lunes, 23 de junio de 2025

Un ángel desde el infierno


 

Siempre he sido muy partidario de rescatar todo tipo de pequeñas joyas olvidadas, películas a las que el tiempo ha sepultado en un ostracismo no del todo justo, puede que para recordarnos lo poco que sabemos de cine. Por ejemplo, MOCKINGBIRD DON´T SING, de 2001, que partía de un espeluznante caso real acaecido en Los Angeles en 1970. Una niña de 13 años fue hallada en una apartada casa, donde su padre la había mantenido inmovilizada desde que tenía un año; como si fuera un perro, atada a una silla, con un orinal, y sin poder caminar ni hablar. Me temo que esta historia es tan terrible, que sólo podría suavizarse, "adaptarla" a una especie de narrativa más o menos convencional, que nos haga más soportable lo que no puede más que ser rechazado. Toda la fuerza del film recae en su circunstancia intrínseca, aunque observada objetivamente es apenas un telefilm de maneras ortodoxas, interpretaciones aceptables y una dirección que, al menos a mí, me llamó la atención, al tratarse del británico Harry Bromley Davenport, que dos décadas antes fue el responsable de XTRO, aquel film de culto que copaba las estanterías de los videoclubs. No estaría de más una puesta al día de este film, que sin ser de terror, resulta terrorífico en cuanto uno se pone a pensar en la vida de esa pobre niña, cuya identidad ha quedado oportunamente oculta bajo el sobrenombre de "Genie", y que sólo obtuvo la ayuda de una educadora que jamás arrojó la toalla para que pudiese llegar a ser una persona normal, ni más ni menos.
No es una gran película, ni mucho menos, pero su historia, indignante, no debería dejarnos indiferentes.
Saludos.

domingo, 22 de junio de 2025

Rincón del freak #653: No dejar pasar al viejo


 

Hace no mucho tiempo, en una entrevista, Clint Eastwood (que recientemente ha celebrado su 95 cumpleaños) confesaba con toda normalidad el secreto de su longevidad, y que ni siquiera piense en retirarse. Su frase fue: "Hay un viejo ahí afuera, rondando cada día. Yo no lo invito a pasar, so es todo". En este negocio del cine, envejecer puede suponer un problema, sobre todo si uno se empeña en mantenerse en un filtro mágico, donde todos los esfuerzos están dirigidos a contener el impasible paso del tiempo, una cuestión que se suele notar más de lo que debería, en un chapucero efecto contraproducente. Esto se hace ridículamente evidente en WOLFS, o cómo despreciar la oportunidad de tener en pantalla a George Clooney y Brad Pitt, perdidos en un mar de posturitas y tics de manual, mientras sus personajes intentan (sin conseguirlo) reírse de no haber llegado a la sexta decena en la mejor forma. Ambos interpretan a sendos trasuntos de aquel legendario Señor Lobo tarantiniano, un tipo al que llamas sólo cuando todo lo demás ha fallado. El arranque, que mantiene el ingenio mientras la información es dosificada, presenta una situación anómala, uniendo a estos dos profesionales por un extraño azar, y a regañadientes han de aceptarse como socios improvisados y no tan bien avenidos. Con un guion directamente idiotizante, el más que irregular Jon Watts, curtido en el videoclip y en la puesta al día del Trepamuros, ofrece un film cansino y cansado, que como sus dos estrellas parecen exactamente lo que son, dos tipos con carisma y encanto, a la búsqueda de un Clint Eastwood que les diga qué hacer con todo aquello.
Es muy aburrida y muy olvidable.
Saludos.

sábado, 21 de junio de 2025

Actores secundarios en la trastienda del callejón


 

Conocía el cine de Aaron Katz, justo cuando aquello del mumblecore tenía más sentido y justo para perderle la pista casi por obligación. Entonces es como que he dejado pasar quince años entre su ópera prima y QUIET CITY, la segunda. Y resumo, que Jamie llega a New York para ver a su amiga Samantha desde Atlanta, pero no se orienta muy bien, así que le pregunta a Charlie, que es la única persona en la estación de tren, ya vacía, porque es bastante tarde. Y Charlie, cortésmente, la acompaña hasta la cafetería donde Jamie ha quedado con su amiga, pero no logra dar con ella, porque es un desastre y porque es 2007. Sin saber muy bien qué hacer, Charlie le ofrece esperar en su casa, y tras charlar de varias cosas Jamie se queda dormida. Al día siguiente irán a recoger un sombrero y visitar una galería donde expone otra amiga de Jamie, y probablemente tomen alguna cerveza y fumen algún cigarrillo y sigan hablando de más cosas, como cortes de pelo o si el tiempo libre lo es también si ocupa el día entero. Y a lo mejor Jamie ya no se acuerde tanto de que venía a ver a Samantha. Y apoye su cabeza sobre el hombro de Charlie en un vagón de metro, mientras vuelven...
Saludos.

viernes, 20 de junio de 2025

Películas para desengancharse #149


 

Alfredo García es un don nadie, un tipo al que se le ocurrió dejar embarazada a la hija de un poderoso terrateniente mexicano; seguramente estaban enamorados, ella le echa de menos, pero su padre ofrece un millón de dólares a quien lo encuentre... y le traiga su cabeza. Hay pocas películas con una premisa argumental más potente, delirante e imprevisible que BRING ME THE HEAD OF ALFREDO GARCIA, tampoco tan libérrimas, anticipadoras de un posible "post-cine", en el que importa menos la literalidad, y mucho más la lírica desprendida de una historia que, por absurda, es aún más terrible, una vez resueltas sus claves. Anti road movie repleta de moscas, polvo, roña, cristales mugrientos, trasuntos de hostales cochambrosos, comidas incomibles y mucho tequila para sobrellevarlo todo, su idea de partida invoca a Beckett inmerso en un western figurativo, o una tragedia clásica que se despliega como si un comediante ametrallara a su audiencia por reírse. Pero lo que siempre ha distinguido el cine de Peckinpah son sus personajes, comenzando por un demoledor Warren Oates, mezcla de pianista, pistolero y otras tantas cosas, que se enamora poco a poco de una prostituta que canta, que cruza medio México tras la pista de Alfredo García... aunque en realidad ya está muerto. Es ese cine vibrante, indetectable, que ahora se llama independiente, de festivales, y entonces era el aullido del maverick insolente, del tipo que se atrevía a tirar al barro lo sublime y lo miserable, y hacerlos luchar. Cierto que su desenlace está un poco traído por los pelos, y parece poca cosa para la portentosa narrativa de Peckinpah, pero también puede que sea la única forma de culminar una historia enroscada sobre sí misma, con ojos de víbora moribunda y pulsión asesina.
Saludos.

jueves, 19 de junio de 2025

A la deriva


 

Es de celebrar cada trabajo de Jia Zhangke, la claridad con la que ha trazado el significante del cine más responsable y desacomodado de los últimos veinticinco años. Eso vendría a ser una explicación simplista, y también acomodada, de no ser que puede atribuirse también a la propia filmografía del cineasta chino, con su fascinante tendencia a difuminar los límites entre la ficción y un documentalismo que en sus manos es pura poesía. Con un puñado de títulos recientes que nos hacían presagiar la tentación de Jia por acercarse al cine de género (con A TOUCH OF SIN como gran exponente), el esperado y dilatado estreno de FENG LIU YI DAI (ATRAPADO POR LA MAREA) nos devuelve a los primeros títulos del director de STILL LIFE, que se vale del espacio documental para construir una ficción que, atención, no hace más que hablarnos de la realidad y su dolorosa cotidianidad. En este caso, seguimos a Guao Bin a principios de este siglo; una joven que se resiste a ser engullida por las tradiciones de su provincia, probando suerte en la capital como bailarina o modelo, con el peligro acechante de caer en situaciones más deshonrosas. Allí conoce a Qiao Qiao, con quien inicia una relación, pero al tiempo, y sin previo aviso, vuelve a marcharse, sin que sus motivos sean claros, y él decide iniciar una penosa búsqueda sin muchas pistas. Esa dualidad de la "huida sin prisas" y la "búsqueda trágica", construye una historia exigente en lo formal, no para todos los espectadores, pero que implementa otra interesante brecha en la filmografía de uno de la grandes maestros contemporáneos. 
Saludos.

