domingo, 21 de diciembre de 2025

Rincón del freak #674: Somos los niños fantásticos del Gran Hermano en la cúpula del trueno


 

Lo cuento o no van a creerme. Un tipo va por ahí en una moto que habla después de un supuesto apocalipsis nuclear o yo qué sé, porque hay buenos pinares y carreteras de primera, y luego edificios modernuquis... El caso es que la moto es insoportable, porque habla lanzando invectivas con voz de pito, aunque no me extraña porque el tipo es lo que llamaríamos un palo inexpresivo y de voz monocorde. Por cierto, la moto tira explosivos y salta por encima de los coches de unos patrulleros que simplemente están ahí parados. Luego llega a un sitio como el cielo, con viejos en túnica que le curan las heridas y le dicen nosequé de ir a un sitio. Se va con una chavala porque sí, iluminados con antorchas a través de unas cuevas donde el peligro son las arañas, una serpiente colgando y... ¡¿unos zombis!?... Felizmente alcanzan una trampilla que les da paso a un nightclub, con gente poniendo posturitas y bebidas gratis. De ahí a una fábrica de... no lo sé, pero hay guardias serios con metralletas y Donald Pleasence disfrazado del Dr. Maligno. Los amenaza, el carapalo huye con el padre de la chavala en helicóptero y la deja a ella allí, todo un caballero. Para rematar, los dos nuevos colegas convencen a un grupo heterogéneo de unas veinte personas formado por (atención) punkis, enanos, karatekas, nazis, ballesteros y una gorda comiendo pollo, de que son los elegidos para derrocar al sistema... al sistema. Así que destruyen un camión y luego cantan abrazados como en Live Aid, en una escena que se alarga hasta lo ultraincómodo. Fin. Esto se titula I PREDATORI DELL'ANNO OMEGA, por si quieren darle esquinazo...
Saludos.

sábado, 20 de diciembre de 2025

Pérdida de "itendidad"


 

Contraviniéndome, creo que el único comentario que merece un "producto" consciente de sí mismo hasta la médula como IT: WELCOME TO DERRY es aclarar a qué público va dirigido. No hay que ser muy inteligente para denominar la miniserie (que tendrá continuación) plataformera, que suple las soluciones imaginativas con toneladas de imágenes (y sonidos) estratégicamente digitalizadas, escudándose en un material original que ya en los largos (muy largos) olían a franquicia repeinada y sin partículas elementales. Esto no es el IT de Stephen King. Esto es Stranger Things mezclado con vergonzosos resultados con esa maravilla que es SINNERS, y si me apuran hasta algún asomo a las paradojas temporales de Dark o The man on the High Castle. Una lástima, porque el primer episodio prometía un terror malsano de verdad, con una escena que pone los pelos de punta y sin payaso ni nada. Lo cierto es que aquí Pennywise ha quedado mal parado, una fotocopia del de las películas de Muschietti, que creo que debería ir dejando ya los plagios y decir que son homenajes. Esto es trituradora industrial, forrar a directivos con una fórmula que ya está más que exprimida y agotada. Una serie prescindible, aburrida, mal realizada, mal interpretada y con algunos momentos que te hacen pensar si dejar de pagar la plataforma.
Más que mala, es intrascendente y cansina.
Saludos.

viernes, 19 de diciembre de 2025

Llegará


Creo que no hay un título más significativo para clausurar (de momento) el homenaje que hemos ido dedicando a Claudia Cardinale que O GEBO E A SOMBRA, último largometraje de Manoel de Oliveira, que más allá de lo insólito de su circunstancia, supuso un lúcido rubricado sobre las decisiones que pueden llegar a determinar los designios, independientemente de las voluntades. En el escenario único de una habitación, a modo de modesto recibidor y salón-comedor, un minucioso contable cierra el mes de cobranza, acumulando una importante suma. A su lado, su esposa e hija, ambas intranquilas por el rumor de que el hijo mayor va a aparecer, por los rumores de la discutible vida que ha llevado. Mientras tanto, reciben la visita de dos vecinos, con los que toman café, departen de esto y aquello, y nosotros deshojamos cada aspecto del guion en cada frase, cada mirada, cada gesto. Y entiendo la dificultad para entrar en esa puesta en escena austera, mínima, que desafía a la misma teatralidad, pero merece la pena regodearse aún en la anécdota, no ya de las sensibilísimas interpretaciones de Michael Lonsdale y la propia Cardinale, sino del milagro que suponía asistir al cierre de la filmografía del cineasta luso. Entre su primera obra y esta mediaban nada menos que 81 años. de Oliveira tenía aquí 104. Nada más que añadir...
Saludos.

