Tranquilos, prometo que no ha de pasar una semana completa sin que dé mi particular parecer acerca de lo último de Lars von Trier; intentaré no defraudar, aunque le llevo dando vueltas a la cosa desde hace varios días y aún no he dado con el tono, así que he decidido, mientras sí y no, hablar sobre ese hatajo de gañanes que fue IDIOTERNE, una película olvidable que persiste en la memoria general casi por cojones. Y es que von Trier se quedó con el personal como quiso con lo del Dogma aquel, movimiento que sólo pareció entender Thomas Vinterberg, realizando su mejor película y disintiendo seguidamente de lo que no era más que una bromita para relanzar el cascado cine danés. Mucho se habló de IDIOTERNE, poco se dijo; sus imágenes, pretendidamente rompedoras en base a una absurda reducción conscientemente limitadora, no son más elocuentes de lo que podía haber dado de sí cualquier trabajo de graduación en un Liceo cualquiera. Importó más (para LVT, claro) enfatizar hasta la náusea que no había foquitos, que la música iba a ser exclusivamente diegética o que ningún elemento externo (llámese efecto especial o maquillaje) iba a enturbiar tanta "pureza fílmica"... Jejeje... El problema es que von Trier pasa de los actores tanto o más que del público, se le olvida su extraordinario y poderoso discurso desplegado en BREAKING THE WAVES, por no hablar del dominio técnico de EUROPA, posiblemente sus dos mejores films; en cambio, von Trier, el mago, el hacedor, besa la frente del espectador en forma de falsa bendición, le promete que lo aquí contado no fue contado antes. El engaño ha sido consumado.
En realidad, hay un grupo de yuppies aburridos, hartos de vivir tan jodidamente bien, que deciden hacer el gilipollas integral, sólo que al hacerlo siempre en grupo los riesgos de que te partan la cara son menores, claro; detalle éste en el que no cae la timorata protagonista (¿hay protagonistas en lo del Dogma?), desinhibida finalmente tras la sonrojante orgía amateur y que cree poder llevar hasta sus últimas consecuencias lo que para el grupitín no era más que una forma extraña de pasar el rato, por lo que sólo ella recibe un hostión como una catedral, que es lo que uno quiere darle a von Trier por haberse quedado con tu dinero. Total, que no hay nada interesante durante cerca de dos horas si no es la cara de tonto del espectador y la sonrisilla satisfecha del director, después de haber tomado prestigio con una sandez como una sandía.
Jaludoj.
4 comentarios:
Esta es una de esas tomaduras de pelo a las que le tengo ganas desde hace tiempo... infumable, infumable...
Hombre el primer plano XXX tenia su punto ;-)
Una gran pelicula incomprendida, estoy de acuerdo contigo.
Es probablemente el mejor film de un director mediocre.
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