miércoles, 18 de junio de 2025

Las segundas oportunidades


 

Abrumado por la extensión de la obra de Howard Hawks, tanto como por lo descuidada que la hemos tenido hasta ahora, vamos a iniciar un repaso por films quizá no tan conocidos, o sí, en tandas de a cuatro y por décadas. Es lo que tiene ser tan prolífico, y tan variado. Y tan bueno, porque la calidad está asegurada de antemano. Por ejemplo THE CRIMINAL CODE, de 1930, maravillosa precursora de tantos y tantos dramas carcelarios, en la que partimos de una redención que parece imposible, la de un joven que en una pelea mata accidentalmente a otro, lo que lo lleva a la cárcel por un período de diez años. Pero en un giro del destino, el fiscal que le encerró (Walter Huston) es nombrado alcaide en la prisión donde se encuentra, hecho que, unido al romance surgido entre el joven y la hija del nuevo alcaide, despierta una especie de cargo de conciencia, por lo que le nombra su chófer personal, con la esperanza de una sustancial rebaja de condena. Con una estructura de lo más simple, el guion de Fred Niblo y Seton Miller economiza admirablemente todos sus recursos, introduciendo a un atípico villano, interpretado por Boris Karloff, que termina siendo quizá el personaje con más humanidad de este relato cargado de lecciones morales, pero con el sello inconfundible de su autor, que es garantía de calidad.
Saludos.

martes, 17 de junio de 2025

¿Y luego al Penta?...


 

Por avatares caniculares que me reservo por motivos enrojecedores, me veo ante la plataforma de turno con una de esas agotadoras producciones, deudoras de una televisión que se pretende seria, pero a mí me parece apenas un tablero de pruebas para justificar presupuestos, pagar nóminas (que está muy bien) y, en el mejor de los casos, dar a conocer a futuros nombres, que de otra forma no encontrarían un solo lugar para despegar. En su momento se me pasó MALASAÑA 32, supongo que enredada en la maraña de títulos mellizos, como digo producciones que parecen hechas con una sola plantilla, resultando en entretenimientos de usar y olvidar. Para colmo, es de juzgado de guardia que te hagan falta cuatro guionistas, como lo oyen, para hacer un remedo, punto por punto, de POLTERGEIST. Con escenas literalmente copiadas de la maravillosa colaboración Hooper/Spielberg, un sentido del ritmo cinematográfico como el del monstruo a la hora de moverse, o peor, con cameos de juzgado de guardia, como el de la pobre Concha Velasco, que no sabe qué hace ahí. Ni siquiera funciona como artefacto temporalmente desubicado, despreciando (cuatro guionistas, por dios) la posibilidad de indagar en aquel barrio mítico a finales de los setenta, justo en los primeros balbuceos de una Movida que no obtiene ni un miserable guiño. La explicación para mí está clara: son muy malos.
Saludos.

lunes, 16 de junio de 2025

Arriba, pueblos del universo #2


 

Con la decisión tomada hace tiempo de no volver a comentar una serie, si ya lo había hecho, por ejemplo, con la primera temporada, redoblo el entusiasmo que me produjo haber visto esa T1 de ANDOR, porque la segunda es aún mejor. Y es mejor porque es más compleja, más osada, con un guion que no elude temas espinosos, y con un protagonismo mucho más coral, lo que expande las posibilidades de una T3, que ojalá se dé. De nuevo me maravilla esa cotidianidad, reflejada en el día a día de los personajes, indistintamente de si se trata de héroes o villanos, pues todo el mundo tiene aquí sus propias motivaciones para hacer lo que hace. El Imperio está convencido de la necesidad de acabar con el caos de los insurrectos, establecer "su" orden a cualquier costo; los rebeldes, en cambio, se organizan en la clandestinidad, en una guerra de guerrillas que les obliga siempre a ir un paso por delante. La gran novedad en esta T2 es ese elefante en la habitación, un elemento tan potente que es capaz de desestabilizar toda la narración, guiando la atención (no desviándola) hacia un tercio final imponente, en el que queda explicado toda la amalgama de tramas, subtramas y otros laberintos argumentales. No voy a desvelarlo por no fastidiar a los rezagados, pero sí les digo que es el elemento definitivo que conecta a ANDOR con la saga canónica de STAR WARS. Ello, unido a la emocionante decisión de poner el broche final con la fanfarria de John Williams a toda mecha, qué quieren que les diga... ¡Oro puro!
No se la pierdan por nada en el mundo.
Saludos.

domingo, 15 de junio de 2025

Rincón del freak #652: Teniente hijo de perra


 

La cosa es como sigue, que se podría haber sacado una película más que aceptable del guion de SPIANDO MARINA, pero imagino que el aprovechamiento del presupuesto para rodar en Argentina ya sobrepasaba los límites de la extravagancia. Es la prototípica historia de un policía jodido porque el clan mandanguero con el que dio rienda suelta a su corrupción, luego tomó venganza cargándose a su devota esposa y tierno infante. El tipo se va al país del tango, supuestamente para re-vengarse de los narcos vía CIA, pero en lugar de ello se dedica a pimplar Juanito el Caminante y espiar sin disimulo a su voluptuosa (y me quedo corto) vecina, interpretada por la neumática Debora Caprioglio, con la que no tardará en intimar, no sin haberlo intentado sin éxito con alguna meretriz, lo que da una idea de la catadura moral del señor, por mucho que intente dar pena, ya que Steve Bond tiene la misma expresividad de un torno fresador lituano. Es como una mezcla hipercutre de EL ÚLTIMO TANGO..., TENIENTE CORRUPTO y PAPRIKA... la de los burdeles. Dirigía el incansable Sergio Martino, un señor del que mantengo la loca teoría de que sabe filmar, pero el entregarse a producciones espídicas regatea cualquier talento.
Sólo para erotómanos sin mucho olfato.
Saludos.

sábado, 14 de junio de 2025

El ascua a la sardina


 

ALICE IN WONDERLAND es, a casi 75 años de su estreno, la película que puso definitivamente a Disney en la cúspide de la animación, y su influencia ha sido decisiva para entender muchas producciones posteriores. Partimos de la certeza de la imposibilidad de adaptar la complejísima obra de Lewis Carroll, repleta de simbología, neologismos y otros retos lingüísticos, lo que ha obligado a que cada versión, por diferentes que sean entre sí, hayan tenido que conformarse con la capa narrativa más externa, la que nos habla de las peripecias de la joven Alicia en un mundo, imaginario o no, pero con unas leyes que se salen de lo común. Carroll nos hablaba dela transformación, física y psicológica, del despertar sexual, los viajes lisérgicos, o una anarquía disruptiva del relato, sublimando la palabra interior en una época donde pocos autores se atrevían a tanto. La Alicia de Disney es una magnífica película para cualquier edad, con un uso de la animación brutal para 1951, y que ha abierto el camino, por ejemplo, para los temas esenciales abordados, con aún más audacia, por Hayao Miyazaki. Intento revisitarla cada vez que puedo, y teniendo en cuenta que es una de las favoritas de siempre de mi hija, no he podido resistirme a disfrutarla en privilegiada compañía.
Imprescindible.
Saludos.

viernes, 13 de junio de 2025

Películas para desengancharse #148


 

