lunes, 15 de septiembre de 2008

Piel





O cómo cincelarla desde la pantalla. Digitalmente en este caso. No por retoques, sino por un muy minucioso trabajo de aprovechamiento de recursos. Y pongo los dos fotogramas más significativos para que quede constancia.
Nuri Bilge Ceylan es uno de esos nombres inefablemente ligados a los festivales y sus recovecos; sus claros y sombras ¿ok? Sería falaz ahora ponerse tontorrón y sabihondillo con lo de "magnífico realizador turco", pues casi no se le conoce fuera de los círculos antes descritos.
IKLIMLER tiene algo que a la mayoría de las películas les falta y le falta lo que la mayoría de las películas tienen como principal baza. Le sobra fisicidad, como a Godard o Ivory. Le falta entidad... y aquí la lista sería interminable.
Al principio nos dejamos engatusar por las imágenes, los colores, la textura del espacio y los personajes, como si de un lienzo en movimiento se tratara. Lo malo viene cuando nos damos cuenta de que sólo han pasado diez minutos y no estamos ante un cortometraje. Así que... algo tendrán que contarnos ¿no?
De repente, en apenas veinte minutos, todo queda aclarado. Una pareja en crisis; ruptura; miradas chungas; un tipo preparándose una tesis con cuarentaymuchos; un intrarodaje de culebrón turco ¿?... Abusando de la confianza de los lectores, no haré más acopio de esfuerzos inútiles y les ahorraré todo lo que esto encabezaba y la postrer reflexión de apocado espectador que pude reunir para no mosquearme tras dicho visionado. Está claro que Ceylan, narrando al menos, no es Howard Hawks, pero hombre... no sé, si no tienes nada que decir, al menos mata a alguien, un accidente, introduce otros personajes. Se ve que debe estar bastante enamorado de su guapísima esposa, pero dedicarle tres cuartos del metraje a su rostro bajo los efectos climáticos... Aunque, claro, lo mismo es que hay todo un tratado de filosofía del retrato y no nos hemos enterado de nada. Pero como tenemos a Gasset, no hay problema.
Saludos con cambio climático incluido.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el retoño, pecador.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!