Sigamos con los oscar ahora que han terminado, aunque la excusa para hablar de THE WILD ROBOT es que a la gente le gustó en Sitges. A mí, francamente, me parece que debería servir, una vez superada la asimilación del bonito sueño de Pixar por Disney, para contratar guionistas que sean capaces de elevar un discursito ya no infantil, sino cansinísimo. Brillante en la factura técnica (como no podría esperarse otra cosa), todo lo que es capaz de ofrecer esta "nueva" oda al aprendizaje por la diferencia cabe en sus primeros quince minutos, que resuelve con inteligencia el problema de que tengamos que ver a un robot hablando con animales. A partir de ahí ya se nos ha contado todo, y entramos en el tema de persecuciones slapstick, colorines varios y el remate en el que hay hasta un conato de villano. Es de animación, es de evasión, es de moral guay para los jovencitos a los que debemos moldear, y también es de no molestar mucho a los productores, que te venden una dramedia ecologista para ganar toda la pasta posible. Una vez más ¿es mala?, no ¿Es buena?, no lo sé, pero sí sé que todo lo que pasa en esta película yo ya lo he visto antes en otra parte, así que me quedo con la sensación de olvidarse de los problemas durante hora y media... y que la rueda siga girando...
Saludos.
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