No hay mucho que decir de THE ADVENTURES OF PRISCILLA, QUEEN OF THE DESERT. Excepto su imparable explosión de tolerancia, de libertad y respeto, tan necesario en estos tiempos en los que hemos involucionado hacia las cavernas del odio y la ignorancia. La historia de estas tres drag queens, a bordo de un autobús rosa llamado Priscilla, cruzando el desierto australiano, sin perder el glamour en tascas de mala muerte, mientras interpretan a Abba o Gloria Gaynor, es ese antídoto contra la estupidez, porque representa ese descaro y frescura tan necesarios ante los discursos vacíos y rancios de un patriarcado que sigue sumido en su propia y confortable decadencia. Resuena la maravillosa interpretación de Hugo Weaving, algunos años antes de explotar con MATRIX o TLOTR, un increíble Guy Pearce, aún más desconocido por entonces, y sobre todo Terence Stamp, en una de esas interpretaciones que definen a un actor de pura raza. Los tres están en estado de gracia, aportando mucho de fábula estremecedora, en esta colección de estampas icónicas (el autobús como punta de lanza de la libertad), de alarido lúdico y contestatario que deberíamos empuñar como arma arrojadiza, que un taconazo duele mucho.
Inolvidable, absolutamente vigente y reivindicable.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario