Mientras el cine europeo, incapaz de competir industrialmente con el norteamericano, se debate entre mirar hacia fuera (espectador) o hacia dentro (autor), las propuestas más interesantes son (siempre lo han sido) las de unos pocos insobornables, fieles a un estilo propio y que no miran a nadie, más bien atraen todas las miradas.
Uno de los ejemplos más claros de esto es Michael Haneke, caso único por la gran aceptación de su obra, pese a la radicalidad de la misma. Debe ser Haneke un autor comentado, discutido, zarandeado (eso estamos intentando aquí), porque parece la única forma de desentrañar toda la oscuridad implícita en cada uno de sus films. Seguimos a la espera de THE WHITE RIBBON, ganadora en Cannes este año, entre tanto, vayamos con otro zarpazo del director alemán. WOLFZEIT pasó curiosamente inadvertida por nuestras imprevisibles pantallas, sobre todo dado el reconocimiento obtenido por Haneke en FUNNY GAMES primero y en LA PIANISTE más tarde; este oscurísimo y deprimente retrato de la pérdida de la civilización (no el fin, ojo, la pérdida) es capaz de dejar en pañales a propuestas similares como CHILDREN OF MEN o BLINDNESS, por citar algunas recientes. Imaginemos: el apocalipsis ha llegado, pero ¿qué creíamos? El apocalipsis no es más que el hombre desatado, el hombre como lobo hambriento que no respeta a sus semejantes y cuya lucha por la supervivencia deviene crueldad, intolerancia, fascismo encubierto de anarquismo... Esta es la historia de una familia que cree que escondiéndose pasaran los malos tiempos, el pesimismo extremo de Haneke muestra que los malos tiempos han llegado para quedarse; a partir de ese descubrimiento, cada ser aprende que ya sólo puede luchar por su propia existencia; la madre es separada a la fuerza de sus hijos y no puede hacer nada por impedirlo, la muerte se convierte en una constante. Como los animales, cada día se basa en subsistir, comer y no ser comido. WOLFZEIT, como no podía ser de otra forma viniendo de quien viene, es una película francamente dura, que no da una sola concesión al espectador y que termina con una reflexión que pretende ser advertencia; sin embargo, lo más interesante, a mi modo de ver, es esa cuidadosa puesta en escena, muy Tarkovski, que no deja nada al azar incluso en un relato tan desmembrado como éste.
Si no la vieron, háganlo.
Es el tiempo de los saludos.
2 comentarios:
Y precisamente, "El tiempo del lobo" es tal vez la película más "optimista" de Haneke. Para mi el final es una total y absoluta llamada a la esperanza y a lo mejor del hombre, que también brota en las peores circunstancias. Me sorprendió mucho viniendo de Haneke, y no me lo esperaba, la verdad.
pfffff, me quedo con el Haneke de Funny Games, Cache y La pianista.
El arranque y a primera hora de esta película enganchan sin piedad, hipnóticamente, pero a partir de ahí se me hace tediosa e incompresncsible para mis neuronas.
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