Quien conozca, aunque sólo sea de paso, la larguísima trayectoria del chileno Alejandro Jodorowsky, habrá quedado impactado por la fastuosa imaginación visual de su obra, influida notablemente por los rituales paganos, el chamanismo, pero también por el western clásico y la puesta en escena expresionista de principios del XX.
Este verdadero alquimista contemporáneo, que revolucionó el cómic junto al genial Moebius, que dejó en calzoncillos al farsante Castaneda con su visión nunca descabellada y siempre individual del chamanismo, en novelas, ensayos y cuentos de amarga moraleja, consigue en el cine lo que nadie: continuar, con un personalísimo estilo, lo que los surrealistas dejaron en suspenso.
Cuatro son sus más destacables películas: FANDO Y LIS, EL TOPO, SANTA SANGRE y la que nos ocupa, LA MONTAÑA SAGRADA.
Se dice que John Lennon quedó tan fascinado al ver su alucinado western intemporal EL TOPO, que movió cielo y tierra para producirle y distribuirle su siguiente film al chileno.
Es cierto que no resulta fácil enfrentarse a una cinta que basa casi toda su narrativa en el viaje interior, al mismo tiempo que denuncia el aburguesamiento, la alienación y, sobre todo, lo que Jodorowsky siempre ha calificado como el gran cáncer del alma humana: la religión católica.
Lo mejor es, teniendo en cuenta las limitaciones técnicas de la época (1973), la apabullante puesta en escena, con un dominio del color y del espacio que nos remite al mejor Kubrick. Lo peor, sin duda, la falta de pudor con la que un supuesto relato trascendente y sobre la trascendencia, de repente se convierte en algo vulgar, con incomprensibles escenas de lucha a lo Karate Kid, o la inconexión existente entre sus diferentes partes dejándola huérfana de la noción de TODO.
Aun con sus defectos, sigue siendo cine arriesgado, nada complaciente, un surtidor de ideas constante (comparable, por ejemplo, a la ya comentada EL VIAJE DE CHIHIRO) y una referencia para posteriores artistas con ínfulas de visionarios. El propio Jodorowsky cuenta cómo el payaso de Marilyn Manson le copió, sin embozo alguno, su famosa escena en la que construye una cruz con televisores, para uno de sus patéticos videos musicales. Lo que siempre repetiremos desde estas indéfilas páginas: nada nuevo bajo el sol.
Saludos desde la montaña digital.
3 comentarios:
Me ha gustado mucho leer la reseña sobre el chamán chileno pero no comparto el adjetivo dedicado al pobre Castaneda. Lo curioso es que Jodorowsky quiso hacer una película con la historia del brujo Don Juan, personaje maravilloso y peyotero de las novelas de Castaneda.
Como autor de este humilde artículo, no voy a comentar nada al amigo Jan. Sólo espero que lo hagan otros indéfilos interesados en Jodorowsky.
Bueno bueno, el querido escuincle dvd no quiere crear ahora más polémica a cuenta del misterioso Castaneda, me parece una medida muy acertada, ya tuvimos en su día un intercambio dialéctico de golpes y quedaron claras las opiniones de cada cuál, el Sr.Charly Adobo Parker sabe de lo que hablo.
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