En 1991, Diane Keaton volvió a ponerse tras las cámaras, para adaptar el best seller de Sara Flanigan "Alice", que contaba la peripecia de una joven en el Sur profundo, obligada a permanecer en un cobertizo por su padrastro, aislada por tener problemas de audición y, por si fuera poco, ataques de epilepsia. El resultado es WILDFLOWER, un telefilm blandito y convencional, cuyo mayor atractivo era ver de nuevo a una joven Patricia Arquette y a una aún más joven Reese Witherspoon, que encabezan esta historia de superación personal que, francamente, se queda lejos de todas sus pretensiones, que tampoco son muchas. Típico producto para toda la familia, recuerdo aquellas sobremesas de domingo, con olor a café, magdalenas y algún licorcillo furtivo, mientras alguna de las nuevas cadenas privadas intentaba convencernos de que a esa hora pondrían este tipo de historietas amables y bienintencionadas. Huelga seguir por este camino, pero nos debíamos a la Keaton y así lo hemos cumplido.
Saludos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario