domingo, 25 de octubre de 2009

Control remoto, y 2

Supongo que habrá alguien que haya captado la intención principal del título que acompaña esta reseña y la de ayer. Me parece interesante, estimulante y muy curioso el modo en que Lars von Trier, que pasaría sin problemas por el prototipo moderno de "artista", con las múltiples connotaciones que esto conlleva, tenga tantísima premura a la hora de aleccionar a un público que, según él, tan poco sabe de la Historia y sus infinitos matices.
Y yo me pregunto: ¿Para cuándo, señor von Trier, su corrosiva y despiadada visión sobre la sociedad danesa? Aquélla que, por ejemplo, fue la primera que permitió el establecimiento de los nazis en el norte de Europa. No es casualidad que el director danés desee machacar a la sociedad norteamericana actual presentándola en un formato atípico, primero porque en ningún momento vemos la actualidad, sino que se aprovecha de un momento que nunca es escogido al azar: la última gran depresión. Si nos fijamos, y mucho más en MANDERLAY que en DOGVILLE, el envoltorio con el que von Trier va dando sus clases maestras de lo hijoputa que es la gente recuerda infinitamente más a DIES IRAE que a THE GRAPES OF WRATH, por ejemplificarlo someramente ¿Podemos estar seguros de que es de la sociedad americana de la que nos habla este señor? ¿Era Estados Unidos ese lugar indeterminado donde se ubicaba DANCER IN THE DARK? ¿Dónde ocurre ANTICHRIST? Curiosamente, Lars von Trier sí explicita a su propia sociedad, la danesa, en su única comedia, THE BOSS OF IT ALL... una comedia negra, pero mucho más indulgente que la que nos ocupa; por no hablar de IDIOTERNE, que es ya el colmo de la autoindulgencia: todo se perdona porque, al fin y al cabo, somos idiotas. En cambio, DOGVILLE termina con una matanza, mujeres y niños son exterminados. MANDERLAY no sólo mantiene la inquietante catadura moral de su director, sino que cita de manera inequívoca al Takeshi Kitano de SONATINE, aquél que se ponía una pistola en la cabeza esgrimiendo una magnífica sonrisa. No nos engañemos, ANTICHRIST es un slasher sin gracia alguna, la verdadera película de terror de Lars von Trier es MANDERLAY. Y quise incluirla en aquel homenaje que hice a los films que me hicieron temblar, pero tenía que ponerla al lado de DOGVILLE para no caer en una preocupante falta de perspectiva.
¿Creen ustedes que lo peor ha pasado ya? Esperen al estreno de WASHINGTON.
Saludos dominicales... aunque parezca mentira.

1 comentario:

atikus dijo...

La verdad es que ANTICHRIST no me sedujo nada aunque no me llega tanto la cabeza como para imaginar que Lars sea tan mágnanimo con los suyos y tan capuyo con los yanquiis en dogville o manderlay...aunque el caso es que así es..vamos, no lo había analizado así...en cualquier caso mientras la próxima peli sea mejor que ANTICHRIST...mejor, please!


saludos

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!