lunes, 26 de octubre de 2009

¡Qué difícil es hablar de libertad!

Alan Parker venía de deslumbrar a medio mundo con su extravagante puesta en imágenes del disco The wall, de Pink Floyd, cuando decidió realizar su cuarta incursión en Hollywood, eligiendo para ello una descabellada adaptación, nada menos que la primera novela publicada por William Wharton (de quien aprovecho para recordar que en esta semana se cumple el primer aniversario de su muerte).
BIRDY vio la luz en 1978, cuando su autor recién ingresaba en la cincuentena, y narra la surrealista y nada cómoda historia de un tipo ciertamente peculiar con un amor desmedido hacia los pájaros, tan desmedido que a su vuelta de la guerra de Vietnam sufrirá una progresiva transformación psicológica que le llevará a creerse él mismo un pájaro.
Evidentemente, y con mucho de MIDNIGHT EXPRESS, Parker no escatima ilusión y desparpajo a la hora de que empaticemos con un personaje tan poco convencional como rebosante de humanidad; es por ello que lo que más perdura en la retina (y es una lástima) sea todo el periplo de Birdy en la institución psiquiátrica, mientras queda obviada la más que interesante relación de amistad/incomprensión con Nicholas Cage, acertada antítesis de Birdy que intenta, sin lograrlo, que éste tenga los pies en el suelo, nunca mejor dicho. Es por ello que siempre me ha parecido un film inclasificable y de múltiples interpretaciones, un canto a la libertad más radical o un grito de rabia contra la estupidez humana. Indudablemente se trata de uno de los mejores films de su autor, que sabe imprimir su habitual dosis de histrionismo (aquí bastante justificado) y en el que sobresale un Matthew Modine que luego no volvería a brillar con tanta fuerza.
Saludos alados.

2 comentarios:

Dr. Quatermass dijo...

Esta cinta sin duda, la tengo que revisar, las veces anteriores que la he visto (hace siglos) me causo siempre una gran intriga.

Saludos!

Bambola dijo...

sin duda uno de los mejores films que he visto y que recuerdo mas de lo que quiciera ultimamente.
saludos

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!