miércoles, 29 de septiembre de 2010

Irse



Ayer mismo nos referíamos a una película realmente importante en el marco europeo actual, con las señas de identidad de las difusas fronteras que cada uno se afana en traspasar de la manera que puede; hoy, desgraciadamente, tenemos que hablar desde el otro lado, que también existe, y que es el de la demagogia de trazo grueso, que no sólo no ayuda a entender mejor el problema sino que lo embrolla de la peor manera, que es guiando al espectador por un único camino a seguir, al tiempo que le hace creer en un progresismo de nuevo cuño y la consiguiente libertad de acción. Pero todo eso es falso; mientras los hermanos Dardenne dejan que los personajes actúen según su propio dibujo, en este otro cine, categoría a la que pertenece WELCOME, del francés Philippe Lioret, el aliento viene dado por mostrar lo que nos choca por ser poco habitual; y su argumento así nos lo indica. WELCOME empieza bien, con un grupo de jóvenes kurdos que ha llegado hasta Francia y cuya intención es seguir hasta Inglaterra camuflados en un camión. La cosa se tuerce y son detenidos; mientras esperan la repatriación, el que luego será el protagonista decide no quedarse de brazos cruzados y urde un descabellado plan: cruzar el Canal de la Mancha a nado. Es entonces cuando entra en contacto con un monitor de nado sumido en su propia crisis personal, que es una separación que no lleva nada bien. Hasta aquí, se mezclan impúdicamente los intereses que han de servir a la historia como fin en sí mismo; se nos elude el derecho a preguntarnos si alguien se equivoca en alguna decisión y el supuesto "cine social" se transfigura sorprendentemente en una especie de "Karate Kid" nadador que no sólo afrontará la proeza de turno, sino que reconducirá al monitor/mentor a la senda del buen camino, que consiste en recuperar a su mujer y no caer en la bebida... WELCOME es realmente significativa en tanto que inconsciente retrato de esa Europa ciega y burda, asfixiada en sus propias inventivas que la eximen de cualquier responsabilidad mientras espera la redención, que como en toda fábula moral ha de caer del cielo sin más; como ni siquiera es entretenida, me tomo la libertad de no recomendarla ni para un aburrido día de huelga...
Saludos natatorios.

1 comentario:

Crowley dijo...

Pues nada. No recomendación aceptada.
Saludos

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!