jueves, 1 de mayo de 2008

Dejad que los adultos se acerquen a mí

Imbécil es aquel que suma a una total falta de perspectiva más allá de su propia experiencia, un agobiante deseo por perpetuarse en los demás, a modo de invasor de cuerpos. Normalmente, su carencia de individualidad le lleva a adoptar los más variopintos disfraces con los que epatar a los infelices que no adviertan tamaña perversión.
En el terreno cinematográfico, que es el que ahora nos importa, esta deformación la sufren los que se dejan llevar, de una manera casi animal, por el encasillamiento; ya sea éste por géneros, antigüedad, doblaje, ritmo, nacionalidad e incluso (sí, sí) B/N o color..., el caso es que tal miopía adquirida redunda las más de las veces en ultrajes inadmisibles tanto al buen gusto como a la MEMORIA, que sí debe estar reñida con la nostalgia.
La impresionante PELÍCULA que es EL VIAJE DE CHIHIRO (permítanme los indéfilos que sólo muestre el título en español, al carecer mi teclado en estos momentos de caracteres nipones) trascendió en su momento todas las objeciones con las que suele encontrarse un largo de animación, incluso las más soterradas, al tratarse de un trabajo japonés, con lo que de maníqueo esto suele conllevar.
Una de las grandes diferencias es observar cómo todos los componentes del mundo mágico en el que la niña protagonista se interna son, en deliberada contraposición al mundo real de los adultos, individuales y diferentes, tanto en forma (maravilla el comprobar al fin que hay vida más allá del anime más ortodoxo), como en fondo (las motivaciones son mucho más creíbles que en cualquier drama social neoyorquino).
El impacto visual, para quien no haya seguido la última etapa de Hayao Miyazaki o sólo haya retenido los entrañables MARCO o HEIDI, supone la gran vuelta de tuerca que el cine de animación necesitaba. La historia, por su parte, es tan entretenida como aleccionadora. Y en este interesante punto quería hacer hincapié, enlazando con el principio de esta reseña. Hay un metadiscurso al respecto: no sólo se oculta esta obra maestra en el fondillo de "animación infantil", sino que dichos cegatos emocionales son asimismo retratados con gran carga de profundidad como los "malos de la película". Pero unos malos que lo son, precisamente, por su inasible incapacidad para asimilar los cambios propuestos por otros (son claras las inteligentes alusiones a la censura y al trabajo alienante).
Si a todo esto añadimos que se trata de un trabajo casi al 100% handmade, el resultado es un fastuoso clásico moderno, la típica obra a la que todo ambicioso alumno aspira. Sería bueno recordar la enorme trayectoria que nos ha legado el maestro Miyazaki, por lo que propongo, de la mano de nuestro indéfilo experto en series Wedge, un paseo por lo más destacado de este auténtico, este sí, visionario.
Saludos.

1 comentario:

wedge dijo...

bravo por el gran hayao y por todo el equipo tecnico con el que cuenta,que nos hacen que cada film que nos llega despliegue una potencia musical y visual capaz de dejarnos sin aliento.recuerdo al porco rosso,a la princesa mononoke,el castillo ambulante o tambien a un detective perruno que respondia al nombre de sherlock holmes que tambien llevaba su firma.gran narrador de historias cargadas de sorprendentes personajes que consiguen envolverte y fascinarte con cada fotograma si a eso le unimos la portentosa musica de jo hisaishi hacen que cualquier film de miyazaki sea una autentica delicia para los sentidos,asi que esten atentos a su proxima obra "ponyo on the cliff by the sea"que en principio esta proyectada para este año,sin mas me despido un saludo a todos los indefilos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!