BOOGIE NIGHTS, o cómo construir un castillo de colores, perfecto, amable y sexy al mismo tiempo, con esa democracia aletargada, que no permite que el tiempo transcurra, mientras el olor dulzón de aperitivos que no existen marca la sentencia, inevitable, a la hora del ocaso. La industria pornográfica, irresistible, sólo para titanes con la piel de acero, capaz de tragarse a cualquiera desde su púlpito de moquetas sintéticas, tabaco en las paredes y miradas que uno debe evitar si duran más de medio segundo. En una danza de montaje impresionante, Paul Thomas Anderson hace explosionar ese mundo falso pero acogedor, repleto de códigos, miedos y recovecos (no me malinterpreten); aunque sus dos horas y media están plenamente justificadas, dando paso en su segunda mitad a un despiadado corolario de cómo tocar fondo hasta el máximo; y justo cuando ya no se puede caer más bajo, Anderson se apiada de sus personajes, esa manada de freaks, ganadores dentro de su burbuja, incapaces de entender el mundo fuera de ella, felices de saber que su única familia son sólo ellos. Retratar un tiempo, una época, va más allá de un vestuario o un peinado, o unos decorados, coches o música; retratar un tiempo y una época es colocar delante de nuestras narices un cartel de neón púrpura que nos haga torcer el gesto mientras murmuramos: esto ya no puede volver a ser...
Tiene algo indefinible que le impide ser una obra maestra, pero tiene algunos destellos reservados a los genios de esto del cine.
Saludos.

jueves, 12 de junio de 2025

Frío como el hielo


 

El tiempo nos juega malas pasadas. O no, porque si bien THE FOURTH PROTOCOL no es exactamente la misma película que recordaba haber visto por última vez hace unos treinta años, sigue siendo un film de intriga absolutamente eficaz en lo que se propone. Y creo que John Mackenzie acierta con el tono del guion, escrito con el propio Frederick Forsyth, atendiendo menos a la cuestión política, y más a unos personajes, antítesis unos de otros, que se van desplegando hasta su impactante final. La trama nos habla de un agente soviético, aparentemente infalible, que es enviado a Londres nada menos que para detonar una bomba atómica en una base norteamericana. Los servicios secretos británicos trabajan contrarreloj para evitar el desastre, aunque todas las pistas parecen palos de ciego. Tremendista trama, ciertamente, pero que avanza ágilmente gracias, sobre todo, a su acertada pareja protagonista, un Michael Caine que es ese agente imperfecto pero honesto, enfrentado a un Pierce Brosnan aún no muy conocido, y que borda a un escalofriante agente, que por momentos ni siquiera parece humano. Todo ello bien hilvanado por un minucioso trabajo de montaje, que va acercando imperceptiblemente a estos dos personajes, exponiendo sus insalvables diferencias, y colapsando en ese final deliberadamente hitchcockiano. 
Quizá no sea la película que yo recordaba, pero la emoción sigue intacta.
Saludos.

miércoles, 11 de junio de 2025

El ratón y el gato


 

Una costumbre a la que debería volver a adherirme, y que di por semiolvidada desde mi adolescencia, sobre todo en playas que, debido a mi talasofobia, aprovechaba para largas sesiones de novelón policíaco, detectivesco o (mi favorito) de espionaje. Y uno de mis autores favoritos era Frederick Forsyth, que nos ha dejado recientemente, por lo que procedo a dar un pequeño homenaje/repaso a algunas adaptaciones que sus obras han tenido en el cine. Curiosamente, nunca hasta ahora había reparado en THE ODESSA FILE, pese a ser de mis libros más recordados, por su laberíntica trama, en la que un osado periodista va tras la pista de un especialmente sanguinario capitán de las SS, que se ha mantenido oculto mientras intentaba reconstruir los cimientos del nazismo con la organización secreta llamada "OdeSSa". He de reconocer que, pese a la vigorosa dirección del prestigioso Ronald Neame, el film hace largo, y excepto en sus momentos más logrados, no llega a la apasionante construcción literaria de Forsyth, que, como gran maestro de best sellers (que haylos), jamás soltaba al lector tras atraparlo firmemente. Jon Voight hace lo que puede como protagonista, hay algunos secundarios de enjundia, como Maximilian Schell o Derek Jacobi, y en general es bastante entretenida, pero algunas de sus resoluciones formales se ven tremendistas a 50 años vistas, del mismo modo que se me atraganta la incomprensible banda sonora de Andrew Lloyd Webber, que parece un inserto marciano desde Broadway. 
En líneas generales, se puede ver si no se le exige demasiado, pero si la trama les interesa vayan directos al libro, que es una auténtica maravilla.
Saludos.

martes, 10 de junio de 2025

Utopía o utilidad


 

Distintas personas, de distinta extracción social, en diferentes sitios. Sin saber por qué, se encaminan hacia una extraña oscuridad que los engulle. De repente, todos se encuentran en una extraña ciudadela; ante ellos, una puerta que no pueden abrir, pero sobre la que todos tienen diferentes teorías ¿Se abrirá? ¿Qué habrá al otro lado? THEY CAME TO A CITY es una rareza en el catálogo de la mítica productora Ealing, un ingenioso relato de género fantástico, en el que una vez más se impone la fuerza del guion a la ausencia de efectos, justificados por la ya heroica producción, cuando la WWII aún azotaba en 1944. Partiendo de un relato de J.B. Priestley, el guion de Sidney Cole y el propio director, Basil Dearden, no se alejaba demasiado de los preceptos que, en clave de comedia, hablaba de sociedades solidarias y bonhomías que contrastaban con el inmovilismo de unas clases altas instaladas en tradiciones absurdas. Una película que da un mensaje positivo (posibilista, dirán otros), levemente naif, pero que funciona como es, entrañable a su manera.
Saludos.

lunes, 9 de junio de 2025

Imitación al cine


 

Mientras Almodóvar idealiza una América idílica, donde una fila interminable de lesbianas acude a la firma de ejemplares de la escritora de moda, en una librería con olor a aula sospechosa; o hace que Tilda Swinton declame con mirada perdida el día que (ya que, como no podía ser de otra manera, era corresponsal de guerra) supo que su fotógrafo era amante del religioso al que fueron a ver un día en zona de guerra, sin que este detalle tenga mayor relevancia que poder darle un papel a Juan Diego Botto y Raúl Arévalo hablando en inglés ¿?; continúa con los homenajes al reproducir impúdicamente tres constantes lynchianas (la llanura de Montana, un coche de bomberos a cámara lenta y una casa en llamas en mitad de la nada); seguidamente nos lleva, cómo no, hasta un Sirk mermeloso, donde Iglesias hace de Skinner y Grau de Metty, en una cabañita idílica para ver árboles y escuchar pájaros; rematando con dos sonrojos: el amenazante pero inocuo personaje de Nivola y un epílogo que no hace justicia a la hondura joyceana a la que alude, implorando el fundido, siempre tan socorrido, a Hopper.
Almodóvar, esa América no existe, sólo era nuestra Arcadia de celuloide. Ni un solo chiste, ni un solo susto, ni un sobresalto en un discurso autosatisfecho y vergelado, de "vergel congelado", digo...
Horripilante.
Saludos.

domingo, 8 de junio de 2025

Rincón del freak #651: La montaña del fin del mundo


 

Hoy, más allá de inmoralidades, transgresiones o frivolidades, vamos con una rareza genuina, por lo que de descubrimiento tiene. "HUKKUNUD ALPINISTI" HOTELL (EL HOTEL DEL ALPINISTA MUERTO) es una desconocidísima coproducción soviético-finlandesa, en la que un apartado hotel, en mitad de un paraje nevado, es el marco de una denuncia: un alpinista ha sido supuestamente asesinado. Hasta allí llega un inspector un poco cascado, que tras indagar un poco (muy poco, la verdad) determina que no ha habido crimen ni víctima. Cuando va a marcharse, un alud le obliga a permanecer en el hotel, donde conocerá íntimamente a unos inquilinos sumamente curiosos, hasta que efectivamente se comete un crimen, superando todas las expectativas del inspector, que cree estar ante una trama mayor de lo que parece. Imaginen una mezcla imposible entre BLADE RUNNER, LA MONTAÑA MÁGICA y DIEZ NEGRITOS, donde las conspiranoias, la ciencia ficción descocada y la intriga se dan la mano en ese no-lugar, al que es difícil acceder, pero imposible salir. Escrita por los hermanos Strugatskiy, parece un borrador de serie B de STALKER, quizá más juguetona, menos grave, pero muy disfrutable en todo caso.
Saludos.

sábado, 7 de junio de 2025

Vida prócer: El cine de Hong Sang-soo #31


 

WOO-RI-UI-HA-RU (NUESTRO DÍA) simplifica al máximo una historia compartida, aunque narrada de forma dual, para investirnos de experiencias y sensaciones que sólo cobran sentido al ser compartidas. Una actriz en depresión busca refugiarse en casa de una amiga, donde recibe a una vendedora de productos naturales que quiere convertirse también en actriz; súbitamente, el gato de la amiga desaparece, obligando a un acto colaborativo que interrumpe una interesante cena. A kilómetros de allí, un semiolvidado poeta colabora con una joven estudiante de cine, con la intención de montar un documental en apenas un par de días; al mismo tiempo, recibe a un admirador, con el que entabla una conversación en la que le confiesa que sólo echa de menos a su gato, que murió de viejo, incluso más que el alcohol y los cigarrillos que el médico le ha prohibido tajantemente. Ambas escenas están íntimamente ligadas por un denominador que las traspasa, quizá la camaradería inusitada como el mejor bálsamo contra la inoperancia y el olvido. Quizá no, pero observo este último modo de contar historias de Hong Sang-soo, y además de verlo despojado de cualquier teoría de la conspiración, es sabroso por lo calmado de su sabiduría, no sé si asimilada, pero sí sanadora.
Saludos.

viernes, 6 de junio de 2025

Películas para desengancharse #147


 

Hablamos de películas románticas, con la misma vaguedad con que tiramos un confeti, vaciamos nuestras palabras de sentido, porque es menos hiriente convertir el pensamiento en una especie de lista de la compra. Películas románticas, un poco cursis, un poco atolondradas, también picaronas, tristes incluso. Nada de eso es amor, apenas sombra que parpadea sin vocación de permanecer, de aplastarnos ante su certeza que desprecia tiempo y espacio. Hay películas románticas, y luego está BRIEF ENCOUNTER. Y me ha costado escribir sobre ella casi dos décadas, porque esta historia de amor, que es agujero negro y es masa cósmica, que toca la herida hasta que el nervio deja de doler y da paso a un extraño éxtasis, tiene una intensidad tal que puede amenazar ese confort imbécil sobre el que nos balanceamos con sonrisa idiota. Una estación de tren, una cantina semivacía, un silbido, humo, dos extraños que se miran, y entonces todo cobra sentido, cuando ya no queda nada que narrar, está todo dicho. Es una película terrible, terrorífica, árida y sin rehenes. Entonces suena Rachmaninoff, como si no hubiese sido suficiente. Vapuleados, ya no somos los mismos, ni para nosotros ni para el otro...
Obra maestra absoluta.
Saludos.

jueves, 5 de junio de 2025

La justa apropiación


 
Hay dos cosas que no soporto del cine de terror más reciente, y más concretamente el que tiene vocación de superar el sumidero de festivales y simposios, con la ambición necesaria del producto que aspira a no ser sólo "culto para incondicionales". Una es el desfile de sentencias vacías, miradas bovinas y diálogos de secano, que lo único que me demuestra es estar ante un cineasta que no sabe nada de cine, y por tanto mira al espectador por encima del hombro, porque si usted quiere ser Tarkovski primero tiene que dominar a Siodmak. Otro asunto, más controvertido, es rehabilitar el nicho del subgénero, obviando que ello nos condena al pantano de la explotación prejuiciosa. En un principio, SINNERS tiene todas las papeletas para ser el megabluff de la temporada, reuniendo el pack completo en unas dos horas y media que ya de entrada asustan. Les adelanto que SINNERS es una de las mejores películas que cualquiera de ustedes puede ver recientemente. Terror o no, da igual, porque Ryan Coogler ha fabricado una ensalada conceptual en la que todos los ingredientes son sabrosos. Hablo de un cine de gangsters en los años 30, que pese a no ser más que una referencia del pasado es vital para dotar de contexto el desarrollo del film. Los protagonistas, dos gemelos, interpretados con fiereza y convicción por Michael B. Jordan, que trabajaban para Capone, regresan a su Sur natal para abrir un gran local, contraviniendo la tradición supremacista del lugar. En su espléndida primera parte, todo este enjambre de géneros se despliega ágilmente, mientras el blues pantanoso se erige como otro protagonista fundamental. Lo entenderemos cuando, con más de una hora de espera, en la mejor secuencia del film, el terror irrumpe con un naturalismo extraño, poniendo a prueba incluso la temática racial, exponiendo hermandades imposibles pero más comprensiva que el racismo sufrido por los recogedores de algodón. Todo culmina en un espectacular desenlace, ahora sí abrazando el género, aunque aún Coogler se guarda un emocionante regalo en forma de escena postcréditos, que por supuesto no voy a desvelarles. La sensación es la de un film que habla de racismo, pero que no se aprovecha de ello, gracias a un guion repleto de inventiva y respeto por sus personajes. El terror, ya digo, es casi lo de menos en una película que tiene dos o tres cargas de profundidad a las que hay que estar atentos.
Para mí, toda una gratísima sorpresa.
Saludos.

miércoles, 4 de junio de 2025

Cine para historiadores cansinos


 

No pregunten cómo ni por qué me vi ante FEUER UND SCHWERT-DIE LEGENDE VON TRISTAN UND ISOLDE, ignota coproducción germano-irlandesa que venía de la fiebre desatada por el EXCALIBUR de Boorman, pero se queda en un pétreo ensalmo de la leyenda en la que se basa, con intrigas nimias y una historia de amor que no desmerece a cualquier subproducto presestero. El único motivo por el que me he adentrado en catacumbas interneteras, para tragarme esto en alemán sin subtítulos (no hay, que yo sepa), es la curiosidad motivada por el premio a la mejor fotografía que se llevó en Sitges'83, y que me da una idea de cómo serían los contendientes (allí ganó el primer Luc Besson, por cierto). Ah bueno, y porque el protagonista era un jovencísimo Christoph Waltz, que no podía ni soñar su meteórica aunque tardía carrera posterior.
Jodidamente aburrida.
Saludos.

martes, 3 de junio de 2025

Pequeña pisadita, honda huella


 

Os digo, debo deciros, que no es arrebatado el hallazgo que mira de frente, que pulsa la vibración última, aterido del gorrión que vino a posarse sin canción, la tapa con gotas y su excremento, para no dejar rastro al otro día y ser suma ya iniciada. Os digo que LA ESTRELLA AZUL es una película muy bonita, y que no debería serlo. Que a veces parece un cuentecito para modistas agotadas de litio, otras un trabajito para otro más listo, finalmente un homenaje a un amigo al que nunca vimos, pero no por ello íbamos a dejar de sentir lo que sí nos hace sentir este antibiopic. Esto va de otra cosa, ni de artistas, grupos o rocanrol; esto va de gente buena sin sitio, a la que un día le falta la tapadera con agua en el aféizar, les entra el vértigo que les entra a todos los pájaros con cabeza de chorlito. Y, claro, caen. 
Nadie sostiene a quien no pisa fuerte, pero al menos que Mauricio tuviera una carta de amor tan bonita como ésta...
Saludos.

lunes, 2 de junio de 2025

La realidad siempre supera a la ficción


 

