Les vuelvo a advertir de mi poca paciencia con el tema de las series, sólo para recomendarles, si no la han visto ya (que es de 2021), MARE OF EASTTOWN, o cómo transgredir el género policíaco, vertiente asesinatos truculentos, no ya sin mutar su esencia, sino introduciendo otros tantos géneros, como el drama familiar, la comedia inteligente, el sarcasmo antirromántico, para terminar creando una fascinante y absorbente trama que, sí, crees haber visto muchas veces, pero puedo asegurar que no hay otra serie como ésta. No al menos que sea capaz de condensar tantísimas cosas en unos exiguos siete capítulos que son ya historia del audiovisual. Asesinatos, violencia familiar, sustancias a cholón, rencillas frescas, odio al diferente, odio al de fuera, odio al que saque un poquito la cabeza. El clima creado por Zobel e Ingelsby (qué maravilla tener un solo director) es más que asfixiante, es venenoso, irrespirable, cargado de unos secretos que empiezan a salir a la luz sólo tras el brutal asesinato de una joven de 17 años, que unido a una serie de desapariciones de otras tantas jóvenes crean un marco laberíntico y opaco en uno de esos apacibles pueblitos de los que el maestro Lynch nos recordaba toda la podredumbre bajo su fachada. Y luego está Kate Winslet. El despliegue de Winslet en esta serie no es de Globo de Oro, que lo ganó, sino directamente de oscar. La capacidad de la actriz británica para sostener cada recoveco de este complejísimo entramado no es lógico en el mundillo de las series, donde el peso suele quedar más repartido, pero es ella quien da sentido a todo. Es Mare, esa detective amargada, cínica pero justa, práctica pero a veces irreflexiva, con un entorno familiar ingobernable, una vida personal desastrosa y la necesidad de demostrar que puede resolver este extraño caso, aunque una chica lleve desaparecida un año y no haya una sola pista sobre ella. Me resisto a contar más, porque es una serie que es necesario descubrir a pequeños pasos, con ayención sumaria a cada detalle, por nimio que parezca. Aquí no hay malentendidos ni trampas de guion, sino uno magistralmente estructurado, estupendamente dirigido y prodigiosamente interpretado.
Es un lujo, es un cañón y está en HBO, como si no lo supiéramos...
Monumental, y lo de la Winslet, insisto, es de no creérselo.
Por cierto, si son muy aprensivos no vean la última media hora.
Saludos.

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