jueves, 18 de diciembre de 2025

Colegas a la fuerza


 

Una sección que casi nunca defrauda en Sitges es "Panorama", por su eclecticismo y falta de prejuicios a la hora de conformar su selección, normalmente compuesta por filmografías exóticas, pero con cierto gusto por el género más clásico. En este sentido, esta edición rescató MONSTER ISLAND, un regocijante film producido en Singapur, que narraba a ritmo endiablado las peripecias de dos prisioneros, uno inglés y el otro japonés, que se salvan milagrosamente del hundimiento del barco en el que estaban sentenciados, en plena WWII. La gracia del asunto es que ambos naufragan en una paradisíaca isla, y pese a tratarse como enemigos, pronto entenderán que han de colaborar para no ser cazados por una amenaza aún mayor, un monstruo proveniente de las aguas. Mi consejo es agenciarse un montón de palomitas, aparcar las pretensiones y volver a cuando éramos pequeños y flipábamos con películas no muy bien hechas, pero que sólo buscaban entretener. Con todas sus deficiencias y limitaciones, asoma una sonrisa al ver los atracos a PREDATOR, ENEMIGO MÍO o EL MONSTRUO DEL LAGO, con un monstruo que no oculta su influencia estética. De verdad que no es gran cosa, y su desarrollo no puede ser más previsible, pero se le nota que está hecha con cariño y gusto por lo artesanal, y aquí siempre vamos a valorar ambas cosas.
Saludos.

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Es sólo una fase tonta


 

Allan se acaba de divorciar de su mujer, que no soporta sus neurosis, pero aún menos que toda su vida gire en torno a lo que ve en una pantalla. Allan imagina hablar con Bogart, que le da consejos que no sabe cómo seguir, que no hay nada que un whiskey no arregle, que a las mujeres les viene bien una bofetada de vez en cuando, que la colonia es para mariquitas. En realidad Allan está perdido, es un desastre, pero sus amigos Dick y Linda quieren animarle, le presentan chicas que huyen despavoridas, y Linda parece la única mujer que de verdad le entiende. Podría considerarse PLAY IT AGAIN, SAM como la gran precursora del Woody Allen que estaría por venir, más enfocado en construir una comedia que reflejara los miedos e inseguridades del hombre contemporáneo, aterrado al dejar atrás una masculinidad tan pagada de sí misma como tóxica. Linda era Diane Keaton, que también nos dejaba entrever algo de aquella inolvidable Annie Hall que llegaría un poco después. Y Herbert Ross al menos entendía el tono que necesitaban las escenas ideadas por Allen, que guionizó su propia obra de teatro, dando como resultado las icónicas imágenes de Allan hablando con un Bogart imaginario, el descacharrante diálogo frente a un Pollock o el final, reconstruyendo CASABLANCA de manera totalmente diferente.
Icónica.
Saludos.

martes, 16 de diciembre de 2025

Charcos como océanos


 

