De nuevo Cassavetes, es necesario, es imperante. Cassavetes firmó una obra impactante en 1968, con cuatro duros y un grupo de amigos como actores. La diferencia entre otros cuatro duros y estos cuatro duros reside en que John Cassavetes era un talento puro, un narrador capaz de transgredir cualquier norma que perteneciese al relato clásico; además, los actores no sólo eran su esposa y amigos, sino unos grandísimos actores.
En FACES no importa lo que se cuenta, y me atrevería a decir que ni siquiera cómo se cuenta; lo verdaderamente importante es que Cassavetes consigue inocularnos todo lo que ocurre en la pantalla y dejarnos pensativos con esa nueva infección. Infección de buen cine, de sentimientos salvajemente agolpados, con diálogos que son puñetazos, escupitajos. El argumento no es más que una mera excusa para que Cassavetes pueda dirigirse frontalmente al monstruo de mil cabezas, la industria y sus hombres pagados de sí mismos; el dardo de Cassavetes va dirigido a ellos y no a otros, a los hijos de puta sin mácula aparentemente visible, a los que creen poder comprarlo todo. John Marley, reputado actor de teatro clásico, tuvo constantes disputas con el director neoyorquino, la razón: Cassavetes no le dejaba actuar. Lo colocaba en un rincón y le gritaba que se limitara a observar, y que si tenía que insultarle dirigiese ese insulto al otro actor. Ésa era la caótica, tenaz y bella forma de rodar de este superdotado del instante. Aquí no se trata de un simple asunto de cuernos, se trata de que cada segundo cuenta, de que los actores transmiten esa amarga agonía con la que conviven; se trata de que uno nunca está del todo seguro de cuál será el siguiente fotograma, y no se me ocurre un acercamiento más veraz a nuestra propia vida, a la realidad, incluso más que un documental, porque Cassavetes no pretende "enseñar" la realidad, sino que nos entre por los ojos y nos avergüence, queramos o no queramos.
Saludos sin cara.
4 comentarios:
Maravillosa obra maestra, como casi todo lo de Cassavettes. Que gran director. Y la gente que hoy se come la cabeza con la forma... Para despues exponer un contenido tan vacio. El contenido siempre estara por encima de la forma, y eso este genial autor lo demuestra un dia tras otro. Bueno, lo demostraba.
Cassavettes es un genio, sin más. Y por supuesto contenido antes que forma.
Saludos
pfff, no sé, me interesan las películas de este señor, pero gustar lo que se dice gustarme solamente me gusta "Gloria".
En mi opinión, junto a "Love Streams", que por salud mental no puedo verla varias veces, la obra más potente de Cassavetes. W.
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