En su segunda película como director, probablemente cuando ni crítica ni público no daban un duro por que aquel imperturbable actor lograse labrarse una carrera como director, Clint Eastwood tuvo claro que no hay que desdeñar las influencias cuando éstas son absolutamente legítimas y, claro está, tan interesantes como, por ejemplo, el dominio del tiempo cinematográfico de Sergio Leone. Así, mientras su debut le acercaba más al thriller abstracto que últimamente tantos éxitos le ha reportado, lo siguiente que hizo fue demostrar (y esto sigue siendo cierto treintaytantos años después) que la penúltima palabra en cuestión de western la tiene él. En HIGH PLAINS DRIFTER (acertadamente bautizada aquí como INFIRNO DE COBARDES), Eastwood modela por primera vez a ese inquietante pistolero que llega sin saberse de dónde, cuyas habilidades parecen sobrenaturales y que alberga en su interior un sentimiento de venganza casi imparable. Supongo que todo esto les suena a PALE RIDER, claro; aunque también es parte ineludible de su gran obra maestra, UNFORGIVEN. Así, Eastwood construye una interesante y curiosa narración en torno a esta mítica figura, que llega a un pueblo cuyos habitantes esconden más de un vergonzoso secreto y que se encuentran bajo la amenaza de un grupo de pistoleros. El recién llegado acepta protegerles, pero a cambio se comporta con ellos de manera despótica y, por último, han de pintar el pueblo de rojo, un cartel en la entrada avisará de que aquel sitio pasará a llamarse "Infierno". Pero aparte de sus juegos ético-estéticos, Eastwood pone sobre la mesa todas las pistas posibles: miradas en silencio, personajes bien delineados, una violencia casi gratuita pero que luego se adivina necesaria y los primeros atisbos de ese "toque Eastwood" que ahora todos aplaudimos, pero que este hombre tuvo que defender a base de una saludable cabezonería, la misma que le ha llevado a convertirse en uno de los cineastas más importantes de todos los tiempos.
Saludos infernales.
3 comentarios:
¿Y yo como es posible que no haya visto esta película?
Muy buena y lucidísima reseña.
Apostando por su propio estilo desde el principio hasta el final. Eso es tener personalidad.
Los mismos que se metían con el Sargento de Hierro por fascista y trasnochado cantan alabanzas al Kowalski de Gran Torino....
Por cierto, la mejor peli de Eastwood para el que esto escribe es "El fuera de la ley".
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