jueves, 23 de septiembre de 2010
Dulce pájaro de juventud
Que cuando Ken Loach se pone, se pone de verdad, es algo sabido en todas partes y que de nuevo nos hace preguntarnos sobre la extraña naturaleza de este veterano director con aureola de mítico y tantos detractores como incondicionales. He pasado de puntillas en este blog sobre su extensa filmografía, y no puedo ocultar que esto haya sido motivado en gran parte por dichos picos de calidad, tan desconcertantes que uno no sabe bien, al ver un trabajo suyo, si está ante un agitador, un provocador, un filósofo o un mero estafador de ONG barata. No sé, pero hay títulos que me atrevo a defender ante casi cualquiera; por ejemplo el que filmó hace ya ocho años. SWEET SIXTEEN es un golpe a las conciencias adormiladas, que además está ágil y solventemente filmada, y que cuenta la áspera historia de un adolescente, próximo a cumplir esos años, que deja aparcada su juventud para ponerse a trabajar y darle un hogar a su madre, que saldrá en breve de la cárcel. Ésta es una historia pequeña, de suburbio, de perdedores y de vencidos, de inocencia fagocitada por la dureza del sistema y de sueños truncados casi antes de ser soñados. Porque Liam, el chaval en cuestión, descubre que trabajar sólo le dará para vivir en una caravana, pero vender droga acortará los plazos hacia el paraíso; el problema es, como siempre, el dinero fácil, primero como mensajero de esos capos de medio pelo, después concibiendo un plan descabellado junto a su colega: quedarse con un alijo importante y dedicarse al negocio por su cuenta. Pudiera parecer una especie de enésima vuelta de tuerca al género de los delincuentes de baja estofa y demás ralea, pero Loach acierta al mostrar con naturalidad los problemas de verdad, por encima de los tópicos sobre traficantes, pistoleros de barrio y demás; uno de sus aciertos con mayúsculas que puede ser tomado (no se me caen los anillos por decirlo) como un claro antecedente de cierto nuevo cine británico, de saludable factura, y que podría tener su ejemplo más inmediato en, por ejemplo, la laureada FISH TANK.
Dieciséis saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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