domingo, 14 de septiembre de 2008

La mano hueca

Hay ocasiones en las que nos cuesta decidir acerca del lugar que una película debe ocupar en nuestro imaginario personal. No queremos quedarnos cortos ni ser injustos, porque sabemos que seríamos incapaces de hacer algo similar. Tampoco lanzar apresuradamente las campanas al vuelo cuando carecemos de una perspectiva apropiada; pues ya se sabe que es el tiempo, y no otra cosa, el más digno juez que una obra pueda tener.
GODS AND MONSTERS es un trozo de realidad. Muy subjetivo y muy poético, pero atención al personaje que se nos describe y, sobre todo, en el momento que se nos describe. James Whale fue uno de los directores más geniales, imprevisibles, carismáticos y enigmáticos de aquel irrepetible tiempo de la Universal y su infatigable revisión de los clásicos de la literatura de terror. A estas alturas, deben ser muy pocos quienes no se hayan acercado de una manera u otra a este genio del cine; pero aún quedaba un pequeño e intenso fleco por desentrañar, e iba a ser Christopher Bram en forma de novela (prescindible) y Bill Condon con su apabullante adaptación posterior (10 añitos la contemplan ya) quienes tocaran por primera vez este asunto tan delicado. Y delicadísimo es el trato que Condon da al retrato de un hombre atrapado por su extrema sensibilidad, el rechazo de su homosexualidad (aunque no puede decirse que la escondiera) y su postrer retiro del mundo del celuloide (y del social) tras una carrera intachable y envidiada; magistral e inmortal. Al naftalínico mundo de Whale llega un fornido jardinero (Brendan Fraser en su mejor papel, no hay duda) y todo un mundo de sensaciones y recuerdos entrelazados se desatan súbitamente. Hasta aquí, GODS AND MONSTERS podría haberse quedado en un film ligeramente convencional y, al mismo tiempo, ligeramente audaz. Nada de eso, Condon parece imbuido del mismo espíritu de Whale y realiza una disección minuciosa de una personalidad terriblemente contradictoria; un genio orgulloso que se avergüenza de su pasado y que prácticamente reniega de gloria alguna. La magnética presencia de un Ian McKellen sublime, mimético, de oscar, dota aún más, si cabe, de un extraño halo lírico y onírico en el que nunca sabemos si Whale desea sexualmente a su jardinero o simplemente, tal y como él mismo puso en las imágenes de FRANKENSTEIN, toma prestada esa imagen de monstruo incomprendido en busca, no del reconocimiento de Dios, sino de la inaprensible calidez humana.
Aunque sólo fuera por el fastuoso trabajo de McKellen merecería la pena revisar este insólito drama interior que resulta tan difícil encontrar por tierras norteamericanas.
Saludos terrenales.

4 comentarios:

Eduardo dijo...

De nuevo de acuerdo. Me parece increíble, pero considero ésta peli una de las de cabecera. Me parece que resume lo que debería ser el cine de una manera majestuosa, y además trata temas muy difíciles con una maestría pocas veces encontrada. Por ejemplo, el asunto médico en sí (deformación profesional): el drama de la demencia en una mente brillante y consciente, que nos toca incluso a los más jóvenes. El amor y la pulsión sexual en la vejez, a la vez verdes y sutiles. Y la homosexualidad ante la represión. Y todo eso, ultrapasando los tópicos de un homo-pic.
Magnífica.

Capri c'est fini dijo...

Hummmmmm a mi, sinceramente, Dioses y monstruos me pareció algo blandita. McKellen como dices, está soberbio, no se puede negar, pero Fraser, como jardinero bobalicón, no me gustó (ya no sé si es manía lo que le tengo a este tipo). La historia tiene su interés pero los medios para explicarla no me gustaron.

dvd dijo...

Bueno ¿qué añadir? Dos visiones contrapuestas... ¿no es maravilloso?

Gloria dijo...

A mi me gustó bastante la película, Además McKellen está impecable: e incluso llega a parecerse bastanta a Whale desde un punto de vista físico, y soy de los pro-Fraser: está perfecto en el papel de jardinero brutote. Tambien Lynn Redgrave, aunque me resulta curioso que su personaje se presente coo una criada germánica y no la mexicana de la novela.

Respecto a la novela, ya hablaré algún día con más detalle me resulta curioso que se presente a Elsa Lanchester (La "novia")se presente como una gran amiga de Whale: en esta entrevista a un amigo de Whale, Curtis Harrington (http://www.filmsinreview.com/2008/08/07/curtis-harrington-on-james-whale/2/), es obvio que consideraba a Whale... un hetero?! (vaya pues, no me extraña que lo de Charles le pillara por sorpresa, jo, jo).

Hablando de la novela... ¿Alguien me sabría decir porque Cukor aparece como una especie de "Big Bad Gay"? Leí algún tiempo la biografía de Whale de James Curtis, pero no recuerdo referencias a una enemistad con Cukor...¿o tal vez al autor se le escapa su juicio de lo que debe ser un buen o mal Gay?

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!