Es curioso esto del cine. Sus referencias y perspectivas; correspondencias y abismos. Subjetivo y objetivo; entretenido o comprometido. Sabemos que hay un par de sensaciones, tres a lo sumo, que experimentamos al salir de una sala de cine; luego estamos nosotros, el filtro sumo, el juez último, que ve una película pero tiene diez o veinte en la cabeza.
Respecto de todo esto, una de las mejores películas que he visto en los últimos cuatro o cinco años (y juro que no deja de resultarme curioso) es, y lo he repetido en diversas ocasiones, la adaptación que Robert Zemeckis hizo del poema épico BEOWULF. Sí, no hace falta que me lo recuerden, el fiasco de AVATAR me encendió en el subconsciente el verdadero valor de este desprejuiciado, fresco y sorprendente ejercicio de cine de aventuras que nunca deriva hacia el infantilismo imperante hoy día. Dejemos a un lado la deslumbrante técnica con la que Zemeckis logra, por ejemplo, que un cincuentón como Ray Winstone se convierta en el ufano y poliédrico "héroe" que ha de salvar al reino de un envejecido Anthony Hopkins de la amenaza de la arpía interpretada por Angelina Jolie (probablemente el gran fallo del film) y su monstruoso hijo Grendel, Crispin Glover, cuya inicial irrupción justo al principio constituye uno de los arranques más dinámicos y apabullantes que he visto en mi vida. Si dejamos, como digo, todo esto de lado y atendemos al buen trabajo en el guión tanto de Roger Avary, habitual de Tarantino, y Neil Gaiman, que dota de la oscuridad necesaria a la inestable batuta de Zemeckis, nos encontramos con un film que "parece", pero no "es"; parece a priori un nuevo producto hueco hollywoodense, trufado de estrellas y dispuesto a ser consumido y fagocitado en un santiamén, pero BEOWULF funciona inesperadamente porque logra desasirse del plomizo poema original e insuflarle un sentido del humor inteligente y de fresca factura. En el otro extremo, la técnica cumple su cometido pese al lastre que supone humanizar unas facciones previamente deshumanizadas, algo que resulta estupendo para, por ejemplo, el monstruo Grendel y el espectacular dragón que clausura esta pequeña gran joya, de la que estoy seguro que obtendrá en algún momento el reconocimiento que merece.
Saludos épicos.
3 comentarios:
Muy fresca, sí. Y por desgracia algo olvidada.
PD: A mi si me gustó Avatar, aunque creo que ya se lo dije XD
PD II: Paranormal Activity me pareció solamente aceptable. Creo que podría estar mejor explotada.
Pues a mí me dejó muy frío, y eso que guardo recuerdos extracinematográficos muy gratos asociados a esta película...
Pues yo aquí coincido con Kinezoe, a mi también me dejó bastante frío. Avatar me gustó y Paranormal me aburrió.
Un saludo
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