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Charlie Sheen, ese tipo que hacía parodias de Rambo ¿?, es un novato que tiene miedo hasta de su sombra, pero a la media hora se rasga las vestiduras y es todo un machote que fuma, bebe y dice tacos antes de jugarse la vida. Tom Berenger es un tipo que va de sobrao, tiene una cicatriz en la cara y se quiere cargar a un tal Elías... no se sabe por qué pero es así; al fin y al cabo, Stone puso a la Jolie como madre de Colin Farrell ¿?... Bueno, y llegamos a Elías, que parece un santo, tiene nombre de profeta, una sonrisa de lagarto y la cara de Willem Dafoe. Si Stone fuera un tipo inteligente podría haber rodado un interesante y pajillero ad motivum acerca de ese rostro salvaje y humano, con la selva de fondo y música de Philip Glass... en cambio, opta por decirnos que el honor mola aunque mates a mujeres y niños y que la muerte de un soldado americano vale más que la de un vietnamita y que eso se subraya adecuadamente con el plano que acompaña estas líneas. Para colmo, se (nos) obsesiona con Delerue y su melancólico tema, perfecto para cámaras lentas y helicópteros elevándose...
Bueno, lo cierto es que PLATOON es lo que es, ni más ni menos, ni mejor ni peor, ni arte ni entretenimiento, o las dos cosas; algo que sólo se atreve a filmar un americano sin ruborizarse. Una película sin argumento que es capaz de dos cosas francamente curiosas: abusar de la voz en off para terminar por no contar nada y de unos planos enfrentados, descaradamente homoeróticos, para inculcarnos lo bonicos que son los machotes untados en grasa. Aunque yo me guardo mi teoría, que es más simple: Es Oliver Stone... simple y efectivo...
Saludos acribillados.
1 comentario:
Me encanta la primera etapa de este hombre y, especialmente, como retrató su trauma vietnamita.
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