No hablábamos gratuitamente el otro día de Michael Bay, un director que personalmente me saca de quicio por su querencia al exceso gratuito, en historias que parecen sacadas de un manual para dummies. No lo hacíamos porque las tormentas perfectas existen, y PAIN & GAIN es, al menos de momento, la gran obra maestra (con todas las reservas del término) de su director, que encontró prácticamente de casualidad un suceso acaecido en Miami, que al menos en parte le daba la razón su estilo ciclotímico, del que sigue siendo rey indiscutible. Si uniésemos PULP FICTION con RESACÓN EN LAS VEGAS, o AFTER HOURS con MORTADELO Y FILEMÓN protagonizando MIAMI VICE, posiblemente nos quedaríamos cortos para describir este thriller sangriento y divertidísimo, con un trío protagonista que por separado nunca he visto mejor. Tres garrulos hiperciclados y que no juntan media neurona, interpretados por Mark Wahlberg, Dwayne Johnson y Anthony Mackie, que vendrían a ser todo lo patético y miserable del "M.A.G.A." trumpista, que perpetran una estafa que en sus mentes sonaba perfecta, pero termina, literalmente, como el rosario de la Aurora. Con un sentido de la sátira similar (ojo a esto) al Berlanga de las "escopetas", su fisicidad siempre esconde segundas y terceras intenciones, disparando a casi todo lo que se le pone por delante: el desmesurado culto al cuerpo, el dinero como única religión, los personajes corruptos que te hacen descender los anillos de Dante. Por supuesto que se puede hacer esto con el estilo de Bay, y el resultado es tan cojonudo que inmediatamente piensas que no hay otro director capaz de esta mezcla diabólica, por lo menos no tan diabólicamente conscientes de su corpus innegociable de comedia negrísima. Sí, están los Coen, pero los detractores siempre dirían que no se rebajarían a esas cámaras hiperlentas, ni unas tetas siliconadas en primer plano. Indiscutiblemente, la mejor película de este señor, un enorme técnico con destellos de director de cine. Y, lo que no es ni mucho menos poco, dos horas y pico que te tienen pegado a la pantalla, como debe ser en cualquier entretenimiento que se precie. 
Rescátenla para estas tórridas ocasiones que han de presentarse.
Saludos.

domingo, 1 de junio de 2025

Rincón del freak #650: El Condemor de la pradera



Uno podría pensar que ver al gran Chiquito de la Calzada en el Oeste tenía su guasa, o que caracterizarlo de vampiro que cuenta chistes ya era el novamás de la bizarrada. "Nonsense", porque hubo una mente preclara, que a mediados de los sesenta vislumbró la posibilidad de llevar al vampiro por antonomasia al far west, que es una protoforma del "sujétame el cubata, que es de pueblo". Ahí va eso, BILLY THE KID vs. DRACULA se abre con un curradísimo murciélago de trapo suspendido sobre las cabezas de tres colonos incautos, que duermen plácidamente sin sospechar que el conde Dracula, por motivos que no vienen al caso, ha llegado a la soleada California de finales del XIX, con el firme propósito de, por este orden, hacer como que vuela, chillar como puerta vieja, poner ojos de hipnotizador sin colirio, aprovecharse de los caídos tras un ataque indio, de nuevo ojos de cabra ahorcada cuando ve el retrato de cualquier fémina y dar unos mordiscos muy raros que dejan cuatro orificios. Menos mal que por allí pasaba Billy "el niño", aunque esta versión sea un planchabragas de manual, que parece salido de los escolapios o del "Pet Sounds". Por lo tanto, ya sabemos la inspiración para nuestro Chiquito en sus performances más sonadas, porque todo está ya hecho. Y cuando digo todo, es absolutamente todo.
Una delicia para los degustadores de surströmming cinematográfico, con un John Carradine intentando no reírse y una escena que yo le llevaría a Íker Jiménez: Dracula sale de detrás de una diligencia, y justo en el encuadre de un ventanuco sale un señor con camisa de manga corta. Yo la intentaría ver aunque sólo sea por estas delicatessens...
Saludos.

sábado, 31 de mayo de 2025

Barrabás o Jesús


 

En 1998, Ian McKellen protagonizaba en DIOSES Y MONSTRUOS algo más que el magnífico y descarnado retrato del episodio más oscuro (y quizás gozoso) del cineasta James Whale. Inesperadamente y con casi sesenta años, McKellen, ya con una extensa carrera, se convertía en un habitual del cine comercial, protagonizando algunos de los títulos imprescindibles de los últimos veinticinco años. Inasequible al desaliento, el actor británico ha estrenado recientemente THE CRITIC, que podría considerarse una especie de perverso cierre del círculo abierto en el film de Bill Condon. Lamentablemente, no hay rastro aquí de la decadente ambigüedad desplegada en aquélla, y lo que pretende ser el refinado cartograma de un despiadado crítico teatral, se dispersa entre su innecesariamente amplio elenco y una historia que maneja varios tonos, sin decidirse por ninguno que le valga adecuadamente. Sólo y nada más que McKellen (al que se le notan, cómo no, sus 86 años) para soportar este dubitativo drama de inicios del pasado siglo, al que le falta algo más de misterio y ensoñación, y le sobra, además de media hora (y no es larga), la pulcra diagnosis unos tiempos convulsos, con urgencia de subrayar el auge del fascismo en aquella Inglaterra que podía odiar más a un crítico por ser homosexual que por sus desollamientos semanales, eso sí, siempre en aras de la emputecida libertad de expresión. 
No merece la pena.
Saludos.

viernes, 30 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #146


 

Como un enigma orgulloso de serlo, de mostrarse en su opaca naturaleza, CASANOVA, la más terrible de las películas de Fellini, para mí infinitamente más autobiográfica que 8 1/2, que se despliega desde lo más infinitesimal hasta la orgía desatada de escenografías imposibles. Todo anclado a la imperial interpretación de Donald Sutherland (me la he guardado conscientemente), adueñándose de toda la grandeza y la humanidad y la soberbia más allá del estilo, la fantasmagoría de un hombre por encima de los hombres, el gozador de todas las carnes, incapaz de un mal gesto, exquisito ante la incomprensión del vulgo, preso del orgasmo como una estrella se convulsiona en la indiferencia del cosmos. Es difícil experiencia, ardua en dos horas y media que exigen ser más que un cinéfilo medio, mucho más. Fellini saca las vergüenzas de eterno veneciano, y de paso las nuestras, porque esta plegaria a la jodienda necesita que recordemos nuestros propios orgasmos con la misma entrega que su protagonista. Si no, no son auténticos yonkis del sexo, y Sutherland mira muchas veces a cámara, así que no se apeguen a mantras facilones ni palabras de seguridad. El tramo final, magistral, es la única demostración de amor del narcisista, sí, ante una extraña autómata, que enlaza con el retrato de un Casanova terminal adherido con mierda a cualquier pared. El final más bello posible...
Saludos.

jueves, 29 de mayo de 2025

Michael Bay que estás en los cielos


 

Entonces pasas junto al escaparate. Sonríes con esa sensación por la espina dorsal. Palabras que normalmente no utilizas recorren tu mente, sabores que te llevan a restaurantes exóticos. La ropa nueva, las máquinas registradoras, la canción de moda sonando a lo largo de techos inacabables del centro comercial. Como trompetas celestiales. Plantas de plástico, cubiertos reciclados, señoritas golosinas del evento, frescor en tubo de poliestireno. Se está haciendo un cine (¡cine!) muy peligroso, que elimina por completo las barreras entre la ficción y nosotros, los vivos, que en un alarde de recochineo autosatisfecho pretendemos sólo algo tan sano como olvidarnos de la tenaza costumbrista, ilusionándonos en ese parque temático ocasional. A lo tonto, resulta que Michael Bay, en un par de décadas, va a ocupar el lugar que le ha dejado, por ejemplo, Ridley Scott, y sin tener mucho que ver ambos cines entre sí. Ver un producto de bollería industrial como HAVOC, con envoltorio muy caro e ingredientes insalubres, nos habla de una comercialidad por venir nefasta, exenta de aromas propios, renunciando a eso tan extraño que es la coherencia, el ritmo más allá de "osos viciosos" (éste con bastante más gracia). Una vez más, Netflix haciendo honor a su leyenda negra, para que digan.
He visto pocos actores últimamente tan perdidos como Tom Hardy.
Saludos.

