miércoles, 8 de septiembre de 2010
Experimentos gaseosos
De nuevo vamos a intentar retomar algunos de los títulos más recientes y destacados que han pasado por las pantallas. Le toca hoy a un curioso título, como fue AN EDUCATION; incursión británica de la danesa Lone Scherfig, directora de largo recorrido televisivo y que saltó hace unos años al largo con las insólitas y originales ITALIENSK FOR BEGYNDERE o WILBUR BEGAR SELVMORD. Y en verdad que estamos ante un film con la suficiente enjundia y pocos aspavientos como para no haberse quedado en un preocupante (y creo que injusto) ostracismo, sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de premios a los que ha ido optando, oscars incluidos. Lo primero que llama la atención es el poderoso texto, de aparente inocuidad y venenoso trasfondo, ideado por el novelista Nick Hornby; presentando de manera magistral una serie de personajes sin estridencias pero perfectamente creíbles. Ésta es la historia de una chica de 16 años (una sorprendente y contenida interpretación de la joven Carey Mulligan), de clase media, que está a punto de ir a Oxford y que conoce a un treintañero encantador e irresistible, de modos moderadamente libertinos y una labia que consigue que ni siquiera el espectador (y esto es un tanto a su favor) logre atisbar qué diablos se propone realmente mientras los minutos pasan y la improbable pareja asiste a fiestas de sociedad y se divierte en aquel Londres de 1961. El tono de festiva normalidad esconde inteligentemente la oscuridad proveniente de un personaje (magnífico Peter Sarsgaard) del que poco sabemos y al que terminaremos por compadecer en un tramo final que no es de lo mejor del film, pero que sirve para cerrar cordialmente la difícil e incómoda elipsis trazada por el guión y que deja a cada uno en su sitio. Y este extraño acto conservador le resta muchos puntos a una cinta exquisitamente filmada e interpretada, porque supone un paso atrás ante la tormenta ya desatada y que permite a cualquiera irse a dormir con la conciencia tranquila y la sensación de que, finalmente, la cordura ha de imponerse a la siempre peligrosa libertad absoluta. Por unos momentos, tenemos la sensación de un Godard o un Fassbinder filmando en pleno siglo XXI para los nuevos y monitorizados espectadores, atentando más al fondo que a la forma; desgraciadamente, todo queda en una inocua aventurilla hormonal, y volvemos, una vez más, a los grandes maestros, implorándoles misericordia...
Saludos educados.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
3 comentarios:
Sí, estoy de acuerdo en que le desenlace hace que una película que podía haber sido redonda te deje con la ingrata sensación de "una más", pese a la interpretación de los actores y el resto del guión, que te deja con ganas de algo ¿diferente?
Gracias por el comentario. Estaré pendiente al resto de comentarios.
Besos
Es cierto, auqneu en su momento me negué a reconocerlo. An education es demasiado previsible al final; y más con lo transgresora que llega a ser en el desarrollo.
la actuacion de mulligan es soberbia, de las mejores del año, y el diseño de vestuario y arte muy a corde a la epoca en que se situa el filme
a mi gusto le falto intensidad a la historia, daba para mas, se me hizo texto para una telenovela, ese es su mayor fallo, pero sin duda la pelicula sobresale
te invito a pasar por mi blog
http://www.monchovader.blogspot.com/
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