¿Qué sería de nostros si no hubiese existido Audrey Hepburn? Que la tendríamos que haber inventado.
La película perfecta es, casi al 99%, BREAKFAST AT TIFFANY´S. Blake Edwards, en estado de gracia, conectó a la perfección con el trazo agridulce y desencantado de la novela (casi relato) del imprescindible Truman Capote y elevó a la categoría de mito a una superestrella, le dio su momento de gloria a un actor simplemente correctito que aquí lo borda, y, de paso, dejó en nuestros corazones una melodía que, en un tono casi ingenuo, lo dice todo acerca de esas almas solitarias e incomprendidas que no pueden compartir su desgracia.
La carga de fondo de esta obra maestra es imperceptible ante el espectador torpe y que necesita los datos en bandeja. Al contrario del cine de estudios de la época, Edwards opta por la ironía fina y por la sensibilidad extrema, nunca sensiblería. A todo ello contribuye, indudablemente, contar con el bisturí literario de Capote, capaz de dotar de vida propia al más secundario de los personajes (maravilloso Mickey Rooney) y creador de diálogos implicados, cercanos, CREÍBLES al fin y al cabo.
Hay varias escenas que están en el olimpo cinematográfico, y esto no ocurre salvo con los grandes; por ejemplo ese inmortal inicio con Holly mirando el escaparate de la legendaria joyería, marcando así, y con un simple plano fijo, cuál es el mundo al que jamás podrá pertenecer, sólo en sus sueños. Recordamos a Audrey Hepburn en pijama, cantando horriblemente la magistral composición de Henry Mancini, probablemente no haya una interpretación tan mala y al mismo tiempo tan maravillosa, cosas de los dioses.
Pero hay que hacer un punto y aparte para comentar una de las escenas mejor rodadas de la historia del cine. Holly Golightly busca desesperadamente a su gato bajo una lluvia torrencial tras haberlo abandonado previamente, un gesto último de independencia y desarraigo que culmina cuando consigue encontrarlo (aquí las lagrimas deben correr o a ustedes no les gusta el cine) y George Peppard le da el beso más emocionante que hayan visto mis ojos en pantalla alguna.
Un final magistral para una película eterna.
Saludos maullados.
2 comentarios:
He de confesar que esta pelicula es una asignatura pendiente que tengo aún. En cuanto la apruebe te comento.
Se me vienen a la mente una cantidad ingente de adjetivos calificativos y todos positivos para esta fabula que tiene envoltorio de cuento de hadas pero que en el fondo es una vision de nuestras ambiciones y el emfrentamiento con la cruda realidad que esta sociedad dispone, te deja ver pero no tocar,sencillamente magistral
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