Se me pasó en su momento DEADPOOL 2, supongo que fruto de la sobresaturación de este tipo de producciones, que termina por desorientar al más pintado. Y esto es lo que es, ni más ni menos; un puente, o continuación, o explotación entre la gran acogida de la primera y el bombo internacional de la tercera. Una película, en fin, impecable en lo técnico, con todo el arsenal de irreverencias en boca de un Ryan Reynolds que comprende la vertiente autodestructiva del personaje, y unos secundarios que complementan sin estorbar. Dos aspectos a destacar: la dirección de David Leitch, que aporta su buena mano para las escenas de acción, mientras la cascada de metarreferencias se sucede sobre una evidencia textual, que termina por ser un gran acierto. La excusa argumental es un homenaje indisimulado al TERMINATOR de Cameron, aprovechando a otro personaje "liefeldiano", nada menos que Cable, interpretado con convicción por un Josh Brolin que se crece cuando se trata de aportar gravedad en un entorno de chiflados con tendencias suicidas. Es una buena secuela, sin más; ni magnífica ni desastrosa, sino una entretenida vuelta a los viajes temporales, las paradojas y los superhéroes con piernas de bebé...
Si me pongo fino, a lo mejor es la que más me ha gustado de las tres, fíjense...
Saludos.
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