Una de las cosas que más aumentan mi curiosidad a la hora de decidir si enfrentar o no según qué película, suelen ser los consensos generalizados en torno a ella, y más concretamente para desafiar mi propia percepción respecto a dicha enumeración. Todo en torno a DRACULA: A LOVE TALE ha sido un constante ir y venir del elogio al exabrupto, en un desconcertante carrusel de frases hechas, lugares comunes y, me da la impresión, tocadas de oídas. Mi sensación tras verla ha sido igualmente descompensada. Por supuesto que Luc Besson se ha apropiado desvergonzadamente de otras obras, y no sólo del Drácula de Coppola, sino de ideas tan peregrinas como la de EL PERFUME, de Tom Tykwer, de la que llega a calcar un plano famosísimo. Hasta eso se le puede perdonar a Besson, que siempre ha sido más osado que original, pero lo cierto es que este DRACULA pierde fuelle en muchos momentos, incapaz de organizarse como ente compacto e indisoluble, que además arrastra la rémora de la historia requeteconocida. Caleb Landry Jones creo que está más que correcto, aunque su caracterización e histrionismo se acerque más al Nosferatu de Kinski que a Gary Oldman. De Christoph Waltz prefiero no decir nada, porque constato que a día de hoy es una caricatura de sí mismo. Y el resto del elenco no merece la pena ni mencionarlo. Si en lugar de ir por el lado narrativo, Besson hubiese desparramado el expresionismo que siempre ha albergado, probablemente estaríamos ante un film mucho más excitante, y por tanto defendible. Esto apenas asoma en contadas escenas, pocas para las expectativas que pudiesen tener sus seguidores de largo recorrido.
Dos horas que parecen cuatro.
Saludos.

lunes, 15 de diciembre de 2025

Dignidad y espectáculo


 

El propio Robert Redford reconocía que el rodaje de THE ELECTRIC HORSEMAN fue decisivo para replantearse su posición dentro de la industria, básicamente como una estrella rutilante a la que le llegaban cada vez papeles más previsibles y encasillados, los del galán maduro, infalible, capaz de concitar a su alrededor pareceres y sensibilidades de todo tipo sin armar mucho ruido. El film, sin ser una obra mayor, tiene un estupendo arranque, donde se nos dibuja a Sonny Steele, un viejo cowboy de rodeo, que se gana la vida publicitando cereales embutido en un ridículo traje repleto de lucecitas. Su "gran oportunidad" le llega cuando la marca que lo patrocina le ofrece montar un espectacular caballo valorado en varios millones. En mitad del espectáculo, en Las Vegas, Steele decide romper con todo y huir con el caballo, con la intención de liberarlo en un remoto paraje de Mustangs, contraviniendo el temor de que quisiera pedir un rescate. Hasta ahí, todo funciona en un tono más bien desenfadado, que Sidney Pollack enlaza con un certero retrato de las miserias que esconden este tipo de eventos; luego el film decae hasta una especie de romanticismo muy ñoño, que volvía a reunir a Redford con una Jane Fonda en un papel demasiado desagradable como para empatizar con él. Hay, me parece, un fallo de ajuste, de clima, de saber hacia dónde dirigir una historia bonita, sí, enternecedora, también, pero de la que te olvidas un minuto después de los títulos de crédito.
Saludos.

domingo, 14 de diciembre de 2025

Rincón del freak #673: Sangre canina


 

El conde Drácula está malito, con fatiguitas y retortijones, más mala cara que Rascayú y con severos problemas económicos, que llevan a su ingenioso lacayo a sacarlo del catre, montar el ataúd en la baca del carricoche y encaminarse a la soleada y muy católica Italia, que parece ser el sitio más propicio para encontrar vírgenes sin tacha, que proporcionen una dieta adecuadamente hemoglobínica al cetrino noble rumanoide. Tras el atraco a Shelley, Paul Morrissey pensó que no era momento de volver al mundanal ruido neoyorquino, y con el mismo equipo rodó BLOOD FOR DRACULA, que incidía en la mirada sardónica y desapasionada hacia otro mito del terror, al que daba vida (es un decir) Udo Kier, me parece a mí que adelantándole mucho trabajo a Caleb Landry Jones, lo que comprobaremos en breve. Otro compendio de sorpresas interpretativas (atención a Roman Polanski o el mismísimo Vittorio de Sica), sangre falsa, ninfas en celo y actores que no se sabían el guion (quizá porque no había), que no era más que la excusa evidente para poner a Joe Dallesandro follándose a todo el mundo, con la misma excitante anatomía y la misma cara de catar vinagre. Otra locura, rodada con lo mínimo, explotando de nuevo a un Andy Warhol que ni estaba allí y demostrando a los listillos de hoy en día el significado de ser un outsider genuino, sin poses ni planteles.
Ahí queda eso.

sábado, 13 de diciembre de 2025

El árbol crece sobre el estiércol


 

Uno de los ejemplos de paciencia necesaria en el palmarés de Sitges ha sido el regreso de Park Chan-wook, a la postre galardonado como mejor director, que reinventaba a Costa-Gavras con NO OTHER CHOICE, la nueva versión de la aclamada novela de Don Westlake, que el realizador franco-griego adaptaba hace algunos años en aquella ARCADIA, que poco tenía de feliz. Sobredimensionada mezcla de comedia negra (rozando lo guiñolesco), sátira social y un thriller que sólo se comprende en su excesivamente dilatado tramo final, el film se centra en Man-su, un dedicado y metódico empleado en una fábrica de papel, una multinacional americana cuyos "invisibles dueños" despiden a un importante porcentaje de trabajadores, entre ellos el propio Man-su, que tras 25 años esperando un ascenso ve toda su vida truncada sin previo aviso. Dos horas y media parece demasiado para condensar el rocambolesco devenir de este hombre, incapaz de encontrar soluciones racionales a su nueva situación, con la obligación de rebajar su estatus económico, que de repente opta por una siniestra determinación: encontrar a sus potenciales competidores en el puesto que desea alcanzar e ir eliminándolos uno a uno. Con una estlización formal impecable, lo más discutible es lo melifluo de su tono inicial, descolocante e indeciso, pero que afortunadamente se remata con acierto, sin muchos cabos sueltos y una interpretación descomunal de Lee Byung-hun, capaz de transitar por los estados emocionales más diversos con enorme veracidad. Mejor en los momentos truculentos que en lo meramente discursivo, supone un nuevo atajo para observar de cerca este capitalismo tan bonito que cada día nos quieren vender mientras nos van preparando la sentencia de muerte.
Se puede indigestar al principio, pero recompensa al final.
Saludos.

viernes, 12 de diciembre de 2025

Pro-tejer


 

Aclaro el palabro de arriba: de la protección no como ente inamovible, sino una maraña que se va tejiendo con paciencia. Ahora sí, en los últimos años, vimos a una Claudia Cardinale que participaba en proyectos más o menos modestos, producciones a caballo de Italia y Francia, donde no era raro verla encarnando personajes reminiscentes de sus raíces tunecinas. Un film muy desconocido, pero que me complace rescatar hoy es LE FIL, que nos viene a recordar cómo nos hemos ido convirtiendo en unos carcas reaccionarios y apolillados casi sin darnos cuenta. He aquí la historia de una familia burguesa tunecina, donde madre e hijo se reencuentran tras la muerte del padre, después de que él haya terminado sus estudios de arquitectura en París. Se nos presenta un mundo muy desconocido, donde las tradiciones árabes se mezclan sin problema con costumbres más abiertas, provenientes de un caldo de cultivo rico en matices que, para nuestra vergüenza, ha sido erradicado hoy día de las "redes desinformativas". Ella ama a su hijo, y quiere pasar sus últimos años disfrutando su felicidad y auge profesional; él quiere mantener las apariencias, pero su única libertad provendría de ser abierto con su homosexualidad. Mehdi Ben Attia roza el buenismo aleccionador, entre otras cosas por la honestidad con la que nos muestra ese mundo tan desconocido, con choques culturales algo abruptos, pero en definitiva conformando un film entretenido, pequeño, pero que habla de esos grandes temas que nos suelen pasar por delante de las narices. 
Valiente.
Saludos.

jueves, 11 de diciembre de 2025

La palmadita


 

Muy breve. Breve en tiempos de pérdidas. También a THE SOPRANOS se le fue demasiado pronto, hace ya algunos años, James Gandolfini, o la plasmación incontestable de cómo un personaje se hace persona actor mediante. Hace menos, logré zamparme el ochomil de THE WIRE, que personalmente es mi cumbre televisiva y no creo que nada la haga bajar de ahí. Muy cerca, rozando, está la obra maestra de David Chase (busquen su currículum), diametralmente distinta de la de Simon en todo, personajes, sentido del humor, estructura narrativa, pero compartiendo una complejidad apabullante, rehuyendo ambas cualquier tentación de solemnidad o autocomplacencia y entregando generosamente algunos de los personajes más grandes y mejor escritos del audiovisual reciente. La diferencia aquí la marca, claro, Gandolfini, Tony Soprano, del que llegarás a dudar de su humanidad. Amoral, embaucador, letal, compulsivo, este jefe de la mafia de New Jersey es el planeta monstruoso, a cuyo alrededor se desata una órbita que todo lo arrastra y todo lo fagocita. La familia como tótem intocable, pero que sirve para justificar cualquier crimen, por horrible que sea. La violencia como única vía muerta, agotado cualquier razonamiento. La mafia desidealizada, autoparódica, mostrada como deseo y como mito, vertedero y paraíso. La mesa en la acera, las charlas sobre todo, los odios por nada. No puedo describirla más allá de su irresistible cápsula de nihilismo y surrealismo, tan sólo animarles a que se hundan en sus impresionantes seis temporadas, básicamente porque yo ya llegué demasiado tarde, aunque nunca es demasiado tarde.
Por puntualizar, la última escena del último episodio es una de las cosas mejor rodadas que el que esto escribe ha visto jamás.
Obra maestra absoluta.
Saludos.

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Del tó ya


 

Acabamos hoy el repaso a la filmografía como directora de Diane Keaton, aunque aún nos faltará rematarla en su faceta como actriz. Y eso que aquí alternaba ambas tareas, de manera irregular, debo admitir. HANGING UP es una de esas comedias tontísimas, que nos quiere hacer creer que posee un mensaje cargado de sentimientos y verdades como puños, pero no es más que un compendio de techos de cristal, mujeres multitarea pero impolutas, gente chillando por teléfono, rellenos de pavo con copita de vino y Walter Matthau haciendo chistes del pleistoceno, porque imitar a Billy Wilder no es posible a estas alturas. El trío supuestamente protagonista lo componían la propia Keaton, Lisa Kudrow intentándolo tras Friends y Meg Ryan, en realidad la única que tiene tiempo para lucirse en sus habituales mustrarios de gestitos, a cual más gratuito. Las tres son hermanas, por supuesto con trabajos "normales", como directora de una revista femenina o actriz de telenovela; el padre parece estar en las últimas y ponerse de acuerdo para visitarlo al hospital semeja una tarea hercúlea o algo así. Y no deben perderse la gélida visita a la madre (Cloris Leachman), que deja claro que le importa un carajo si el padre la palma... Todo muy Nora Ephron, pero la novela la escribió su propia hermana ¿? 
El título de la entrada, que vendría de perlas paradescribir el estrés de esta familia disfuncional, realmente es un adiós para otro imprescindible, don Robe Iniesta, que hoy "decidió" no dejar solo en la taberna a Jorjón. Qué dos putos días de mierda llevamos, esperemos que no se cumpla el dicho...
Saludos.

martes, 9 de diciembre de 2025

Todos están muertos


 

Película de detalles, casi todos intrascendentes, sumidos en la arrogancia de quien cree hacer algo novedoso, es más que significativo el último agradecimiento de Guillermo del Toro, un par de líneas antes de que desaparezcan los créditos, a Liz Wrightson. No voy a hacer yo todo el trabajo, pero el aluvión de puñaladas a obras ajenas por parte del cineasta mexicano creo que ha llegado a su máximo. Dicho eso, podemos vitorear los muebles falsos de Netflix, las reverencias a Branagh y las declamaciones de mirada perdida. Ni un gramo de humor, Mia Goth en la siesta, algunos de los secundarios más invisibles y Oscar Isaac recuperando a su Caballero Luna. Sí, esto no es FRANKENSTEIN, es Lobezno vs. Daredevil, o lo que prefieran; una peli de superhéroes que sanan milagrosamente, pierden miembros como si nada, vuelan por los aires, chocan contra camas de roble macizo o mueven barcos en mitad del Polo Norte. Y voy a ser meridianamente claro, antes de que se me malinterprete ¿Lo que buscan son puñetazos y panorámicas de salvapantalla en Windows? Entonces lo van a gozar en grande durante dos horas y media ¿Quieren coherencia dramática y elegancia narrativa? Olvídense, porque se van a aburrir como una ostra entre Jacob Elordi componiendo un monstruo que te follarías y una banda sonora de Desplat que les desafío a que descubran de dónde proviene el plagio. El cómic de Wrightson es una obra maestra, léanlo.
Y quiero marcharme, aprovechando que esta entrada está escrita en riguroso directo, dando el último adiós y las infinitas gracias a Don Jorge Martínez, uno de esos raros genios capaces de tocarme en un lugar muy especial de mi maltrecha crónica sentimental. Allá donde estés, un brindis bien alto...
Saludos.

