lunes, 22 de diciembre de 2025

Multiusos y pluriempleados


 

Muy mal ha envejecido LEGAL EAGLES, aquella hibridación de comedia sofisticada, thriller inofensivo y un romanticismo que hoy día no pasaría un corte de conveniencia moral, en la que Robert Redford y Debra Winger eran dos abogados condenados a entenderse a raíz de un estrambótico caso, en el que Daryl Hannah encarnaba a una majara sexy que arrastra un trauma desde pequeñita. Sinceramente, hace falta voluntad para enfrentarse a nada menos que dos horas de acumulación continua, con Redford y Winger muy desubicados en unas escenas de comicidad inexistente, mientras Hannah hace de devorahombres en un trasfondo de galerías de arte corruptas, que sirve básicamente para encadenar las inefables escenas de juicios, mientras estos dos abogados, me pregunto con qué base, hacen de detectives, aventureros y otras cosas más indefendibles. Por poner un ejemplo, el personaje de Winger está escrito para que nos resulte graciosa una bulimia compulsiva, y Redford, ya en la cincuentena, hace de padre regular, dejando sola a su hija para beneficiarse cualquier cosa con faldas. Los locos ochenta y sonando magníficamente en la cabeza de Ivan Reitman, que era el responsable de este estropicio que sólo les recomendaría bajo su estricta responsabilidad.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!