Aquí lo hemos dicho muchas veces. La intención, casi siempre, es lo que cuenta. Como lo prometido es deuda, nuestra intención era traer esta DEATHSTALKER directamente desde Sitges, aunque la mejor intención ha sido la del director canadiense Steven Kostanski, dignificando al fin una saga presa de sus propias limitaciones, dejándola en productos de explotación con más o menos gracia. El potencial estaba ahí, sólo había que confiar en que un fan con talento e imaginación se pusiera manos a la obra. Y vaya si lo ha hecho. Como si nos trasladaran por un túnel del tiempo con olor a algodón de azúcar, DEATHSTALKER'25 apela a esa glándula oculta del disfrute por el disfrute. Aquí hay monstruos cutres, sí, pero deliciosamente artesanales, nada de CGI ni añadidos; un héroe con carisma, Daniel Bernhardt, que es el mejor Deathstalker posible, igual de canalla que los anteriores pero sin que le pillemos con la mirada perdida. Y hay una aventura plausible, mil veces vista, pero que funciona por lo picadita que va, sin memeces innecesarias. Y épica ¿o no se ponen las orejas tiesas (y otras cositas) al escuchar la banda sonora original? Un sentido del humor elaborado, incluso mirando de frente al espectador a ver si pilla las referencias. Pero sobre todo hay amor al cine como artefacto mágico, como entretenimiento definitivo, capaz de saltar barreras temporales y encasquetarnos el goce por lo orgánico, lo artesanal (y no usaré el término peyorativamente). Aquí está Conan y He-Man y El señor de las bestias y Dragones y Mazmorras. Y por si fuera poco, hasta un hermoso homenaje a Ray Harryhausen...
Yo me lo he pasado como hacía tiempo que no lo hacía. Gloriosa.
Saludos.

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