Es una sensación extraña la que deja casi todo lo que significa una serie como THE LEFTOVERS. Desde su apabullante arranque (de lo mejorcito que servidor ha visto en ficción televisiva), sus inabarcables ramificaciones argumentales, giros imposibles, desafíos a la misma percepción de nuestra moralidad, y desembocando en un último acto que se juega el todo por el todo, sin caer en fórmulas amables o recaudadoras. El argumento, en pocas líneas, nos propone un "sucedáneo del apocalipsis", en el que el 2% de la población mundial desaparece sin más, lo que abre hipótesis variopintas sin ninguna conclusión definitiva, pero dando pábulo a todo tipo de conspiranoias y las consiguientes sectas. Es todo eso, y también es un tratado sobre daños emocionales intratables, la supremacía de la crueldad sobre el civismo, la imposibilidad de atribuirnos roles más allá de los socialmente aceptados. Porque en realidad, la vida es aquello que ocurre mientras otros desaparecen...
No la vean si tienen tendencias suicidas, están intentando dejar de fumar o le han votado a Trump y adláteres...
Saludos.
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