miércoles, 13 de noviembre de 2019

La pobreza de los ricos



Nunca he estado de acuerdo en que Chabrol estuviese más preocupado de las tribulaciones de la clase alta, desatendiendo problemas a priori más importantes, como los de la clase trabajadora. A base de señuelos, lo que sí he captado es una capacidad única para infiltrarse en las rendijas de lo inaccesible, con el propósito de atomizar cualquier idea preconcebida sobre lo que de natural nos está vedado. Sin embargo, LE SCANDALE, de 1967, parece más la apropiación de las ideas chabrolianas por parte de un admirador secreto. Puede que a ello contribuya que se trate de una producción de la Universal, con numerosas imposiciones para abordar un thriller de una manera clásica, lo que es un estropicio para la oblicua mirada del director francés. Estrenada simultáneamente en inglés como THE CHAMPAGNE MURDERERS, intentaba poner en pie una compleja trama acerca de un rico heredero, que en realidad sólo está interesado en irse de parranda y vivir a tope, pero una serie de asesinatos a su alrededor, sumados a la amnesia que sufre desde hace años, le convierten en el principal sospechoso. Con Anthony Perkins en uno de los papeles principales, la película contiene momentos brillantes y otros directamente ridículos, y parece que los cuatro guionistas han ido cada uno por su lado.
Curiosa, pero olvidable.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!