jueves, 22 de mayo de 2008

Hacia la circunspección del arte

Dejando de lado los motivos filosóficos y religiosos que tanto prestigio han dado a una filmografía tan aparentemente hermética como la de Ingmar Bergman, actualmente, y tras haber revisado minuciosamente gran parte de su extensa obra, me interesa dar otro punto de vista, digamos más personal, sobre el curioso (sin comparación posible) devenir del genial cineasta sueco, si es que un preciso cirujano pude ser genial, claro.
Me centraré para ello en una de sus películas más enigmáticas, lo cual, en su caso, no es decir mucho (los expertos le siguen dando vueltas a muros de hormigón como PERSONA). Me refiero a DET SJUNDE INSEGLET (perdón por la posible pedantería), EL SÉPTIMO SELLO en román paladino.
Bergman utiliza aquí su medio preferido, la teatralización, para colocarnos ante un tema de trascendencia: la muerte.
La muerte juega al ajedrez con un caballero y promete dejarle vivir si le vence. Quizá comprendamos la vis cómica que tanto ha explotado Woody Allen de esta escena si temiésemos a la muerte tanto como el neoyorquino. Bergman, sin embargo, dota a tamaño personaje de la seriedad que se supone merece.
Mientra tanto, la historia principal nos muestra a un grupo ambulante de actores, los cuales nos ofrecen un muestrario de lo más variado sobre las debilidades y los pecados humanos; Bergman no se apiada jamás de sus personajes, los mete en un gigantesco embudo y deja que la inercia haga el resto. Bergman es el director de lo inevitable, su sabiduría proviene del imposible esfuerzo que supone el enfrentamiento con el DESTINO.
El caballero debe comprender que sólo puede aplazar la partida, que la muerte le ganará alguna vez; la troupe, sorprendida a su vez en plena orgía, in-conscientes de su falsa inmortalidad, acaso una última representación, asiste muda a lo que nadie puede remediar. No hay justicia en ello, sólo es inevitable, y el director sueco nos lo dice una y otra vez, calmadamente, circunspecto.
Nadie ha buceado tan profundamente en los miedos humanos como Bergman, y tampoco nadie ha intentado tantas veces (rozándolo) la representación en escena del pensamiento como único lazo con una posible divinidad.
Pero... alegren esa cara.
Funestos saludos.

1 comentario:

wedge dijo...

el secreto mejor guardado.A lo largo de la vida de nuestro planeta tierra,el hombre ha ido evolucionando hasta llegar al punto de saber incluso como pensamos y por que lo hacemos,aun seguimos teniendo muchas interrogantes,pero una de las mas importantes y que mas nos preocupan es...¿que hay despues de la muerte?.
Bergman nos presenta en esta obra y de forma sutil el enfrentamiento de un caballero (Genial Max Von Sidow)con la muerte,a una partida de ajedrez y su fatal resolucion.
Obra Magna que todo buen aficionado al cine deberia tener en su videoteca.
Visionenla y vivan sus vidas intensamente,ah y por supuesto aprendan ajedrez por lo que pueda pasar,jejejjejeje,un saludo desde el olimpo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!