jueves, 27 de marzo de 2025

Sin cabos sueltos


 

El final, deliberadamente abierto por abrupto, auspiciaba una inevitable secuela que abrochara la cruzada, casi personal, de "Popeye" Doyle contra el escurridizo Charnier. THE FRENCH CONNECTION II llevaba a Doyle hasta el mismísimo corazón de una Marsella amenazadora, decrépita, que se convierte en una trampa mortal para el curtido detective neoyorquino. Película difícil, sin apenas narrativa, apoyada nuevamente en la descomunal interpretación de Gene Hackman, la inquietante brevedad de un fantasmal Fernando Rey, mas la estupenda aportación de Bernard Fresson, que da una estimable réplica a Hackman. A mí me sigue pareciendo un gran policíaco, que complementa lo visto en la primera parte, sin pecar de oportunista, aprovechando las posibilidades de ese cuerpo extraño trasplantado a un hábitat que cree dominar, pero acaba engulléndolo. Esto es patente, sobre todo, en el angustioso proceso en el que Charnier convierte a Doyle en improvisado yonqui, anulando por completo su voluntad. Ver ambas en sesión doble es una experiencia que recomiendo vivamente como plan de fin de semana.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!