lunes, 8 de diciembre de 2025

Vecinos y figurantes


 

Hay un mecanismo oculto en el dispositivo de THE GREAT GATSBY, de la obra magna de F. Scott Fitzgerald, que la ha hecho refractaria a cualquier intento de adaptación hasta nuestros días. No porque no se pueda poner en imágenes ese implacable retrato de las clases altas y sus caprichos en los locos 20, sino por la dificultad de encontrar el sentido más fidedigno a su enigmático protagonista, de quien nunca se podría asegurar si es un farsante, un asceta o sólo un infeliz. De ahí la importancia del personaje de Carraway, quien se define a sí mismo como un prudente y comprensivo observador, y que cree haber encontrado en Gatsby a ese reflejo ideal de sí mismo, para terminar atrapado en un mundo mucho más mundano y patético de lo que hubiese podido imaginar. Jack Clayton, gran creador de imágenes indelebles, se apoyaba aquí en el guion de Francis Ford Coppola, algo tambaleante, y que lleva sus dos horas y media a la sensación de no haber sabido captar la deformada cosmovisión de su autor. Al menos podíamos disfrutar del mejor Gatsby posible, que no es otro que Robert Redford, muy bien contrapunteado por un gran Bruce Dern y ese eterno desaprovechado que es Sam Waterston; por contra, ni Mia Farrow, muy pasada de vueltas, ni Karen Black o Lois Chiles dan la réplica femenina en este descompensado fragor determinista, que se va diluyendo hasta ser un pequeño y triste soneto.
Sigue teniendo mas nombre que valor real.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!