martes, 24 de junio de 2008

Ray Harryhausen forever

Siempre he creído que todo va encadenado. De una forma u otra, cada acto que cometemos tiene algo que ver con otra cosa, así que me he propuesto aprovechar la ola y jugar a palabras encadenadas, a ver qué sale.
No sé si por tierras catalanas los cines de verano se han estilado en algún momento, pero aquí, en plena meseta hispalense, tuvieron su máximo esplendor alrededor de los años sesenta/setenta y su cénit sobre la segunda mitad de los ochenta, justo cuando mi cinefilia iba formándose con toda su necesaria heterodoxia.
Los cines de verano albergaban toda una liturgia digna de la masonería más conjurada, la gente frecuentaba la "selecta nevería" y el pescaíto frito (muy frito) embadurnaba narices y besos escondidos en la semioscuridad y apoyados en eternas mesas de madera, semejantes a esqueletos. Como los que Ray Harryhausen imaginó para esa película tan bonita y evocadora, a la par que cutrecilla pero siempre consciente de sus defectos, potenciándolos, subrayándolos, que es CLASH OF TITANS... qué demonios, FURIA DE TITANES, con dos cojones. Obra irrepetible, evocadora, poseedora de una magia tan inocente, tan pura, que constituye un género en sí misma, un universo que nunca esconde su verdadera naturaleza: ENTRETENER.
Tantos los subproductos provenientes del mediocre entertainment hollywoodiense, burdamente imitados, por ejemplo, por nuestros novísimos ¿directores? recién sacaditos de la publicidad computerizada, deberían tomar ejemplo (el primer Alex de la Iglesia si acaso) y aspirar un poco del aire fresco que supusieron ese puñado de producciones artesanas que anteponía la imaginación a la repetición. Imborrables los escorpiones gigantes, los esqueletos andantes a los que Sam Raimi rindió sentido homenaje en la magnífica ARMY OF DARKNESS. Apabullante la escena en la que Harry Hamlin (sí, el de "La ley de Los Angeles") se introduce en la guarida de Medusa y la enfrenta con su escudo, puro cine de aventuras.
Ahora que llega la laxitud propia de estas calores, y añorando aquellos cines sin techo que tan felices nos hicieron, recomiendo, sobre todo a los que tengan chavales desencantados en casa, que revisen esta película de culto y, a ser posible, la acompañen de buen pescaíto y cerveza fresquita ¿Quién dijo palomitas?.
Furiosos saludos.

2 comentarios:

wedge dijo...

yo recomiendo tambien jason y los argonautas donde tambien hizo de las suyas ese gran maestro visionario que es Harryhausen

dvd dijo...

Larga vida a quienes han dado larga vida a la fábrica de sueños.
A ver si les da por abrir algún cine de verano este año... con barra, por supuesto.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!