
MYSTIC RIVER abre varios frentes como si tal cosa y los pone todos a funcionar. Por un lado, el espectador se topa de bruces ante un misterio que no ha sido resuelto a lo largo de varios años, lo que es consecuencia asimismo del trauma sufrido por uno de los tres niños que son la columna vertebral del film, tres personalidades tan diferentes como bien definidas.
Cualquier otro autor de hoy en día, tal y como se despachan, con tan poca paciencia, las historias, hubiese tenido los mimbres perfectos para perpetrar el dramón del año, ablandar los lacrimales, llevarse el oscarcillo de turno y engrosar la interminable lista de DVD's de medio pelo que sólo alquilan solteronas/es los sábados por la noche, tarrina mastodóntica de helado de por medio. Nada más lejos. MYSTIC RIVER supone un aterrador y desasosegante viaje a las esquinas que ni siquiera las cámaras se atreven a doblar; nada de crípticos mensajes donde "todo está en la mente", porque aquí el dolor se nota a ras de piel, las heridas se muestran tal y como son. Mención aparte merecen unos actores verdaderamente implicados, espectaculares en el caso de Sean Penn y Laura Linney y simplemente sublimes (dificilísimo lo suyo) si hablamos de Marcia Gay Harden y Tim Robbins.
Se puede (se debe) seguir revisitando MYSTIC RIVER, posiblemente el trabajo más oscuro y pesimista de Eastwood; no sólo no perderá interés y vigencia, el mazazo estará ahí, esperando para darnos donde más nos duele.
Saludos frente al río.
1 comentario:
Es una película que me impactó tanto por primera vez que me cuesta verla... hace poco la echaron en la tele y sólo la vi a escenas. La que cierra el caso entre Tim Robbins y Sean Penn fui incapaz de volver a verla...
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