viernes, 1 de enero de 2010

En el espacio nadie puede oír tus gritos #1

Bien, queridos indéfilos; año nuevo, mismas intenciones... al menos por mi parte. Buen cine, mal cine, regular cine... en fin, lo de los dos años anteriores. Y qué mejor manera de comenzar esta tercera singladura que con otro pequeño monográfico; esta vez le ha tocado a uno de nuestros monstruitos favoritos, nada menos que ALIEN, otra de las escasas obras maestras de ese alienígena llamado Ridley Scott.
ALIEN es ya un clásico a treinta años de su estreno, lo que es significativo siendo cine de terror; considero que lo de la ciencia ficción es accesorio, ya que la historia es tan potente por sí sola que podría haber estado enclavada en otro ámbito; un barco, quizá. Quizá por tratarse de una magnífica adaptación de "La línea de sombra", de Conrad, libro que leí hace mucho y que muestra las líneas maestras de una narración terrorífica no por lo que muestra, sino por lo que oculta. Es de reseñar el homenaje que se le hace bautizando a la nave como Nostromo. Otra referencia (al menos yo lo veo así), podría ser una "olvidada" del maestro Ford, THE LOST PATROL; donde el enemigo que diezma a los protagonistas nunca es mostrado, redoblando la inquietud. De todas maneras, ALIEN es un film que rspira su propio oxígeno y que anticipa la mayoría de las claves de este subgénero, el terror espacial. A Scott le importa menos, afortunadamente, la pirotecnia y prefiere concentrarse tanto en los detalles de guión (brillante Dan O'Bannon) como en una deslumbrante ambientación. Y es aquí donde verdaderamente hay que hacer hincapié, porque todos nos preguntamos qué habría sido de todo esto sin lo que puso H.R. Giger... Evidentemente, se habría quedado en mucho menos; y es que hablamos de un dibujante y diseñador de un estilo único e indeleble, que mezcla la tecnología, la cirugía, el goticismo, el esoterismo, para lograr un resultado como el que pudimos ver en pantalla; la mayoría de los escenarios son obra suya, destacando el planeta de los aliens, pero lo que verdaderamente pasó a la historia fue el espectacular diseño del monstruo en cuestión, y eso que sólo podemos verlo unos pocos minutos en todo el metraje. Luego es cierto que la cosa ésta del merchandising ha devaluado a este rival de cualquier monstruo clásico, convirtiéndolo, desgraciadamente, en uno más de la familia (existe incluso alguna que otra penosa parodia); sin embargo, seguimos quedándonos con esa media hora final en la que Sigourney Weaver, en el papel de su vida, deambula por la nave, preparándose para una nueva hibernación, creyendo que la amenaza ha quedado atrás... ¿A que da cosica?...
Bueno, todos sabemos que no se pudo superar posteriormente el listón impuesto por Scott, pero hay algunas dignas continuaciones y de ellas daremos cuenta en sucesivos episodios. Hasta entonces.
Saludos del nuevo año.

8 comentarios:

Cecil B. Demente dijo...

Alien es heredera del Tiburón de Spielberg, así que lo del barco no va desencaminado. Sin duda esta es mi favorita, la escena del "parto" la tenemos todos grabada en el cerebelo, muy grande!

Feliz año nuevo!

miiroux dijo...

Apenás el año pasado tuve el valor de verla completa. Joder, que forma de trastocar tus nervios, que gracia para reccuperar el gran terror de antaño con una fuerza estética intachable.

Personalmente, la considero superior a "Blade Runner", siendo que esa genial sci-fi perdia en sus disertaciones filosoficas a gran escala, mientras que "Alien" explora de lleno el horror intimo y perfectamente humano, cosa que muy pocos logran con tan excelentes resultados.

HR Giger, a la historia de los mejores artistas del grotesco americano, y la Weaver... bueno, es LA Weaver, XP.

Japiniullir 2010!!!

miiroux dijo...

Y si, tampoco podré sacarme la escena del parto nunca... ojala mas pelis me cagaran de ánico tanto como esta. U.U

Groupiedej dijo...

Se que me repito, pero la gran pregunta es ¿dónde se ha metido Scott? ¿Se lo comió el bicho?
La película me fascina... ya dije algo de ella hace un tiempo... en un monográfico del bicho que hice.
No te pongo la dirección porque estoy de resaca y no estoy para buscar.
Un beso.

Cinemagnificus dijo...

La adoro. Y no sólo el diseño de Giger, sino también los del maestro Moebius, que terminan de clavarlo todo.

Es una de las películas más terroríficas de la historia, y a mi me sigue poniendo los pelos de punta el descenso a la nave abandonada del "Space Jockey" (al parecer, una raza del universo Alien desaparecida de la que nada se sabe -aunque en los cómics se les menciona-), el gigante momificado con el pecho abierto que da grima nada más verlo.

Obra maestra.

Dr. Quatermass dijo...

Desde que la vi en el cine con pocos añitos (y me acojoné vivo) es una película ícono para mi. Desde luego que la escena del "parto" es mítica, pero que decir de ese final (con la entonces buenorra Weaver en mini-braguitas), y esos pasillos oscuros acechantes... auténtico terror gótico.

Saludos!

dvd dijo...

Bueno, voy a hacer algo inusual en mí, pero que todos merecéis.
Lo del barco iba por la novela de Conrad en la que se basó O'Bannon. Y es que todo está ya escrito, baby.
A mí me gusta ligeramente más BLADE RUNNER, pero es algo personal. Y Giger, sí, es una mala bestia, y en persona más; busca fotos suyas en internet. Pero es Suizo, no americano.
Scott está en su sitio secreto preparando una aventura de época sobre Primo de Rivera (el sitio secreto es la taza del W.C.).
Coincido plenamente con Cinemagnificus; lo del Space Jockey momificado es acojonante y es un guiño en el que sólo los avispados reparan. Y me permito esta reflexión: si por un casual a Scott se le estuviese ocurriendo preñar su versión de 2011 con esta cuestión tan desapercibida, estoy seguro que va a ser un tanto fuerte a su favor.
A mí siempre me ha puesto la Weaver, pero sólo cuando gira el cuello muy lentamente... cuando está acojonada, vamos...
Gracias por los comentarios, alienígenas...

Kinezoe dijo...

Inmensa.

Ya veo que empiezas con fuerza el nuevo año...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!