lunes, 1 de diciembre de 2025

Lejos de las leyes de los hombres


 

Ya nos parece marciano contemplar una obertura e interludio en un film que no llega a las dos horas, pero parece cosa más de dotar de cartas de solemnidad a una película durante mucho tiempo mal interpretada por la crítica, pero que el tiempo le ha impuesto un lugar preeminente como precursora de ese western, anguloso y metafísico, que hoy día ensayan luminarias del high concept. El caso es que JEREMIAH JOHNSON, además de ser una de las mejores películas de Sidney Pollack, desdobla la experiencia del género mismo, desde la perspectiva de un Robert Redford en uno de sus mejores trabajos, el de un hombre que huye de la guerra para encontrarse a sí mismo en el lugar más salvaje. Y si hace nada aludíamos aquí a John Milius, es de justicia valorar su trabajo de guion, osado, libérrimo, despojando de ínfulas una historia que por mínima termina resultando trascendente. Preclaros todos los encuentros que el protagonista va acumulando, comenzando por el trampero lunático, el cazador enterrado hasta la cabeza o la mujer que ha perdido a su familia, masacrada por los indios. Lejos de llevarnos a ninguna mística tribal, el film sí reconcilia a su protagonista con una forma de vivir sin convenciones, que va cobrando sentido por la experiencia misma. Con una primera parte excepcional, de gran cine, de narrativa sobria y detallista, es cierto que, llegado el momento, se puede hacer algo reiterativa o ensimismada, aunque esto sirva para explicitar el progresivo oscurecimiento de ese "hombre en ninguna parte", que nos deja una película de una modernidad que sería un error obviar.
Compleja sin ser pedante, y dependiendo, seminal.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!