jueves, 28 de enero de 2010

Lynch poseído

Sí, porque sólo recuerdo haber tenido experiencias similares, e incluyo palabras como plenitud, gozo, satisfacción o fascinación, menos de diez veces. Y por similar me refiero a la plena convicción de que lo que te espera al entrar a la sala de cine no te va a defraudar y las expectativas no sólo son colmadas sino rebasadas por mucho, por muchísimo.
La pregunta siempre es la misma, o al menos yo siempre me hago la misma pregunta: Si David Lynch es capaz de filmar la mejor película de la década de los ochenta (BLUE VELVET), la mejor película de los noventa (THE STRAIGHT STORY) y cambiar el curso de la televisión de un plumazo (TWIN PEAKS)... ¿Qué coño le ha pasado al de Montana? Lo siento, pero una cosa es hacer un cine difícil y otra hacer un cine irritante; ya no puedo con Lynch, porque Lynch, para mí y a menos que sea capaz de su enésimo reciclaje, murió filmando una obra maestra absoluta llamada THE STRAIGHT STORY.
Comenzamos con un impecable plano aproximativo de una casa que nos remite inexorablemente al plano inicial de BLUE VELVET, incluso tememos que Richard Farnsworth sufra un ataque inminente; y puede que Lynch quisiera bifurcar juguetonamente BLUE VELVET desde su arranque y derivarla hacia el opuesto, hacia el lado luminoso de la vida, que también existe. Farnsworth (injusto que no ganase el oscar, por mucho Spacey que hubiese) vive con su hija (¡Maravillosa maravillosa maravillosa Sissy Spacek!) y, consciente de que le queda muy poca vida, decide, y la decisión entraña un impresionante dilema filosófico, visitar a su hermano tras enterarse de la delicada salud de éste; el viaje ha de llevarle desde Iowa hasta Wisconsin, una distancia considerable si tenemos en cuenta que Alvin Straight, contraviniendo cualquier razonamiento práctico, lo hará a 10 km. por hora, en su cortadora de césped. Se inicia así una de las road movies más extrañas, emotivas y fascinantes de todos los tiempos, una historia que sólo está al alcance de alguien poseído por el espíritu de John Ford, un canto a la vida, a los hombres y a la determinación que ha de llevarles a superar cualquier obstáculo. No hay rastro aquí de oscuridad o corrupción moral, Lynch vio la luz hace once años y, de paso, nos iluminó inexplicablemente antes de iniciar su declive. Más que una película, una lección de cine.
Saludos obstinados.

9 comentarios:

Dr. Quatermass dijo...

Hola,

Me uno a tu reivindicacion de esta maravilla donde por una vez Lynch solo pretendio narrar una historia sencilla y lo hizo de forma maravillosa.

Saludos!

Cinemagnificus dijo...

Sí, la verdad es que después de esto, Lynch ha caído bastante, aunque Mulholland Drive me sigue gustando, a pesar de que he de revisarla.

Respecto a esta maravilla, decirte que me salta las lágrimas. Una puta obra maestra.

PD: No olvides El hombre elefante. Otra que me revuelve las tripas :D

Crowley dijo...

Una maravilla en su aparente simplicidad. Un lynch comedido pero sublime.
Un saludo
P.D.: Por cierto, estoy preparando una serie de posts sobre películas que nos han marcado y me gustaría contar con tu aportación. Si te interesa o apetece, escríbeme a crowleyservant@hotmail.com

Anónimo dijo...

Una lección de vida.

Cecil B. Demente dijo...

Este es un peliculón en mayúsculas, pero Mullholand Drive también me atrapó, es una peli muy magnética. Lynch la ha cagado antes y después de The Straight Story, pero incluso cuando la caga tienes algo con lo que quedarte.

Kinezoe dijo...

Un peliculón, sin duda. Probablemente, la historia más "convencional" de entre las que ha rodado. Para mí su último gran trabajo -y ya era bien raro- fue "Mulholland Drive". Después de eso perdió toda señal de cordura...

José Angel dijo...

Una casualidad que me encanta que se produzca. Creo que Richard Farnsworth puso su cara más cinematográfica cuando no le dieron el óscar.. después creo que se pegó un tiro de escopeta a los 80 años.
Saludos.

El Unicornio Negro dijo...

Otra casualidad. La re-vi hace poco en DVD y volví a tener esa misma sensación de ver cómo se te eriza la piel de forma inexplicable. Ese final donde los dos hermanos se dicen todo casi sin palabras me sigue emocionando. Es una absoluta maravilla, y como te leí en la crítica de Erice, hay más cine condensado en un simple fotograma de esta película que en cualquiera pocastontas.

Groupiedej dijo...

Maravillosa, sublime, preciosa...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!