miércoles, 28 de mayo de 2025

La intención templada


 

Caminando entre dos aguas muy diferenciadas entre sí, como es la adaptación de Peter Jackson y el esfuerzo de Ralph Bakshi por adaptar lo por entonces inadaptable, la versión que, seguidamente a ésta, realizó el prestigioso tándem Rankin-Bass de THE RETURN OF THE KING. Mucho más que curioso, puesto que ambos autores ya se habían atrevido años atrás con THE HOBBIT, pero aquí abordan únicamente el último "libro" (si se puede llamar así) de la gran saga de Tolkien. Ni siquiera puede considerarse una continuación a la mutilada (abandonada, más bien) versión de Bakshi, al no tener nada que ver en fondo o forma, estando más orientada hacia un público decididamente infantil. Se trata de un largometraje muy reconocible en la idiosincrasia de esta productora, que obtuvo un estimable apoyo de animadores japoneses, que le dan un aspecto más digno de lo que cabría esperar. Pese a todo, incluso a que personalmente no me disgusta, no soy capaz de recomendarla a nadie que no sea fanático, completista o las dos cosas. El resto, al menos ha de tener paciencia con lo que es, animación infantil de 1980 con inevitables saltos de guion.
Saludos.

martes, 27 de mayo de 2025

llnngg


 

Con brevedad inusitada, mi parquísima reseña acerca de UNTIL DAWN viene a ser lo siguiente: que el cine comercial y de género lleva tiempo atravesando una sequía de ideas galopante no debería sorprender a nadie; que se confunde la mixtura de medios con la búsqueda desesperada por encontrar una migaja de inspiración, pues también. UNTIL DAWN lo tiene todo, que es lo mismo que decir que no tiene nada. Basada en un videojuego (dato que me importa lo mismo que el PIB de Vanuatu), estamos ante la enésima y agotadora escenificación de una fórmula exprimida hasta sus últimas consecuencias. Un artefacto en el que puedes adelantar sin ningún problema cada siguiente escena, mientras bostezas viendo cabezas explotar y efectos de sonido clónicos. Lo de que esto vaya de que todos mueren, pero al amanecer vuelven a la vida, tan sólo para volver a ser asesinados por la noche, abrió una posibilidad en esta mente tan extraña que me adorna el coco: es genial para ahorrar sueldos...
Saludos.

lunes, 26 de mayo de 2025

Presunto inocente


 

Sigo cayendo en estas cosas, seguramente arrastrado por esa maravilla que es THE JINX (sólo la T1), a cuya estela han proliferado todo tipo de copiones, la mayoría desafortunados, que no son más que documentales mediocres, eso sí, alargados hasta lo indefendible. El caso de MAKING A MURDERER es ligeramente más complejo, por el gran impacto mediático del mismo, como por una primera temporada aceptable, que se convierte en un artefacto oportunista y descaradamente amarillista. Es necesario contar la sinopsis en su esencia, al menos para darle el valor que su tratamiento documental no tiene. Steven Avery es condenado por agresión sexual en 1985, pero una prueba de ADN lo absuelve nada menos que 18 años después; sale en libertady el condado de Manitowoc (Wisconsin), donde vive, ha de indemnizarlo con más de treinta millones de dólares. A los pocos meses, una joven es asesinada, y de nuevo Avery es acusado, juzgado y condenado a cadena perpetua irrevocable, arrastrando además, en un giro estrambótico, a su sobrino Brendan, un chaval de dieciséis años y avanzada discapacidad intelectual. Todo lo que podría desprenderse de este planteamiento de partida debería ser apasionante, y en cierto modo lo es por lo insólito del caso, pero seamos sinceros, porque el estiramiento detoda la T2 es injustificable, excepto por prolongar el éxito y crear unas expectativas que fallan en lo esencial. Lo esencial es que el documental se torna espectáculo, y no uno muy bueno, sino un tortuoso trasiego de personajes exprimidos hasta la saciedad, hasta que esporádicamente se suelta algún dato supuestamente revelador, pero que no es más que eso, Netflix en estado puro, cuando Netflix saca la calculadora a pasear. 
Es medianamente entretenido, pero también se enreda torpemente en una vorágine de datos que tapan circunstancias capitales, sepultadas por una producción que me parece lamentablemente tendenciosa.
Saludos.

domingo, 25 de mayo de 2025

Rincón del freak #649: Bingoooooooo!!!...


 

Tengo serias dudas para pensar que, aparte de Quentin Tarantino, haya alguien allende nuestras fronteras que haya visto LOS BINGUEROS. La misma certeza que nos habla de uno de los fenómenos de taquilla más morrocotudos del cine patrio, y por tanto una de esas películas "que conoce hasta tu abuela". Cine del destape, exploitation ibérico, exprimir hasta las últimas consecuencias a la pareja más famosa de aquella discutible transición, cuyo volumen de caspa fue tal que aún obtiene soterrados "homenajes", y creo que todos sabemos a quiénes nos estamos refiriendo. Dos caraduras, gilipollescos hasta la caricatura, con lamparón de brandy y salvado de Brummel, presentando eso tan nuestro del "pelotazo", esta vez a base de cantar líneas y bingos en locales de cenicero humeante y conejitas con peluca. Todo muy saludable, adornado con tetámenes y felpudos de pseudoactrices (sólo digo "Norma Duval" y me piro), para demostrar que lo zafio vende, aquí y acullá, pero aquí los que vendían eran Pajares y Esteso. Y, sí, básicamente esto es lo que le dio un nombre a Mariano Ozores, como les decía ayer...
Perfecta para un club de pajas entre amigos.
Saludos.

sábado, 24 de mayo de 2025

El placer de los guiones


 

Con casi cien años, nos ha dejado Mariano Ozores, nombre mítico de una sección de la cinematografía española que, si les digo la verdad, se me hace muy cuesta arriba defender, no por los valores que pudiese tener ese "cine del desarrollismo", sino por ejercer de incomprensible dique de contención a propuestas de mayor calidad y enjundia. Todo ello, sumado a una filmografía descomunal en tamaño, hace que mi homenaje sea pequeño, pero puede que sorprendente. Porque Ozores filmó en 1963 un película impresionante, sin duda la mejor suya, y uno de los más grandes ejemplos de cómo enfrentar la ciencia ficción sin efectos especiales, tan sólo con un puñado de buenos actores y actrices y un sólido y metronómico guion, por cierto obra del propio director. Quizá sea arriesgado tratar a LA HORA INCÓGNITA de cine de autor, pero a mí me parece una obra personalísima, que engancha desde su impactante premisa argumental, en la que un misil nuclear en pruebas se ha desviado de órbita, con el cálculo de que en pocas horas impactará en una población determinada. Lo que hace el film, muy acertadamente, es una semblanza a nivel personal de las pocas personas que se han quedado atrás en la evacuación, que sirve a Ozores para trazar un interesante retrato de una sociedad que, como queda de manifiesto, sólo mostraba su verdadera cara cuando ya no tenía nada que perder. Un borracho que ha dormido la mona en una zanja, un ladrón al que le puede la codicia, dos adúlteros que al fin se pueden ver a solas, una prostituta y un fugitivo de la justicia, una joven empleada de grandes almacenes y su tiránico jefe, dos genuinas "urracas" que aprovechan para cotillear las casas vacías de sus vecinas, y hasta un viejecito que busca a su gatito desaparecido. Aun con todas sus licencias (la censura y sus gilipolleces), carencias y tono semiteatral, es una película de verdad admirable por el clima de inquietud y desconcierto (ligeramente buñueliano en su tramo final) que es capaz de generar con una producción tan modesta. Y culmino diciendo a los que babeáis con la serie esa de los hongos, echad un vistazo a esta anomalía y os enteráis de cómo se escribe un guion en condiciones...
Saludos.

viernes, 23 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #145


 

