jueves, 9 de septiembre de 2010

La derrota nuestra de cada día



Siempre he considerado que la mejor manera de hacer una denuncia, al menos en el ámbito artístico, ha de ser con más sutileza que contundencia, sin abandonar el objetivo principal de dicha denuncia pero tanteando las claves y constantes de lo que de otra manera parecería accesorio y finalmente se revela como fundamental. Es ésta una loable conquista del cine europeo frente a los envites, mucho más correosos, menos circundantes, del americano, igualmente importante pero a cuestas con sus propios códigos éticos. Sin embargo, hay un cine estadounidense que a veces logra colarse en las esferas importantes a fuerza de aprovechar la fuerza de "los nombres", sin que esto merme su verdadera vocación, que no es otra que la anterior parrafada.
HALF NELSON estuvo ahí, aun con su ínfimo presupuesto y sus incómodas asperezas, se codeó con las grandes apuestas de un 2006 que al fin encumbró a Scorsese (y no con su mejor título) y que premió al excesivo Forest Whitaker, a cuyo oscar optaba sorpresivamente el protagonista (y prácticamente motor del film) de este oscuro tratado inmisericorde, que parece nadar en las trilladas aguas del drama escolar, con sus problemas raciales y demás, pero que va revelando poco a poco su auténtica intención: abordar el descarnado descenso en picado de un joven profesor hacia una terrible adicción a las drogas. Ryan Gosling, que empezó a despuntar con la dulzona THE NOTEBOOK, debió presentir el arenoso futuro de "medio sex symbol" del nuevo siglo que le esperaba, así que desde entonces ha cuidado un poco más sus papeles; y curiosamente, tuvo que ser en su título menos comercial donde se viera recompensada su pericia interpretativa con una merecida nominación al galardón por excelencia. Gosling es capaz de hacer que nos creamos (una vez más) la podredumbre detrás del sueño americano, con sus seres vulnerables, perdidos, incapaces de responder a las altas expectativas que los "hombres de provecho" han de soportar en su camino a la ciudadanía ejemplar. La hermosa e improbable historia de amistad del profesor yonqui, que sabe que todo irá a peor, y la huraña adolescente negra, cuya familia gira en torno al tráfico de drogas, elude muy acertadamente el tono sensiblero y dogmático que los americanos suelen infligir a estos temas. No hay ganadores en HALF NELSON, ni héroes; sólo algunas personas normales que son incapaces de ayudarse a sí mismos, y que por eso se hacen tanto daño, seguramente sin merecerlo.
Saludos con llave.

2 comentarios:

Crowley dijo...

Pues no la he visto, pero apuntada queda. Desde luego debe ser,como dices, como la vida misma, sin ganadores claros y con personas mundanas incapaces de vivir.
Un saludo

dvd dijo...

No es una peli redonda, se le notan muchas costuras en el guión, pero se deja ver por el buen trabajo de Gosling y la audacia de los temas que trata.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!