Porque ¿qué es sino un hermoso fraude esto del cine? Hablamos de películas "realistas" sin pararnos a pensar que se trata, por encima de todo, de una representación más o menos dramática de las inquietudes humanas. Luego está el acierto del autor/director, saldada con mayor o menor fortuna, claro. Lo dejó bien claro Orson Welles con su controvertida F for FAKE, que no sentó nada bien a supuestos "artistas" que no le llegaban al maestro ni a la suela de los zapatos. En fin...
Luego, se nos ha engañado mejor o peor, porque, curiosamente, este arte nos satisface cuando se nos ha engañado de forma convincente, cuando desaparece la noción de "engaño"... Vaya cosas ¿eh?
Hace unos años, un film de inexistente presupuesto, realizado por dos jóvenes estudiantes de cine, conmocionó a la opinión cinéfila. THE BLAIR WITCH PROJECT hizo el más difícil todavía: crear un nuevo subgénero que, aunque enclavado en el cine de terror, rizó el rizo con un ingenioso sistema de marketing, que presenaba el documento como real. A estas alturas, supongo que habrá poca gente que no la haya visto, así que me ahorro un debate ya insustancial yme quedo con lo mejor: que la película cumple con creces con su cometido, que no es otro que asustar. Y lo hace sin mostrar violencia, ni monstruitos, ni nada que no sea un extraordinario uso del fuera de campo. A diferencia de aquel primitivo experimento con "caníbales", aquí se nos va introduciendo sutilmente en una absorbente atmósfera, por lo que el espectador pierde la noción de estar viendo una película y cree asistir a una grabación cámara en mano, lo que termina siendo la gran baza de este film.
Son muchos los detractores a toro pasado, pero creo firmemente en este tipo de terror basado en la manipulación del subconsciente y no en artilugios y artificios.
Lo más terrorífico: esos últimos minutos que aún me ponen la carne de gallina, con los actores corriendo desorientados por una casa en ruinas y desembocando en la imagen que encabeza este comentario. Cuando la vi en su estreno, puedo asegurar que muy poquitos lograron vencer esa tendencia a no mirar cuando la cosa se pone tensa.
Saludos embrujados.
Y ahora me voy con mi amigo Charly a tomarme unas birras. Hala!
3 comentarios:
Muy de acuerdo, la película era un bonito juego, hecho desde la imaginación de no tener un duro que gastarse. Prefiero esta a cualquier superproducción de Hollywood con las mismas caras y los mismos argumentos trillados.
A mí, por lo menos, me dejó mal cuerpo... y de eso se trata ¿no? Por cierto ¿alguien sabe adónde se ha ido el amigo Caulfield? Parece que se lo haya tragado la tierra...
Ya, a mí también me gustaría saberlo... ¿a dónde se habrá volatilizado? Si tienes noticias, avisa.
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