viernes, 3 de enero de 2020

En los límites del humor



El título viene por la gran similitud entre uno de los numerosos episodios de THE TWILIGHT ZONE y WOUNDS, el film que nos ocupa hoy, y que supone uno de esos casos en los que, aun sabiendo que no has visto nada del otro jueves, no puedes quitártela de la cabeza por alguna extraña razón. Probablemente sea porque suponemos que se trata de un film de terror, pero la seriedad con la que se toma a sí mismo el director iraní Babak Anvari (que apuntó maneras con UNDER THE SHADOW), hace pensar que algo no va bien en esta bizarrada repleta de cucarachas y heridas feas. Y es muy curioso, porque el espacio casi único del bar de New Orleans donde se desarrolla tiene un inexplicable magnetismo, mientras sus personajes no paran de beber y actuar inconsecuentemente. Y luego se introduce, casi sin querer, el elemento terrorífico mediante un móvil que unos jóvenes han dejado olvidado en dicho bar, y en el que el camarero (por fin un interesante Armie Hammer) ha accedido a una serie de imágenes terribles. Da igual, lo que quiere contar no es lo que importa. Lo que importa es ver a un tipo tirarle los tejos a una chavala con su novio delante, o a otro con la cara cortada en mitad del bar. Pero sobre todo, la idea más descabellada que he visto últimamente en cine: una señora jugando al billar al fondo... completamente desnuda, porque la política del bar es que si vas desnudo las copas son gratis.
Imposible no reírse en un par de escenas. No sé, todo muy raro... El final es de sopetón, no hay malos identificables...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!