y fajín se les restallaban las órbitas por doquier. FAUSTINA es lo que es, una película de 1957, un entretenimiento trufado de inmensos profesionales al servicio del anestésico general (nunca mejor dicho) y que terminaba en un extraño país inventado, mitad dictadura y mitad monarquía... Y todas las mitades, por diferentes que fueran, mantenían ese inenarrable rictus ante la actriz mejicana, tan fuera y tan lejos de un país, éste, que de fantasía tenía poca.
Saludos.


... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!