jueves, 2 de septiembre de 2010
La América superflua
TRANSAMERICA fue otro título que pasó como el viento de Abril, rápido y sin dejar huella, aunque los que pudimos verla hace cinco años nos llevamos una gratísima sorpresa al descubrir, por una parte, un guión bien trenzado, sin concesiones al exceso ni a la bufonada cómica, teniendo siempre en cuenta el resbaladizo terreno que pisa; y por otro lado, la inmensa, milimétrica y emocionante interpretación de la televisiva Felicity Huffman, que es capaz, por sí sola, de llenar la pantalla dando una lección de qué significa actuar (en mayúsculas), que es dar vida creíble a lo que no la tiene. El desde entonces inédito Duncan Tucker, autor también del guión, decide felizmente encomendar su austeridad de medios al trabajo de los actores, tal y como suele ocurrir en los títulos independientes que logran subsistir a través del tiempo. Lo que sigue es la historia de Bree, un transexual que espera con ansiedad (y cierta angustia) que le llegue el momento en que pueda cambiarse de sexo; en estas, Bree descubre que tiene un hijo adolescente y que engendró antes de reorientar su sexualidad. Hasta aquí, si no hay temple y tono, todo puede caer en el folletín modernillo y moralista, pero Tucker nos sorprende derivando sutilmente la trama hasta convertirla en una extraña y alucinada road movie, con estos dos improbables personajes en busca del reconocimiento (propio y ajeno), al tiempo que Bree se reencuentra con su propia y casi olvidada familia, enclavada en el Sur profundo y cargada de repugnantes prejuicios. El durísimo e inevitable enfrentamiento de Bree con sus padres, incapaces de aceptar al ser humano, aunque sea su propi@ hij@, termina por dejar un mal cuerpo en el espectador que no nos esperábamos en la primera parte del film, más orientada a entretener tomando como base la espectacular composición de Felicity Huffman, quedeja atrás el lastre de "las desesperás" y se revela aquí como gran actriz. Un título más a rescatar del ostracismo.
Transaludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
4 comentarios:
Pues habrá que verla...
Me gustó mucho en su momento como la sátira que es pero, no se por qué, no me ha apetecido volver a verla... quizá porque deja demasiada sensación de realidad. Quizá...
Pues eso mismo que has mencionado es con lo que me quedé yo al terminar de verla, con mal cuerpo.
Un saludo
A mi me gustó muchísimo, la recomiendo ampliamente.
Muy buen post!!!
No me resultó malo el cruce con la familia. Yo la veo una peli redonda, y que esta tratada con altura.
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