domingo, 7 de septiembre de 2008

Divide y vencerás




Con varios frentes abiertos, la mayoría de ellos positivos, LA SOLEDAD, de Jaime Rosales, gana el Goya a la mejor película. Significativo. En los insondables crisoles del sinedrín academicocinéfilo patrio, cualquier cosa puede pasar. Y dirán: "Coño, es que no estáis contentos ni con esto". Efectivamente, porque no se trata de quedar satisfechos con bonificaciones, como, por ejemplo, cree el presidente Zapatero con sus 400 o 2.500 (que esto parece ya un problema espartano), sino de crear armonías y sentidos donde sólo hay caos y favoritismos. Yo lo veo así: o desaparece de una puta vez esa gilipollez inútil que es la academia, y con ella arrastra al ministerio de cultura (me daría igual que fuese al revés...), o seguiremos embobados con tres o cuatro tonterías aborregantes al año y, lo que es peor, acorralando a los jóvenes creadores no sólo a base de presupuiestos y subvenciones que nada tienen que ver con el espíritu creador, sino alimentando su lado más infantil y prescindible; porque donde debieran reinar Ford y Hitchcock, en el subconsciente, empiezan a pesar "luminarias" tales como Tarantino o los Coen. Así nos va.
Rosales ganó el premio ¿y qué? Lo importante es su discurso arriesgado e inconformista; no sólo en lo estético (que también, y mucho) sino, por supuesto, en lo ético-narrativo. Porque LA SOLEDAD es una frágil (no endeble) historia de soledades, de gente que necesita a otra gente en una sociedad donde el calor humano no existe más allá de los inventados guetos familiares. Y LA SOLEDAD nos descubre a un potente narrador que hace bueno el discurso de Thomas Vinterberg acerca del fraude de Dogma95, del que fue precursor, aclarando que la verdadera transgresión debe nacer de lo que se cuenta y no únicamente cómo se cuenta.
En este caso, el uso que Rosales hace de la imagen partida en dos es totalmente justificable y golpea nestra percepción de forma inteligente y precisa. Es ésta una película que cuesta, como se dice en mi tierra, ná y menos, pero que sólo está al alcance de directores muy dotados, esos raros ejemplos que afloran de vez en cuando y que son poseedores de un rabioso mundo interior que ponen al servicio de las imágenes. De todas formas, sigo pensando que el principal hallazgo de Rosales estriba en que tiene el valor de continuar narrando (y muy bien) donde otros pondrían un previsible y trillado final, justo después de mostrarnos las cartas.
Es posible que la consecución del Goya (¿qué se envió a los oscar? ¿EL ORFANATO...?) suponga un paso adelante o se quede en mera anécdota, pero estoy expectante con esos nuevos creadores que han decidido rescatar la valentía de los clásicos y conjugarla con su personal forma de ver las cosas. Y es que ése es el único camino, la cosa es que quien se tenga que dar cuenta se dé cuenta; e incluyo, como no podía ser de otra manera, a los espectadores, piedra angular y verdadero sostén de arte y artistas...
Saludos en soledad.

3 comentarios:

atikus dijo...

Evidentemente los premios no creo que tengan a largo plazo gran valor sin la aprobación del espectador.
En cuanto a "La soledad" no me convenció demasiado, aunque no soy crítico de cine ni mucho menossino un simple espectador creo que dividir la imágen se hacía ya en el cine mudo y en cuanto al significado seguro que lo tiene pero aí no me convence.
Tampoco los diálogos cara al espectador, que nomonólogos, lo cuál distrae, al menos a mi, pero todo esto es subjetivo así que igual so un bicho raro, jeje!!

en fin, igual veo la peli dentro de un año y me encanta, no sería la primera vez.

atikus dijo...

Tengo el teclado un poco mal, perdón.

Quería decir:

en cuanto al significado seguro que lo tiene pero a mí no me convence.

"Tampoco los diálogos cara al espectador, que no monólogos, lo cuál distrae, al menos a mi, pero todo esto es subjetivo así que igual soy un bicho raro, jeje!!

dvd dijo...

Tu opinión es respetable en cuanto que consecuente. Todo espectador es crítico en potencia. Personalmente echo de menos más implicación, si no ¿qué sentido tiene ver una película? Quizá me deje llevar por un entusiasmo derivado de la mediocridad de la cartelera, pero creo que la propuesta de Rosales, por encima de todo, innova; lo que me parece esencial ahora mismo. Veremos qué es capaz de ofrecer en su nuevo trabajo que, a priori, parece incluso más radical que este.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!