lunes, 8 de diciembre de 2025

Vecinos y figurantes


 

Hay un mecanismo oculto en el dispositivo de THE GREAT GATSBY, de la obra magna de F. Scott Fitzgerald, que la ha hecho refractaria a cualquier intento de adaptación hasta nuestros días. No porque no se pueda poner en imágenes ese implacable retrato de las clases altas y sus caprichos en los locos 20, sino por la dificultad de encontrar el sentido más fidedigno a su enigmático protagonista, de quien nunca se podría asegurar si es un farsante, un asceta o sólo un infeliz. De ahí la importancia del personaje de Carraway, quien se define a sí mismo como un prudente y comprensivo observador, y que cree haber encontrado en Gatsby a ese reflejo ideal de sí mismo, para terminar atrapado en un mundo mucho más mundano y patético de lo que hubiese podido imaginar. Jack Clayton, gran creador de imágenes indelebles, se apoyaba aquí en el guion de Francis Ford Coppola, algo tambaleante, y que lleva sus dos horas y media a la sensación de no haber sabido captar la deformada cosmovisión de su autor. Al menos podíamos disfrutar del mejor Gatsby posible, que no es otro que Robert Redford, muy bien contrapunteado por un gran Bruce Dern y ese eterno desaprovechado que es Sam Waterston; por contra, ni Mia Farrow, muy pasada de vueltas, ni Karen Black o Lois Chiles dan la réplica femenina en este descompensado fragor determinista, que se va diluyendo hasta ser un pequeño y triste soneto.
Sigue teniendo mas nombre que valor real.
Saludos.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Rincón del freak #672: Si la carne es lo único que nos queda...


 

Nos dejaba recientemente Udo Kier, ese actor de mirada tan clara como turbia, de extensa y variada carrera, que ha abarcado casi seis décadas. Curiosamente, aprovecho la entrada de hoy para rendir homenaje también, aunque tardíamente, al cineasta Paul Morrissey, fallecido hace ahora un año, y con quien Kier colaboró en dos de sus títulos más representativos, que ocuparán estos dos domingos. El primero es FLESH FOR FRANKENSTEIN, personalísima y desprejuiciada aproximación al mito creado por Mary Shelley, que mostraba la fijación fetichista del director norteamericano, protegido de un Warhol que aquí aparecía como productor solamente por la promoción. Icono pop y contracultural desde su realización en 1973, nos muestra un corolario de aberraciones, no tanto por su desfile de vísceras de pollo y sangre falsa, sino por lo desinhibido de la visión de Morrissey, su obsesión (y yo encantado) por los desnudos frontales de Joe Dallesandro, que aquí deviene en el objeto erótico de una insaciable Monique van Vooren. El caso es que el delirio comienza por presentar al barón Frankenstein como un majara al que le pone cachondo tocar vísceras... ¡y está casado con su propia hermana!... ¡y tienen dos chiquillos!... El tipo, claro, pretende crear no uno, sino dos monstruos remendados, hombre y mujer, para que procreen monstruitos zombis y él pase a la posteridad. Entre medias, muchas tetas, casquería, Carlo Rambaldi haciendo de las suyas (ojo, que en el guion participó nada menos que Tonino Guerra) e infinidad de integrales de Dallesandro, el único mortal irresistible mientras pone cara de asco.
Mítica e imposible de hacerse hoy día. Aprende algo, Lanthimos...
Saludos.

sábado, 6 de diciembre de 2025

El caballo japonés


 

