Sí, sí, STARSHIP TROOPERS, o la manera más inteligente de gastarse cien millones de presupuesto, que es (a ver si lo consigo explicar) dándole a una multi todo lo que puede esperar para una gran recaudación, pero realzando algo que casi nunca vemos en una gran producción: el carácter descreído de una serie B, que funciona como un agente encubierto, criticando absolutamente todo lo que aparentemente ensalza. Pocos directores como Paul Verhoeven tan cualificados para atreverse con una locura kitsch, interpretada por mobiliario útil como Denise Richards o Casper Van Dien, que parecen estar en una teleserie adolescente, y que no oculta el cartón piedra, haciendo de lo cutre su gran virtud, como la imposible fusión de la imagen real y el cartoon. STARSHIP TROOPERS actúa como una falsa imagen en relieve, y dependiendo de nuestra inclinación veremos una fantasía de acción bastante tontuela, o por el contrario leeremos entre líneas la descarnada azotaina que le da al imperialismo, y más concretamente al norteamericano, exponiendo cada una de sus miserias, con la misma mala baba que el cineasta neerlandés ya exhibió en ROBOCOP, de la que es digna sucesora. Tenemos, por tanto, un blockbuster típico de mediados de los noventa, que con el tiempo (y no hay muchos casos de esto) ha escalado hasta el estatus de film de culto por méritos propios. Y si no, háganse a la idea de que casi treinta años después entusiasma al público cultureta tanto como al que busca simple evasión, y, aleluya, también los irrita a partes iguales. Yo la sigo recomendando con el mismo entusiasmo que en su estreno... y sigo siendo un incomprendido...
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario