martes, 11 de marzo de 2025

Extremo centro


 

Me preguntaba, mientras me tomaba los habituales veinte segundos para pergeñar este pequeño glosario, qué diablos había visto yo antes de Jason Reitman, lo que no es buena señal, y menos al comprobar que no me habían gustado los dos títulos suyos visionados, a los que mantenía en un limbo sin aristas. Con SATURDAY NIGHT, Reitman confirma que es un tipo con ideas interesantes, incluso ambiciosas, que se topan con un realizador de freno de mano echado, lo que no deja de ser curioso en el motivo central de esta muy irregular panoplia, a mayor gloria de los caóticos preparativos del primer programa de Saturday Night Live. Lo es por el personaje interpretado por Willem Dafoe, típico productor ejecutivo, que no tiene un solo gramo de fe en ese aquelarre de drogadictos, neuróticos y desharrapados sin currículum, que, comandados por un desbordado Lorne Michaels, pretendían convencerlo de merecer el directo del sábado por la noche, desbancando al mismísimo Johnny Carson. Demasiadas cosas al mismo tiempo, y los milagros apenas ocurren una vez, como entonces; Reitman quiere parecerse al Donen de CANTANDO BAJO LA LLUVIA, invocar el genio de Robert Altman en unos planos secuencia tramposillos, para acabar endulzándolo todo, sustituyendo el stroke de cocaína por inofensivo azúcar glas. SATURDAY NIGHT es una colección de estampas amables, rendidas, con nula mirada crítica, que depende del grado de nostalgia (y conocimiento) de sus espectadores, que en el mejor de los casos sucumbirán bajo los efectos de su narcotizante trasiego. 
No es que pudiese ser mejor, es que, ya que se hace, estaba obligada a serlo.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!