lunes, 12 de octubre de 2009

A los que aman el cine

Una de las mejores sorpresas que dejó el año pasado fue la bellísima declaración de amor que Michel Gondry dejó firmada mientras, como un Frank Capra del siglo XXI, nos reconciliaba con ese viejo espíritu del do it yourself que alguna vez hubo de embargarnos en la niñez. Es allí, donde deseábamos jugar a ser piratas, astronautas, cowboys, o princesas que esperan a su príncipe; allí donde no existen los absurdos límites castradores del merchandising, Gondry pone la cámara y se pone a grabar no lo que se supone que se debe hacer en una película, sino lo que haríamos nosotros si pudiésemos, si nos dejasen.
BE KIND REWIND es la improbable, demencial, enternecedora y arrolladoramente libre, historia de un modesto videoclub de barrio regentado por un hombre (Danny Glover) que ama las películas y que mantiene heróicamente el formato VHS frente al monopolio impuesto del DVD; junto a él siempre está una extraña pareja formada por el bobalicón Mos Def (extraordinario papel el suyo) y un desastre hiperactivo llamado Jack Black. Este último convence al otro para boicotear una planta eléctrica, pues está seguro de que de allí salen ondas malignas y perniciosas; de tal hecho, Black sale imantado, así que borra todas las películas del videoclub. La primera media hora de BE KIND REWIND es la que cuenta esto y su simplicidad gamberra no se corresponde con el resto, donde asistimos al delirante periplo de esta pareja cuando deciden grabar ellos mismos cada película borrada, de forma totalmente casera. Así, por nuestros ojos pasan las versiones de CAZAFANTASMAS, ROBOCOP y hasta PASEANDO A MISS DAISY que todos querríamos hacer, con el barrio como decorado, los vecinos como intérpretes, cero presupuesto y una caradura impresionante que deviene tierna ingenuidad y que muchos no habrán podido ver sin que una furtiva lacrima asomase por ahí, estoy seguro. El momento Capra sucede ya al final, con la proyección de ¡la primera producción con guión original!, basada en las improbables aventuras de un oscuro músico de blues que supuestamente vivió en el edificio donde ahora está el videoclub. Al final la lección de humanidad de Gondry es aún mayor que la de cine, mostrando un barrio que se une en pos de una idea descabellada pero de enorme belleza intrínseca, desafiando cualquier convención, por inamovible que parezca.
Si aún no la han visto no sé a qué esperan para correr hasta su videoclub más cercano...
Saludos rebobinados.

3 comentarios:

Luis Cifer dijo...

Gondry sigue sorprendiendo gratamente, rompiendo moldes y creando buenos films.
Esta me gustó un poco menos que las anteriores pelis del mismo autor pero es totalmente recomendable para los que crecimos en los 80.

José Angel dijo...

Esta película está llena de una magia especial. A mí me encantó, aunque creo que La Ciencia del Sueño es su mejor obra.
Saludos.

Dr. Quatermass dijo...

Pese a algunos lamentables momentos de comedia estupida (afortunadamente concentrados al principio) me encanta esta peli y yo tmbién vi a Capra por ahí...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!