viernes, 3 de septiembre de 2010

La entrada al infierno



Desde el primer, amenazador fotograma, Alfred Hitchcock nos avisa de que, una vez hayamos traspasado el umbral de Manderley, nada volverá a ser lo mismo. Antesala del terror in crescendo, que obtendría su máxima expresión en PSYCHO un par de décadas después, REBECCA supone el más sustancioso acercamiento del director inglés (sobre todo tras su particular "conquista de América") al horror gótico, manteniendo todas las reconocibles constantes del libro de Daphne du Maurier y añadiéndole el preciso toque "hitchcockiano" de extrañeza, amén de una atmósfera opresiva y una presencia que no es tal, la Rebecca del título, que más que fantasma se erige en omnipresencia invisible y verdadero motor sensato del film.
El argumento no es mucho más original que el de títulos similares de la época: Un ricachón (Laurence Olivier) que se queda viudo trágicamente, conoce en una fiesta de alta sociedad a una humilde dama de compañía (Joan Fontaine), que vivirá un cuento de hadas al contraer matrimonio con el susodicho. Manderley es la gigantesca y tétrica mansión a la que irán a vivir, donde un ama de llaves (Judith Anderson) que no les recomiendo que contraten, efectuará una sutil y pavorosa influencia sobre la recién llegada, la nueva señora, que tendrá que vérselas con su complicado nuevo estatus y el recuerdo, casi tangible, de esa Rebecca que jamás se ve pero que (y esto sólo está al alcance de los genios) nos pone los pelos de punta cada vez que una puerta de Manderley se abre.
Hablamos de uno de los grandes títulos de Hitchcock, capaz de sacar petróleo de dos sosos como Olivier y Fontaine (posiblemente la única actriz bien peinada de toda su filmografía) y que instituyó las bases de ese cierto "género gótico" que aúna tantos adeptos como detractores. Nosotros nos quedamos con ese inolvidable plano inicial, un alarde de intención, que nos da la bienvenida... a Manderley...
Saludos desde el pórtico.

5 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

El recuerdo de esa ama de llaves, la señora Danvers, nos perseguirá el resto de nuestras vidas. Magnífica Judith Anderson, sin cuya interpretación, "Rebeca" no hubiera lo mismo.

Cinemagnific dijo...

Genial. Y escalofriante.

Kinezoe dijo...

...Manderley... qué recuerdos...

A mí me encanta la apocada Joan Fontaine en esta película. Pero cómo la hacen sufrir a la pobrecilla, jeje... Peliculón.

Saludos.

Dr. Quatermass dijo...

Hombre, masterpiece, esas líneas iniciales yo también las tengo grabadas, la de veces que la habré visto!

Pierrot dijo...

clásico ejemplo, junto a Kubrick, para poner a los que dicen que "el libro siempre es mejor que la peli". De mis favoritas de toda la vida, junto con Los Pájaros (eso sí que es poesía cinematográfica)

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!