En estos tiempos raros, afilados, donde los malos ganan porque están convencidos de ser los buenos, la verdad, el amor, la amistad, la solidaridad, son armas de destrucción masiva. Destruyen los escupitajos verbales y los convierten en flores. Magia, decía la señora Münchgstettner, mientras transformaba un destartalado motel en mitad de la nada californiana en una especie de oasis, donde camioneros polvorientos desean llegar para ver algo bello, por una vez. Todos hemos tenido ese lugar, de una u otra manera; a lo mejor lo hemos visto de refilón, y no nos ha dado tiempo a agarrarlo, como se escapan resbaladizos los sueños. Sí, BAGDAD CAFE es una película muy tonta, pero muy esperanzadora; tiene movimientos de cámara sonrojantes, pero también planos que parecen salidos de otra dimensión. Y está Jack palance absolutamente adorable; una señora que grita porque está harta de estar harta; una prostituta que en realidad hace tatuajes; un padre adolescente que intenta emular a Bach; un marido enamorado que sólo se atreve a mirar desde lejos. Y una cafetera amarilla que la señora Münchgstettner ha dejado en mitad de la autopista, donde ha mandado al carajo a su bávaro marido y ha salido andando con su maleta y su sombrero con pluma. He aquí la película de los cuerpos extraños, entes sin lugar que buscan lugares, y cuerpos, y también algo de amabilidad en un mundo que, vaya usted a saber por qué, nos suele tratar tan mal. 
Yo la quito de la categoría "película" y la llamo directamente magia... Y llorarán con su banda sonora...
Saludos.

jueves, 22 de mayo de 2025

Pericia instrumental


 

MICKEY 17 sufre el mal de muchas de las producciones actuales, porque es innecesariamente desmesurada, y por tanto irregular, con un horror vacui que se hace patente en su directamente prescindible parte final, que, no se equivoquen, yo taso en al menos 50 minutos. Todo lo que viene antes es magnífico, con un grandioso Robert Pattinson en un despliegue de facultades que debería haber trascendido más de lo que lo ha hecho. Su personaje es una especie de Woody Allen futurista, incapaz de dar una a derechas, que acepta convertirse en un estrafalario Sísifo, un "prescindible" usado en multitud de pruebas, cuyo cuerpo es literalmente resucitado y vuelto a utilizar. El problema sobreviene cuando Mickey, en su decimoséptima reencarnación, es dado por muerto en una misión, y al regresar se encuentra con "18", es decir su siguiente réplica. Hasta ahí, Bong Joon-ho invoca nada menos que a Lubitsch y sus implacables juegos de apariencias, facturando una comedia negrísima con una insólita (para estos tiempos que corren) incorrección política. Personajes complejos para una trama sencilla, pero que dan paso a un insufrible panfleto supuestamente ecologista, que deja al descubierto lo que debería haber sido: un entretenimiento muy bien dirigido. El cineasta coreano, en mi opinión, siempre cree tener la obligación de dar la penúltima pirueta, y en esta ocasión peca de sobresaturación, sobreexplicación y un último golpe dramático que no conecta con el circo de sombras chinescas con el que se abre. 
Buena película, pero no tenía por qué ser tan larga.
Saludos.

miércoles, 21 de mayo de 2025

El presente


 

Ver WALDEN: DIARIES, NOTES AND SKETCHES en 2025, en soledad con el propio tiempo de uno, descubriendo en imágenes aparentemente aleatorias, como si un aficionado impusiera su mirada a la del espectador, en la similitud que la obra de arte ofrece como aparato asumible de honestidad. Ya que hablamos de "clásicos", peyorativamente casi siempre, hay que seguir abundando en esta opción de "borrado del clásico", o de caricia contemporánea, por el gusto de lo que la vida reflexiona como eje en deuda de su construcción instantánea. Curioso, por el trabajo de edición que siempre ha acompañado a Mekas, su sofisticación que, de alguna manera, busca la depuración, una mirada inocente, casi infantil, despojada de una intención inquisidora. WALDEN es un monumento divertido, carnal, febril, que actúa como una sinfonía con instrumentos de juguete; y es esa poesía que implora nuestra mirada, porque sólo nuestra mirada, de presente, de estremecedora solidaridad, nos da la medida de esa pregunta tan imbécil: ¿Quiénes somos ahora?...
Intemporal. No hay otra palabra.
Saludos.

martes, 20 de mayo de 2025

Israel, estado genocida


 

IM SPINNWEBHAUS es una película mal hecha y mal concebida, pero aún peor me parece lo mal concebida que está, y si no, lean esto. Madre soltera con tres niños. Imágenes jugando, alegres, la sdñora se pone a conducir como en una feria, a punto de tener un accidente. Está estresada, no aguanta a los niños, se los lleva al padre, el padre pasa también. Vuelven a casa, la madre recoge sus cosas y le dice al mayor que a tomar por culo, que ahí se quedan. Los niños mienten, roban, se alimentan de chucherías. Todo en un tono de aventurillas mosqueante, como si los niños también estuviesen rodando la película. Finalmente, después de todo este trajín, la madre vuelve, se pone otra vez a jugar y todos felices. Es tan mala que me da igual contarla entera. Y finalizo con el encabezado de esta reseña, que es tan terrible y horroroso como la misma, pero no por ello menos cierto. Israel es un estado genocida, y todos los que lo blanquean unos canallas indeseables. Punto.
Saludos.

lunes, 19 de mayo de 2025

Fundamental por derecho


 

Impecable. Es la palabra que me viene al revisitar HARD TIMES, una de las mejores (y menos reivindicadas) películas de aquel Walter Hill, que durante un buen puñado de años adelantaba, sin que lo supiéramos, el cine de género que estaba por venir con formas que provenían de grandes maestros clásicos. De nuevo ese manto que todo lo cubre, el western crepuscular, colándose en una historia ambientada en la gran depresión, donde un soberbio Charles Bronson (soberbio, sí) es ese forastero misterioso, de mirada gélida y vocabulario ahorrativo, que llega de ninguna parte al peor sitio posible. Con un anecdotario de personajes perfectamente dibujado, se nos introduce en el sórdido mundo de las peleas clandestinas, repleto de aprovechados, tanto como de víctimas. La presencia de Bronson contrapuntea la de un conmovedor James Coburn, el apostador de poca monta que encuentra la gallina de los huevos de oro, un luchador inesperado, invencible, pero con un código moral que lo aparta de la caterva de indeseables que sólo pretende aprovecharse de él. Es una película de peleas, sí, y qué peleas, maravillosamente fotografiadas por Philip H. Lathrop y montadas por Roger Spottiswoode, pero también es un emotivo relato sobre amistades improbables y victorias morales, que en último término son las únicas que perduran en el tiempo. 
Si no la han visto, se están perdiendo una estupenda película de género... y algo más.
Saludos.

domingo, 18 de mayo de 2025

Rincón del freak #648: Cápsula caducada


 

El plano final de KRAVEN THE HUNTER me suscita un par de reflexiones, para nada sesudas, que ponen en cuestión el deplorable estado al que ha llegado el (odioso término) "cine superheroico". Los espectadores más avisados habrán entendio el guiño al CONAN de Milius, donde se produce una fascinante ruptura, la de la fuerza bruta sentándose a reflexionar sobre su nuevo estatus de regente que ha de tomar decisiones. En la línea de un Ben Wheatley o James Mangold, directores con mayor o menor carga autoral, pero que comparten un dominio del oficio notable, parece ser que la llamada de la comercialidad es tan fuerte como para diluir dicha identidad en un mar de imágenes y motivos confortablemente repetitivos. Curioso, cuanto menos, si atendemos a lo que significan dos films tan distintos, pero complementarios, como EL AÑO MÁS VIOLENTO y TRIPLE FRONTERA, de cuya unión podría haber salido esta KRAVEN. Una película que gana si se le extrae todo el rollo de los superpoderes, y se hubiese quedado en un thriller gangsteril con algún interés cinematográfico. El problema es que la historia central es estúpida, los personajes parecen estar en universos paralelos que no se tocan y se abren demasiados frentes, sin que ninguno cuaje aceptablemente. De hecho, Kraven no era un personaje tan sutil ni tan complejo, no tanto como para otorgarle un dilema moral que lo acerque (¿pero qué digo?) al guerrero cimmerio. Un tachón imperdonable en la carrera de un cineasta como J.C. Chandor, del que he destacado lo bien que plasma sus propios guiones. El último apunte, por tanto, es obvio: tres guionistas para escribir una gilipollez como ésta, pero curiosamente ahí se abstuvo Chandor de participar...
No la vean.
Saludos.

