sábado, 24 de octubre de 2009

Control remoto 1

El weekend se presenta movidito, pues va a estar dedicado a desentrañar le estructura de dos films sin estructura aparente; se trata del díptico que Lars von Trier amenaza con convertir próximamente en tríptico. E intentaremos hacerlo sin caer en la cargante dicotomía buena/mala, a ver qué sale.
Hoy toca DOGVILLE. Lo primero que recuerdo al ir a verla al cine es un comentario que hicieron dos señoras de avanzada edad en la cola: "¿Sabes tú de qué va esto?" "No, pero sale la Nicole Kidman"... Elocuente y conciso. Las dos señoras salieron de la sala a los tres cuartos de hora. Elocuente y conciso.
El problema con DOGVILLE es su preocupante desubicación dentro de algún parámetro que pueda servir de asidero a un espectador-tipo medio a la hora de juzgar si era necesaria tanta parafernalia para llegar a una idea que es única e inamovible, como si el director danés la hubiese hecho desde el más profundo resentimiento. Tres horas de escenarios vacíos, de interpretaciones excesivamente controladas (siempre sabemos de qué pie cojea cada uno), de una maldad nunca justificada (trasladar los problemas mundiales a una pequeña comunidad es un poquito pretencioso) y de un barrido emocional justo al final, para atar cabos; una catarsis de venganza que deja en paños menores cualquier "tarantiniada" y que probablemente sea lo mejor de un film demasiado largo, demasiado evidente y demasiado encerrado en su propia circunstancia de "núcleo moral" ¿Que si debe verse? Por supuesto. DOGVILLE es una película que tiene una gran virtud si se ve con 16 años: es reclutadora de cinéfilos, nuevos cinéfilos ávidos de pasar página y descubrir ese otro cine un poco antes de empezar con Bergman, Antonioni o Tarkovski; un aperitivo de lujo para los primeros platos. Otra cosa sería empecinarse en que el discurso de von Trier es intelectualmente terrible o terriblemente intelectual, porque es un discurso intelectual y es un discurso terrible, pero no es nada que no esté imbricado en cada fotograma de un Hitchcock o un Hawks, donde ningún elemento es casual sino que atiende a la necesidad expresa de contar algo.
Yo terminé de ver DOGVILLE, no es que sus tres horas se hagan largas, el problema principal reside en que salimos del cine con su impactante final grabado en la memoria reciente y seguidamente empezamos a preguntarnos si para llegar a eso era precisa tanta lección moral.
Ni es la peor de von Trier ni mucho menos la mejor... Vaya, al final hemos caído...
Saludos sin paredes.

3 comentarios:

Crowley dijo...

A mi es que Trier no termina de convencerme. Creo que el lío que tiene en la cabeza es tal, que es difícil plasmar todas esas ideas en condiciones. Su trabajo más acertado para mi es "Rompiendo las olas", seguida muy de cerca por "El jefe de todo esto". Lo demás...
Saludos

mge dijo...

Una de mis películas preferidas.

Espectacular lo de las señoras que fueron a verla porque sale Nicole Kidman.

atikus dijo...

Pelín larga...es que soy de metrajes cortos, pero no esta mal.

saludos breves

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!