Una película como HE NEVER DIED ejemplifica a la perfección las dificultades a la hora de conciliar presupuestos exiguos con ideas ambiciosas. He aquí la historia, sin alargarnos mucho (bonita paradoja), de un hombre que no muere, que de hecho es tan viejo como la humanidad misma, y que arrastra su existencia como una condena, sin saber muy bien en qué emplear un tiempo inagotable. La idea, ya digo, es fantástica como concepto, pero se topa con dos obstáculos. Por un lado, es un film de bajo presupuesto que se nota y traduce en una realización esquemática y encorsetada, y un elenco generalmente trufado de actores de tercera fila; por el otro, la magnitud de la historia se atasca en el relato, y acaba por optar por un puñado de escenas de lucha que ni siquiera están bien rodadas ¿Qué la hace interesante, recomendable y hasta entrañable? Henry Rollins, en un papel que le va como anillo al dedo, el de ese ogro hasta los cojones de tanta gilipollez, eternamente acosado por matones a sueldo, y que, como él, es un vegano estricto que no consume ningún tipo de drogas... Aunque esto queda matizado en algunas escenas especialmente escabrosas. Rollins siempre ha sido de los que amas u odias, pero rara vez deja indiferente, gracias a un carisma desbordante, que a este personaje tan singular le viene que ni pintado, pero es insuficiente para que esta película pase de curiosidad con ínfulas de ingresar en el culto de títulos a descubrir.
Saludos.
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