lunes, 22 de febrero de 2010

Mañanas de café humeante

Es una mañana como otra cualquiera. Kerry Conran sostiene su taza de café que compró en Dreamworks mientras mira inmóvil por la enorme cristalera de su casa de San Pedro, Ca. Le gusta especialmente la pared de la izquierda, que es de ladrillos rojos y brillantes, muy inglesa. El agua cae por lapared y Kerry Conran decide que es hora de trabajar; paradójicamente, se sienta frente al ordenador y mira su correo. No hay nada interesante. Tiene un fugaz pensamiento acerca de unos spaguetti que se movían solos; Kerry Conran está convencido de que es un genio. Debe dirigir una película ya, antes de que su padre lo obligue a ejercer como arquitecto en Michigan. Llama a su hermano Kevin, que está en Houston buscándose la vida.
-Oye, ¿cómo se llamaba aquella marca de cereales?
-... ¿la de los muñequitos?
-Sí, esa...
-Golden Drops.
-¡Eso es!... Mira, Kevin, voy a hacer la peli y tengo que hacerlo todo por ordenador, porque no hay pasta para maquetas y esas cosas... ¿Te encargarás de los decorados y eso?
-¿... todo por ordenador?
-Eso es.
-Hmmmmm... ¡vale!
Y le taparon un ojo a Angelina Jolie y el planeta Tierra fue salvado una vez más de ser destruido por un Doctor Maléfico... Si lloviese un poco más a menudo en San Pedro Ca., entonces todo sería aún más perfecto...
Saludos del futuro antiguo.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!