miércoles, 15 de enero de 2020

Su mal es nuestra felicidad



De 1973, LES NOCES ROUGES demostraba dos cosas: que Chabrol comenzaba a perfilar su cine hacia los dramas intimistas situados en pequeñas poblaciones de provincias y que lo suyo nunca fue escribir guiones en solitario. La película, sin estar nada mal, parece un compendio y/o adelanto de ese cine suyo tan suyo, el de los intramuros y las indecencias, los egoísmos y maldades pasadas por errores. En este caso, la gracia está en el tórrido romance entre la mujer de un politicucho impotente y un amigo de la familia, cuya enfermedad nerviosa la obliga a guardar reposo constantemente. Chabrol filma los encuentros sexuales entre los dos amantes (estupendos Stéphane Audran y Michel Piccoli) con una virulencia y ansia proveniente de su mutua insatisfacción, contraponiéndolos con su monótono día a día. Hasta que ambos acuerdan deshacerse de la esposa de él de forma limpia e indolora, allanando el camino a su adulterio, pero todo se complica cuando el marido descubre la infidelidad, y aunque acepta los cuernos como previsibles e inevitables, sobre ellos recae el temor de que sospeche algo del crimen. Una película, ya digo, correctamente rodada y perfectamente interpretada, pero a la que se le echa en falta un punto más de audacia, teniendo en cuenta las múltiples posibilidades de un guion al que Chabrol no logra pulir ni sacar punta del todo.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!