domingo, 9 de noviembre de 2025

Rincón del freak #668: Pepito el Caja quería ser guitarrista


 

Imperdonable no haber abordado hasta hoy la figura de José Mojica Marins, uno de esos casos extraordinarios en los que el amor al cine lleva a alguien, sin conocimientos ni recursos, a levantar una obra contra todo pronóstico. Marins, hijo de emigrantes españoles, es, a menos que alguien lo desmienta, el primer cineasta en hacer terror en Brasil. A lomos de un personaje tan estrambótico como deudor de los primeros clásicos, Zé do Caixâo, un enterrador nihilista, logró filmar al menos seis largos desde los años sesenta, aunque se calcula que dejó inéditas una veintena de proyectos. En este sentido, INFERNO CARNAL, de 1977, supuso un aparte, puesto que Marins interpretaba al Doctor Medeiros, un obsesivo científico, que es traicionado por su esposa, desfigurado con ácido y quemado en el incendio provocado por el amante de ella, presentado como supuesto amigo, y que luego se pega la gran vida con el patrimonio de Medeiros, que urde un diabólico plan para vengarse. Con unas características uñas larguísimas, que se dejó crecer durante varias décadas, Marins introdujo un cine trash casi de guerrilla, con costes ínfimos, que a mí me parece una adorable mezcla del giallo italiano y los clásicos de la Universal, con un trasfondo moralista de telepredicador y un diseño de producción de teletienda. Vaya, una gozada para quien nade habitualmente en las periferias del género más marginal.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!