Manfredini es politoxicómano, prefiere morir, corre junto a su amor, no sabe quién es, le persiguen los malos hasta quieto y va a tener una hija. Sirena es un mafioso, o un empresario, le gustan los caballos, siempre lleva un bebé en brazos y no prefiere que Manfredini se caiga en la salida y gane la Nena. La Nena ama a Manfredini, gana las carreras, va a tener una hija y a lo mejor no le gustan los hombres. En ese ínterin, EL JOCKEY es la historia de un nacimiento, una identidad que se encuentra a sí misma al perder todo lo demás. Ni thriller, ni surrealismo, ni comedia involuntaria, lo que Luis Ortega traza aquí es lo mismo que podíamos ver en EL ÁNGEL, una realidad que duele, de la que se quiere escapar, que ni siquiera es peligrosa, sino cansada y cansina. El único problema que le veo es su suicida estructura, fascinante en el arranque, la construcción de personajes entre lo costumbrista y lo feérico, el finísimo caleidoscopio por el que inocularse de la malignidad imperante en la Argentina de hoy en día. La segunda parte, más ambigua y desenfocada, es el Almodóvar más lynchiano de lo que ha logrado ser nunca el manchego, una apuesta por el kitsch desaforado que encubre una historia de redención hiperbólica y que se mea en las fauces del discurso reaccionario dánosle hoy y siempre. 
Les irritará, les desafiará y medirá qué entienden ustedes por libertad creativa. Yo me dejaría follar la mente, que diría otro.
Saludos.

viernes, 5 de diciembre de 2025

El camino sin retorno



En 1991, el cineasta y novelista de origen turco Henri Verneuil ponía en marcha la monumental tarea de adaptar a la gran pantalla la novela en la que narraba la odisea de su familia, a principios del siglo XX, huyendo del genocidio armenio, y su establecimento en Marsella. El resultado es MAYRIG, una impresionante epopeya familiar y social, con una mirada entre nostálgica y reivindicativa, en el que Verneuil nos cuenta las dificultades de la familia Zakarian para no perder la dignidad, sortear la miseria y encontrar un lugar en un mundo que no termina de aceptarlos del todo. En el amplio reparto, sobresalían dos grandes nombres, como el de Omar Sharif y Claudia Cardinale, que sostienen admirablemente esta inspirada película, no muy reconocida fuera de las fronteras francesas, pero que allí es un título reverenciado, y que cuenta con una segunda parte, que Verneuil logró rodar poco antes de fallecer.
Saludos.

jueves, 4 de diciembre de 2025

Los paisajes humanos


 

Del Sitges'24 se nos quedó en el tintero ELSE, ganadora de los mejores efectos especiales, que vuelve a invocar, cómo no, la psicosis post-covid, en un relato con un tono verdaderamente extraño, que imita lo propuesto en su guion, convirtiendo el argumento en el propio terreno físico. Puede ser confuso, pero aún más si atendemos a lo divergente de su argumento, que comienza como una especie de comedia romántica, en la que confluyen Anx, un diseñador gráfico hipocondríaco y con tendencia a la reclusión, y Cass, caótica y extrovertida. Ambos han compartido una noche de pasión, pero cuando ella vuelve al apartamento de él, un extraño suceso copa la actualidad: aparentemente, las personas están fusionándose con su entorno, sean cosas, vegetales o incluso animales. Antes que un film pandémico, y ni siquiera un body horror, estamos ante una película que, una vez arranca, propone un osado dilema filosófico, que sólo es desvelado en su apabullante tramo final, de gran belleza visual, puede que excesivamente enigmático, pero fascinante si se entra en su mensaje.

Saludos.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Mis tíos


 

En 1995, Diane Keaton dirige la que es su mejor película, lo que es sintomático acerca de sus inquietudes artísticas, siempre moviéndose en realizaciones muy convencionales. En este caso, adaptando la autobiografía del escritor Franz Lidz, escrita a la memoria de su madre, fallecida cuando sólo era un niño. UNSTRUNG HEROES no consigue conciliar su parte emocional, con la enfermedad de la madre (Andie MacDowell) y la incapacidad del padre (John Turturro) para cuidar de sus dos hijos pequeños, lo que da paso a un extraño giro en el que el chaval literalmente se escapa a casa de sus tíos. Y aquí hay que hacer un inciso, porque Keaton se lanza en brazos de la comedia física con dos personajes más allá de lo estrambótico (interpretados por el gran Maury Chaykin y Michael Richards, recuperando su indeleble carácter en Seinfeld). Que ya es jodido explicar a dos hermanos talluditos que viven juntos, sin que se les conozca oficio alguno, perseguidos por su casero y rodeados de periódicos y pelotas de goma ¿? El problema de la película es exactamente ese, pasar del drama nostálgico a la comedia desatada, que pese al estupendo elenco sólo funciona a hipidos, casi siempre en lo segundo. Aun así, es un título que se ve sin problemas, aunque tampoco me extraña que haya quedado tan olvidado 30 años después de su estreno.
Saludos.