sábado, 17 de mayo de 2025

Cazador y presa


 

Uno de los gestos más recordados de la versión de Scorsese de CAPE FEAR fue, sin duda, el cameo de los dos protagonistas de la original, en dos roles contrapuestos a los de treinta años antes. El poderío de Robert Mitchum se despliega aquí implacable, amenazante ante un Gregory Peck que intenta mantener la compostura en todo momento, no como aquel sobrepasado Nick Nolte. Una película que se saltaba las limitaciones de la serie B, para distorsionar el thriller canónico y convertirlo en terror primario, con mayor atención a la creciente atmósfera de amenaza e impunidad, que emana el exconvicto dispuesto a vengarse del abogado que no le libró de estar varios años en la cárcel. Ya desde el arranque, imágenes cotidianas e inofensivas de una ciudad en movimiento, pero que nos coloca con una extraña desazón cuando la poderosa partitura de Bernard Herrmann empieza a sonar. No me extraña que Scorsese estuviese obsesionado con hacer el remake de este film incómodo, grasiento, que huele a miseria moral cuando entra en pantalla Mitchum, que dejó para la historia a esa encarnación pura del mal que es Max Cady.
Saludos.

viernes, 16 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #144


 

Icónica. Excesiva. Desafiante. Reverencial hasta la genuflexión. Con momentos tan fascinantes como ridículos. CAPE FEAR parece más un reto a la crítica que, aún desde entonces, ha visto desbordadas sus propias expectativas, partiendo del entusiasmo que generó aquel "nuevamente renacido" Scorsese. En mi opinión, la sensación ha mejorado desde que la vi por primera vez en su estreno, pero curiosamente ha empeorado en lo que creo insoslayable, unos agujeros de guion que la van sumiendo en la gamberrada excéntrica de un cineasta, evidentemente, superdotado. El gran acierto es Robert De Niro, el mejor Max Cady posible; su interpretación ha creado escuela, de lo excesivo, sí, pero también de cómo un actor entiende a la perfección lo que el director demanda de él. La mejor escena es, sin duda, la que protagoniza junto a Juliette Lewis, que pasa por ser ese cuento de Caperucita con unos roles no tan explícitos como todo lo que representa ese abogado, desquiciado e indefendible, que interpreta Nick Nolte, en un papel tan desagradecido (mal escrito, más bien) como el de una desaprovechada Jessica Lange, que chilla más que habla. No sé tampoco si le hace falta la polémica decisión de copiar la partitura de Herrmann, por mucho que el trabajo de Elmer Bernstein fuese encomiable; o agarrarse a la fotografía del "lynchiano" Freddie Francis, que le da un aire a Hitchcock en sus tramos más inspirados. Un conjunto irregular, que parece magistral en su retrato de la brutalidad y la maldad pura, pero que patina cuando encara sutilezas o los giros de guion que hacían de la película original ese clásico incómodo y áspero que ha llegado, creo, en bastante mejor forma.
Ya saben que soy cerril en cuanto a la V.O.S., pero la versión doblada tiene su propio encanto. Ustedes saben...
Saludos.

jueves, 15 de mayo de 2025

Bonito, hermoso o doloroso


 

Por puntualizar la entrada de ayer, me acordé de DEDE (me encanta hacer estas cosas con las palabras...), una película georgiana de 2017 que no ha visto nadie y nadie reivindica. La cosa es que podría tener su explicación, pues su descarada exposición de un miserabilismo sin matices es jodida de defender, mientras que el retrato que hace de una mujer atosigada por las costumbres de su pequeña aldea no despega de la discutible elección de su protagonista, con una inexpresividad que no parece deliberada. Dina queda prometida a la fuerza con un hombre al que no ama, y desafortunadamente bebe los vientos por su mejor amigo, que acaba de llegar de la guerra de los Balcanes. Sin embargo, un trágico suceso (que no desvelaré) hace que su vida cambie para bien. Por supuesto, la felicidad no dura, y nuevamente se verá ante una disyuntiva similar, con el agravante de que su familia ya le ha dado de lado por completo y no comparte su gusto por la rebeldía. El gran problema que plantea el guion proviene de cómo no puede separarse de su propia e inestable magnificación de acontecimientos, abrazando un tremendismo que no agiliza la realización y la deja como una de esas curiosidades, exóticas sólo por su procedencia, pero con un valor cinematográfico como poco cuestionable.
Sólo la recomendaría a buscadores de oro con gran fe en su olfato.
Saludos.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Ignominia empieza igual que ignorancia


 

Por razones completamente diferentes, una película como THE STONING OF SORAYA M., de 2008, se puede considerar una buena película exclusivamente por sus loables intenciones, en tanto que denuncia descarnada, que proviene del libro del escritor Freidoune Sahebjam, que registró un estremecedor caso de lapidación que le llegó por casualidad al pasar por un apartado pueblo iraní. Es imprescindible, por lo de no caer en el panfleto y su trampa, hacer una disección de este irregular film, demasiado largo, que se regodea innecesariamente en la exposición del caso, una denuncia por adulterio totalmente inventada, cuyo polémico desenlace le resta toda la carga de rabia y razón, que cineastas iraníes si han logrado con mayor sutileza y calidad cinematográfica. Si todo este largo "corpus" se hace complicado de tragar, el tramo final nos lleva hasta un exhibicionismo casi pornográfico, que no voy a discutir por su idoneidad, sino por lo abrupto de su irrupción, de manera que puedo hablar de una manipulación sentimental en toda regla. Es ésta una discusión tan necesaria como irresoluble, pero que a mí me ha servido para no caer en esta especie de "trampa fílmica", más cercana a KAPO que, por ejemplo, a EL HIJO DE SAÚL, para que se me entienda nada más.
Saludos.

martes, 13 de mayo de 2025

La importancia que se le quiera dar


 

He descubierto que la mejor herramienta para detectar en qué transformaciones andan las cinematografías, es visitar ligazones de menor perspectiva; directores, actores, guionistas en su mayoría aún activos, incluso en eso tan moderno que es "su prime". Las diferencias, en muchos casos insalvables, nos hablan de modos y maneras que hoy día ni se plantean, pero que entonces ya olían a apolillado. Por ejemplo, INVENTING THE ABBOTTS, uno de esos dramas de carácter interclasista tan caros a los americanos, que en 1997 tenía todos los elementos para inscribirse como una especie de neoclásico ambicioso y perfeccionista. Con el protagonismo compartido (mal compartido, me temo) por unos jóvenes Joaquin Phoenix, Billy Crudup, Liv Tyler y Jennifer Connelly, el previsible guion no consigue escapar del best seller de Sue Miller, y lo que se promete como una cruda historia repleta de rencillas, cuernos y secretos inconfesables, se va diluyendo a medida que el irlandés Pat O'Connor empieza a desdibujar personajes y centrarse en planos cortos de embobamientos y frases melosas, cuando había un motor más interesante en las andanzas del primogénito (Crudup), follarín empedernido y obsesionado con las tres hermanas Abbott, para restregarle a su iracundo padre que, aunque no logre acceder a su fortuna, va a deshonrarle de la forma más vergonzosa. Lastimosamente, el film ha quedado muy sepultado para lo que prometió entonces, excepto por servir como modelo de tantas y tantas subproducciones plataformeras, para que vean que el tiempo pasa pero los mercaderes no descansan.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!