martes, 2 de diciembre de 2025

El camino


 

Rascándome la cabeza, me pregunto cómo es posible que Stephen King aparezca como productor ejecutivo de THE LONG WALK y, aun respetando su forma, se haya dinamitado de una manera tan burda todo el significado y el simbolismo de la novela, una de las mejores de su autor, que ya es decir. O mejor dicho, nada recomendable haber leído el original y después ver el film, porque "parecen" lo mismo, pero no lo son. La incomprensión hacia esta distopía tan poco desarrollada, en la que cualquier barbaridad está justificada por una crisis económica galopante, a King le servía para demonizar la mentira de Vietnam, al tiempo que le permitía desarrollar una lírica que pocas veces ha alcanzado en su normalmente convencional narrativa, y que cobra todo su sentido en el demencial y extrañísimo final, que aquí se han cepillado como si tal cosa, culminando lo que cualquiera puede intuir: LA LARGA MARCHA es una película comercial, con algunos aciertos, pero que elude conscientemente cualquier tentación de trascender. Ni siquiera me refiero a la incredulidad que despierta su premisa, en la que un centenar de jóvenes se apuntan a un macabro concurso, consistente en caminar sin descanso hasta que sólo quede uno, pues quien se detenga es inmediatamente ejecutado. Aparentemente, el film es fiel al libro, pero se busca una innecesaria suavización de algunos personajes, que King describía con una crueldad necesaria para su diabólico juego psicológico, más importante que el desafío físico. Poco más, porque tampoco quiero destrozar la película a quien no la haya visto. Entretenida sin más, se hace un pelín larga y al menos me gustaría destacar a David Jonsson, que se come la pantalla desde el principio y encarna un poco a ese héroe inesperado que tan poco abunda en el cine comercial.
Correcta y poco más.
Saludos.

lunes, 1 de diciembre de 2025

Lejos de las leyes de los hombres


 

Ya nos parece marciano contemplar una obertura e interludio en un film que no llega a las dos horas, pero parece cosa más de dotar de cartas de solemnidad a una película durante mucho tiempo mal interpretada por la crítica, pero que el tiempo le ha impuesto un lugar preeminente como precursora de ese western, anguloso y metafísico, que hoy día ensayan luminarias del high concept. El caso es que JEREMIAH JOHNSON, además de ser una de las mejores películas de Sidney Pollack, desdobla la experiencia del género mismo, desde la perspectiva de un Robert Redford en uno de sus mejores trabajos, el de un hombre que huye de la guerra para encontrarse a sí mismo en el lugar más salvaje. Y si hace nada aludíamos aquí a John Milius, es de justicia valorar su trabajo de guion, osado, libérrimo, despojando de ínfulas una historia que por mínima termina resultando trascendente. Preclaros todos los encuentros que el protagonista va acumulando, comenzando por el trampero lunático, el cazador enterrado hasta la cabeza o la mujer que ha perdido a su familia, masacrada por los indios. Lejos de llevarnos a ninguna mística tribal, el film sí reconcilia a su protagonista con una forma de vivir sin convenciones, que va cobrando sentido por la experiencia misma. Con una primera parte excepcional, de gran cine, de narrativa sobria y detallista, es cierto que, llegado el momento, se puede hacer algo reiterativa o ensimismada, aunque esto sirva para explicitar el progresivo oscurecimiento de ese "hombre en ninguna parte", que nos deja una película de una modernidad que sería un error obviar.
Compleja sin ser pedante, y dependiendo, seminal.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!